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La Guerrera peleará por primera vez en Neza

Ana María Torres defiende hoy título en su territorio

Recurrió al boxeo para resolver una afrenta

 
Periódico La Jornada
Sábado 22 de enero de 2011, p. a14

Ana María Torres acudió al boxeo para resolver una afrenta. No buscaba gloria ni dinero, como la mayoría de los peleadores, sino un remedio para los problemas que la agobiaban, provocados por la competencia salvaje en el mercado donde trabajaba como vendedora. Movida por esa preocupación llegó de la mano de su madre, doña Angélica Ramírez, al gimnasio Devic, en Ciudad Nezahualcóyotl, para que un entrenador le enseñara cómo defenderse con los puños.

No sabíamos lo que nos esperaba, pero creo que fue el destino lo que nos llevó hasta ahí aquel día, dijo la señora Ramírez.

Lo que aguardaba a Ana María fue aprender y convertirse en pionera en un terreno que sublima el machismo. Las peleas profesionales entre mujeres ni siquiera estaban autorizadas por la ley. En la primera función oficial, en julio de 1999, la Guerrera venció en cuatro asaltos a Mariana Juárez. Fue la primera mujer que levantó la mano en un cuadrilátero.

Trece años más tarde es campeona del orbe por el Consejo Mundial de Boxeo y un ídolo en su natal Nezahualcóyotl. Ayer, durante la ceremonia del pesaje para la defensa del cetro supermosca –ante la japonesa Naoko Yamaguchi, en el estadio Neza 86–, fue evidente que su gente la quiere.

Alrededor de la glorieta del Coyote, en el municipio, sus seguidores se amotinaron para apoyar a la peleadora de 31 años de edad, en un verdadera verbena solidaria.

Algunos a puro grito, otros con tambores, otros más con el cláxon y deteniéndose en la glorieta para expresar que están con Ana María. Otros más se empujaban por verla de cerca, para tomarse una foto con el celular y pedirle un autógrafo.

Demasiado afecto parecía que había aturdido a la Guerrera, quien con claros signos del esfuerzo que hacen los peleadores antes de pasar la prueba de la báscula atendía como podía a sus seguidores.

“Yo no recuerdo algo así en Neza, al menos no desde la Chiquita González –también nativo de ese municipio mexiquense– y del Toros Neza –equipo que causó sensación en los años 90–, pero creo que esto nunca ha pasado con una peleadora”, dijo el señor Onésimo García, de 50 años, quien vive allí desde 1970.

Foto
Ana María Torres, feliz por el apoyo de su genteFoto Guillermo Sologuren

Qué bueno que sea una mujer, porque siempre estuvieron relegadas, responde su hijo de 16 años, Irving: Porque los golpes duelen igual, no importa si los da un hombre o una mujer.

Tras el pesaje, Ana María trató de despedirse de sus fans, pero era imposible, la multitud la envolvió. Personal de seguridad tuvo que hacer un cerco para que la peleadora pudiera ir a comer y a rehidratarse.

El rostro de la Guerrera está encendido, un poco por la emoción, otro tanto por la insolación, y otro más por tener que dar el peso, tras deshidratación y una dieta férrea.

Estoy emocionadísima, no me la creo... cuando pelee en la Plaza de Toros fue mucha gente a apoyarme, pero esto rebasa todo, dijo Ana María haciendo esfuerzos para escaparse de sus seguidores como suelen hacerlo las estrellas del pop.

Adentro de la camioneta se acercaron algunos que se conforman con tocar con los nudillos la ventanilla y gritarle que dé todo por Neza. Una agotada Guerrera respondió: Ver así a mi gente me hace sentirme comprometida para acabar con la japonesa, y bajó el cristal para posar para las últimas fotos.

En serio, es tanto lo que significa para mí pelear en el lugar donde nací, para mi gente, que hasta siento que odio a la japonesa... ya estoy caliente por subir al cuadrilátero, dijo a punto de partir.

En la glorieta permaneció doña Angélica, la madre de Ana María, y también lucía emocionada, aunque no dejaba de repetir que los días previos a los combates de su hija siempre la agobian los nervios.

Al mismo tiempo estoy orgullosa por todo esto, además nunca nos imaginamos que esto pasaría, señaló la señora Ramírez. Ella cree que todo fue obra del destino.