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Denuncian coahuilenses ineficacia del mandatario local para resolver desapariciones

Opacan festejo a Humberto Moreira tras registrar su candidatura para dirigir al PRI

Dejó cuentas pendientes en la entidad, dicen inconformes al bloquear avenida Insurgentes

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Un grupo de granaderos arrinconó a unos 20 manifestantes que bloquearon Insurgentes para manifestarse en contra de Humberto MoreiraFoto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Sábado 8 de enero de 2011, p. 6

La negociada candidatura de unidad de Humberto Moreira a la dirigencia nacional del PRI se empañó minutos después de que éste formalizara su registro como aspirante en la sede tricolor. Una veintena de hombres y mujeres denunciaron la ineficacia del gobernador con licencia por Coahuila, quien no pudo resolver un solo caso de las más de 150 desapariciones que tuvieron lugar durante su gestión en aquella entidad.

Ofendidos por esta afrenta que quitó lustre a la fiesta preparada para Moreira, algunos de los priístas asistentes al acto acusaron a los integrantes de la Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos (as) en Coahuila (Fundec), quienes cerraron por casi una hora el tránsito de Insurgentes Norte frente al edificio del partido, de estar pagados por el PAN para opacar la llegada al PRI del virtual dirigente.

Estos respondieron que ya le habían advertido a Moreira que se convertirían en una roca en su zapato, y recordaron que fue el entonces gobernador en funciones, quien les canceló una cita en Torreón a los familiares de los desaparecidos, muchos de ellos provenientes de entidades distantes varios miles de kilómetros de Coahuila, porque le había surgido un asunto personal. Ese asunto era la comida que ofreció Enrique Peña Nieto a los gobernadores del PRI, aseguran.

Los manifestantes no fueron recibidos por Moreira. La respuesta que recibieron fue el arribo de casi 100 granaderos del grupo Ciclón, quienes retiraron a los inconformes, la mayoría mujeres, de la avenida Insurgentes hasta formar con sus escudos un reducido círculo y arrinconarlas en una esquina, a las afueras del edificio del PRI.

Pero si esto fue sorpresivo para quienes organizaron el acto y llevaron hasta la sede tricolor a centenares de simpatizantes a bordo de varias decenas de camiones de pasajeros, más lo fue la presencia del ex gobernador de Oaxaca, José Murat, quien fue citado para comparecer ante la Comisión de Justicia Partidaria para el desahogo de pruebas del proceso para expulsarlo de ese partido, a la misma hora del registro de Humberto Moreira y Cristina Ruiz, aspirante a la secretaría general del tricolor.

Así, mientras Moreira se dirigía desde el templete instalado para el registro de candidatos ponderando la militancia y actividad partidista de su compañera de fórmula y de él mismo, en el sótano del inmueble, Murat refería las cuatro elecciones a diputado federal, una a senador y otra a gobernador que ha ganado y que hoy le quieren desconocer, así como el encargo de coordinador de estrategia en la campaña que le hizo el propio Javier Duarte de Ochoa, actual mandatario de Veracruz.

“Que pena que el PRI quiera justificar las derrotas fabricando culpables –argumentó Murat en ausencia de Nabor López García, parte acusadora en el proceso para expulsarlo bajo el argumento de haber apoyado a un candidato distinto del PRI en la elección de Oaxaca– seguro van a buscar al responsable de que hayamos perdido Puebla, Sinaloa, o de la salida del PRI de Ángel Heladio, hoy candidato opositor en Guerrero”, lamentó Murat, quien destacó la ausencia de Beatriz Paredes en la ceremonia de preunción de Moreira.

Eran las 13:27 horas. En la explanada de la sede nacional del PRI y en el edificio que alberga las oficinas de la dirigencia nacional, varios cientos de simpatizantes aplaudían al gobernador con licencia y se burlaban del aviso de la Comisión electoral que anunciaba que iba a cerrar el registro de aspirantes a las 15 horas, sabedores de que la nominación de Moreira se pactó con semanas de anticipación y que nadie se atrevería a contrariar ese acuerdo.

Minutos después, del sótano salió Murat, quien a su paso por la explanada encontró todavía a decenas de militantes sorprendidos por su presencia en una ceremonia que no admitía sombras, y en la calle, rodeados por granaderos, una veintena de mujeres y hombres seguían recordando con pancartas y a gritos que Moreira dejó cuentas pendientes en Coahuila.