jornada


letraese

Número 174
Jueves 6 de Enero
de 2011



Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus

pruebate

opiniom


Católicas por el Derecho a Decidir


2010 Triunfo de la diversidad sexual

La entrada en vigor de las reformas al Código Civil del Distrito Federal que reconocen el matrimonio entre personas del mismo sexo, y los derechos que se desprenden del mismo como los de la seguridad social y la adopción, significan un paso importante para el abatimiento social y legal de la discriminación e intolerancia por motivos de sexo y de género, pero también un reto para la construcción de sociedades cada vez más respetuosas de la diversidad.
El 16 de agosto de 2010, el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) validó, por mayoría de nueve votos, estas reformas. El Alto Tribunal determinó que no existe impedimento alguno para que el legislador regule el libre acceso a esa relación jurídica en condiciones de plena igualdad para todos los individuos, con independencia de la identidad o de la diversidad sexual de los contrayentes, puesto que la Constitución protege a todo tipo de familias sin que el matrimonio entre un hombre y una mujer sea la única forma de integrarla, ni sea un concepto predeterminado e indisponible para el legislador.
Además, los ministros y ministras tomaron otra decisión trascendental al establecer que el matrimonio que se celebre en el Distrito Federal entre personas del mismo sexo, tendrá validez en el resto de las entidades del país.
Asimismo, el Pleno de la SCJN validó la adopción de menores para los matrimonios entre personas del mismo sexo, toda vez que ésta no vulnera garantías constitucionales. Lo que debe garantizar el legislador, indicaron, es que en el procedimiento para autorizar la adopción de un menor, se asegure que ésa sea su mejor opción de vida, al margen de la orientación sexual de la mujer o del hombre solteros solicitantes, o de si se trata de un matrimonio heterosexual o de personas del mismo sexo. Ello, precisaron los ministros, porque una prohibición de este tipo, no encuentra cabida en el texto constitucional, en cuanto consagra el principio de igualdad y prohíbe toda discriminación.
En Católicas por el Derecho a Decidir coincidimos con lo planteado por un importante grupo de organizaciones que promueven el respeto a la diversidad sexual al celebrar este fallo, “porque es un acto de reparación y rectificación de la justicia a favor de un grupo de la sociedad históricamente discriminado y excluido de derechos básicos. Es un dique a la intolerancia expresada en los intentos de decretar jerarquías con base en la orientación sexual de las personas, de crear campos de exclusión y dar forma jurídica a prejuicios atávicos. Es el triunfo de la norma civil sobre el dogma religioso que amplía los alcances del Estado laico, al otorgar garantías a la libertad de conciencia y a la libre decisión en la vida íntima y privada de las personas1”.
Desafortunadamente, la jerarquía de la Iglesia católica ha estado a la cabeza de mensajes que provocan discriminación hacia homosexuales y lesbianas. El rechazo y la condena a esta reforma por parte de jerarcas de nuestra Iglesia, ha dejado ver esta segregación. Si la jerarquía dedicara esta misma fuerza y tiempo a luchar por una vida digna con salarios justos, vivienda, salud, educación, realmente estaría contribuyendo al Reino de Dios.
Como católicas anhelamos una Iglesia comprometida con las personas cuya dignidad es mancillada en el mundo contemporáneo, que oriente y guíe en el mensaje cristiano, que valore a cada una de las personas, independientemente de su sexo o de su orientación sexual. Mancillar la dignidad de las personas, provocar la persecución, el odio, la homofobia, no es un mensaje cristiano. Consideramos que es tiempo de reconciliarnos con nuestra fe, con el amor a nuestra Iglesia. Es tiempo de encontrarnos con ese Dios misericordioso que nos ama, ese Dios del cual fuimos hechos a imagen y semejanza. Mujeres y hombres, independientemente de la orientación sexual, somos cuerpo de Cristo.
La homosexualidad y el lesbianismo son otras de tantas formas que tenemos para acercarnos a Dios y vivir el Evangelio. Si creemos en el mensaje de Jesucristo, no hagamos diferencia entre las personas (Santiago 2:1); con mayor razón, cuando esas diferencias son usadas para promover más discriminación.

1 Brito, Alejandro. Desplegado Matrimonio sin discriminación. En: El Universal y La Jornada, agosto 2010.

 


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