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Empresa estadunidense planea tener una central en órbita en 2016

Captar energía solar del espacio y convertirla en eléctrica, nueva apuesta
 
Periódico La Jornada
Miércoles 15 de diciembre de 2010, p. 3

París, 14 de diciembre. La idea de captar energía solar en el espacio nació en los libros de Isaac Asimov y otros autores de ciencia ficción en los años 40 del siglo pasado y cobró forma de proyecto en 1968 con los estudios de un científico estadunidense, Peter Glaser, quien patentó el concepto en 1973.

La utilización eficaz de la energía solar ofrece la posibilidad de suministrar energía eléctrica sin tener que administrar los problemas de contaminación y de basura, explicó Peter Glaser en esa patente.

Glaser había imaginado la posibilidad de transferir varios gigavatios de energía por microondas del espacio a la Tierra utilizando satélites geoestacionarios (en órbita a 36 mil kilometros por encima del mismo punto de la superficie de la Tierra) para captar la energía solar.

Captada en Tierra sobre vastas zonas de recepción, la energía debía luego ser convertida en eléctrica.

Desde los años 70, la idea fue ha sido examinada por el Departamento de Energía de Estados Unidos, la NASA, grandes compañías aeroespaciales y países como India y Japón.

Japón lanzó en 1998 un programa de desarrollo de la energía solar de origen espacial. Once años después, en septiembre de 2009, Tokio designó, tras una licitación, las empresas y los organismos encargados de materializar, de aquí a 2030, un plan muy ambicioso para concretar esta meta.

Luego de varias etapas, el propósito es crear una central solar espacial de una potencia de un gigavatio. La energía será transmitida hacia la Tierra mediante rayo láser o microondas.

En Estados Unidos –donde la Oficina Nacional de Seguridad Espacial del Pentagóno ha apoyado el desarrollo de energía solar de origen espacial–, la empresa californiana Solaren se lanzó a esta apuesta.

En un contrato suscrito el año pasado, prometió suministrar 200 megavatios de electricidad a la sociedad Pacific Gas and Electric gracias a una central solar, que estará en órbita a partir de 2016.

Otras firmas privadas (PowerSat, en Estados Unidos; Space Energy, en Suiza) se han declarado dispuestas a sumarse a esa experiencia.

India se acercó hace unas semanas a Estados Unidos con un proyecto defendido por su ex presidente Abdul Kalam, científico reconocido.

Garantía de abastecimiento terrestre, dicen

La energía solar captada en el espacio por satélites artificiales podría garantizar el aprovisionamiento eléctrico de instalaciones terrestres, según apuestan varias empresas, entre ellas la europea Astrium, que espera materializar esta meta en 2020.

No se trata, en un primer momento, de alimentar ciudades que disponen de infraestructura, sino a regiones aisladas, de acceso difícil, que necesitan electricidad, explicó Robert Lainé, director técnico de Astrium.

Ello permitiría suministrar ocasionalmente electricidad a una zona que ha sufrido una catástrofe, o a una instalación de purificación o desalinización, señaló.

En cuanto a alimentar grandes ciudades ocurrirá sólo cuando se haya agotado el petróleo, destacó Lainé, quien participó en una reciente conferencia sobre el tema, realizada en París.

Pensamos que lo más sencillo será empezar con un satélite que ya existe, y luego adaptarlo para captar energía en el espacio y dirigirla a instalaciones terrestres, subrayó el responsable de Astrium.

La primera demostración podría apoyarse en las capacidades del futuro satélite de comunicación Alphasat, con el objetivo de enviar a la Tierra algunos kilovatios de energía producida en el espacio, gracias a un láser infrarrojo, explicó.

Si hallamos financiación para empezar (próximamente), dentro de seis o siete años sería posible efectuar esta demostración, precisó Lainé. Agregó que Astrium busca socios más allá de las fronteras de Europa.

Mientras en Estados Unidos se preparan varios proyectos de gran magnitud, Astrium, que apuesta por un desarrollo progresivo, con una primera demostración de aquí a 2020 –quizá en 2016–, considera asociarse con empresas de Rusia y Japón para impulsar esta nueva filial tecnológica, destacó el experto.

Durante la etapa siguiente, en la década 2020-2030, varios satélites, capaces de suministrar hasta 100 kilovatios cada uno, podría converger para captar la energía solar y abastecer con electricidad a instalaciones terrestres, indicó.

Gracias a un espejo de 3.5 metros de diámetro, como el del telescopio científico Herschel, el satélite apuntaría hacia la Tierra un rayo láser infrarrojo de 20 metros de ancho, dirigiéndose a paneles solares de 30 por 30 metros situados en tierra, según el proyecto de Astrium.

La potencia recibida por cada panel podría alcanzar 300 kilovatios, que basta para alimentar decenas de horas, indicó.