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Un escocés de 60 años las recibió para reparar tejido nervioso dañado por un infarto

Inyectan células troncales fetales en el cerebro de un paciente

Derivan de un feto de 12 semanas que fue abortado en California en 2003; fueron sometidas a extensos análisis y purificación

Se dará seguimiento al caso durante dos años en consulta externa

The Independent
Periódico La Jornada
Martes 23 de noviembre de 2010, p. 2

Un ciudadano de Glasgow, Escocia, de 60 años de edad, ha sido la primera persona en el mundo que recibe inyecciones de células troncales fetales en el cerebro para reparar tejido nervioso dañado a causa de un infarto.

Los médicos que realizaron la operación, el fin de semana pasado, señalaron que no esperan ninguna mejora inmediata en la parálisis parcial del paciente, pues la prueba clínica tiene por objetivo primario verificar si este controvertido procedimiento es seguro.

El paciente, cuyo nombre no se ha revelado, fue dado de alta del Hospital General del Sur, de Glasgow. Durante los próximos dos años será sujeto a constante seguimiento en consulta externa para ver si ha sufrido algún efecto secundario. Las células troncales utilizadas derivan de un feto de 12 semanas que fue abortado en California en 2003. De entonces a la fecha fueron sometidas a extensos análisis y purificación, y han sido almacenadas y reproducidas en una instalación especializada en células troncales, cerca de Edimburgo.

Miles sufren discapacidades permanentes cada año

El profesor Keith Muir, principal investigador de la prueba, señaló que las células troncales fetales ofrecen una nueva terapia potencial para miles de personas que cada año sufren discapacidades permanentes causadas por daño cerebral, a raíz de obstrucciones en los vasos o sangrado interno.

El infarto es una enfermedad común y grave, que en gran número de personas deja una discapacidad significativa. En esta prueba buscamos determinar la seguridad y viabilidad de la implantación de células troncales, lo cual requerirá un cuidadoso seguimiento de los pacientes que participen, señaló.

Sería muy agradable ver una mejora en este paciente, pero quiero ser muy precavido en cuanto a esperar mucho en ese aspecto. Este estudio se refiere a seguridad, y lo que vigilamos es que no haya un efecto pernicioso, tanto a corto como a largo plazo.

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Sesos en muletas es el título de la obra de Vasily Slonov, que será exhibida en la ciudad siberiana Krasnoyarsk, donde anualmente se celebra un festival artísticoFoto Reuters

En la prueba clínica se reclutará a un total de 12 pacientes de infarto, quienes recibirán inyecciones de células troncales neurales preparadas y manufacturadas bajo licencia del gobierno por una empresa británica, ReNeuron, fundada en 1997.

El profesor Muir comentó que el primer paciente sufrió un choque isquémico, causado por una arteria bloqueada, hace unos 16 meses. Las células troncales se inyectaron usando una aguja especial, de 22 centímetros de largo, la cual se tuvo que insertar cuidadosamente en la zona dañada del cerebro.

“Sabemos que ha sufrido daño en una zona bastante extensa a consecuencia del infarto: gran parte del córtex motor y trozos adyacentes de tejido cerebral –explicó Muir–. Las células troncales se inyectaron en una zona del cerebro cercana al daño del infarto, no en la propia parte dañada. En esta etapa tardía después de un infarto en realidad lo que hay es un hoyo en el cerebro, donde antes había tejido cerebral.

“La zona dañada –añadió– probablemente es más grande que una pelota de golf. Si llegáramos a ver algo allí, serían cambios en la forma en que los tejidos se conectan entre sí. La idea de llenar un gran agujero en el que las células vayan y proliferen no se va a dar.

De ocurrir algo, sospecho que sería mucho más parecido a volver a encordar y promover el proceso de reparación que ocurre naturalmente, más que llenar estos grandes huecos en la cabeza. No me parece que ésa sea una perspectiva realista para este método.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya