Espectáculos
Ver día anteriorMartes 16 de noviembre de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

El cantante guanajuatense Pepe Ortiz difunde la gesta del Padre de la Patria

Un nuevo cura Hidalgo recorre Dolores, Chihuahua y el Metro

Aunque lo confunden con otros próceres, muchos lo escuchan con atención y le toman fotos

En el año del bicentenario de la Independencia, busca patrocinadores para su tarea

Foto
La caracterización puede hacerla cualquiera, pero no cualquiera la siente, dice el cantanteFoto Fernando Camacho
 
Periódico La Jornada
Martes 16 de noviembre de 2010, p. a10

Grave y digno, con el estandarte de la Guadalupana en la diestra, el cura Miguel Hidalgo y Costilla espera el Metro en la estación Miguel Ángel de Quevedo.

La última vez que se le había visto –allá por 1811– fue en la ciudad de Chihuahua, así que su aparición súbita en los andenes, al lado de pasajeros y vendedores de discos piratas, causa una especie de choque.

Alguno le grita a su paso ¡Viva México; otros ríen sorprendidos, y otros simplemente lo miran con incredulidad. Este tipo alto, de sotana, con aire de prócer y calva pronunciada, ¿es quien estamos pensando?

No, no es, por mucho que se le parezca. Más bien se trata del cantante guanajuatense Pepe Ortiz, quien, caracterizado como el Padre de la Patria, realiza una gira por todos los pueblos y ciudades del país donde el Hidalgo original peleó, amó y murió.

Para servir a ustedes

Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte y Villaseñor, para servirte, dice al presentarse. Se le ve cómodo en la piel del héroe, y también, un poco como éste y otro tanto como él mismo, Ortiz explica en entrevista los motivos de su peregrinaje.

Yo siempre me echo a cuestas empresas grandes y difíciles, como los tres concursos de canto que tengo, o el maratón de maratones que estoy haciendo al caminar 15 kilómetros diarios desde el 31 de agosto de 2008, dice.

Antes de este proyecto, que inició vestido con el uniforme de la selección mexicana de futbol, Ortiz ya había atravesado por otras carreras. Intentó ser seminarista y médico; fue supervisor de ventas de libros y vagó por Acapulco, Tijuana, San Diego y Los Ángeles.

Aprovechando el año del bicentenario, Pepe Ortiz decidió que era momento de cambiar la playera de la selección por la sotana de Hidalgo, y comenzó a prepararse para encarnar al héroe, sin ayuda de ninguna institución.

Además de leer todo lo de primaria, secundaria y bachillerato, el cantante perfeccionó sus conocimientos sobre el cura con obras de Luis Castillo Ledón y otros autores. Queda claro que se lo tomó en serio al escucharlo recitar de memoria todo el recorrido de Hidalgo, desde la parroquia de Dolores hasta su ejecución en Chihuahua, pasando por Celaya, Valladolid, Monte de las Cruces y demás paradas del camino.

A cada punto, Ortiz llega con una camioneta y un pequeño sonido para dar a conocer lo que el prócer hizo ahí, responde las preguntas de los curiosos y se toma fotos con ellos. Miles de fotos.

La caracterización cualquiera la puede hacer, pero no cualquiera la va a sentir. Yo sí puedo porque soy muy nacionalista; tengo el sentimiento patriótico y me siento Hidalgo. Lo único que no tengo de él es que no soy mujeriego, cuenta.

Su admiración por el héroe, a quien considera un hombre fuera de serie, a veces lo lleva a sentirse triste de ser Pepe Ortiz Urenda.

Nadie me pela, pero nomás me visto de Hidalgo, ¡y es un saludadero por donde quiera! Esto para mí es un apostolado y un homenaje, y está dando resultado hasta más de la cuenta.

También lo aflige que la mayoría de la gente no conozca al que se considera el padre fundador de México, y que lo confundan con Morelos, Villa o incluso con Cristóbal Colón.

A pesar de todo, sigue pensando que vale la pena completar la ruta de Hidalgo, aunque sea fuera de tiempo; busca patrocinadores ([email protected]); continúa admirando al hombre que llamó a coger gachupines y sigue yendo de pueblo en pueblo, contando una historia que quizás a muchos ya no les interesa oír.