El diputado Porfirio Muñoz Ledo lamentó que las esferas políticas, en especial el Congreso, no tengan voluntad para realizar una reforma del Estado, la cual, consideró, es urgente para que el país supere sus problemas. Resaltó que la única manera de que México salga del drama que enfrenta es convocar a un nuevo constituyente.

Tras su participación en el ciclo de mesas redondas Refundación del Estado y nuevo régimen político: reflexiones en el centenario de la Revolución, efectuadas en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, el legislador aseveró que el Congreso es de chisguete, ya que sólo adopta acuerdos que benefician a los poderes fácticos.

Es un Congreso absolutamente incompetente, se la pasa en el cuchufletas, es de chisguete. La revisión del presupuesto es una muestra de que (los diputados) no le entran al tema fundamental para la supervivencia del Estado, que es la reforma fiscal. Y el provecho lo sacan los gobernadores y los grupos de interés. Es necesario convocar a un congreso constituyente, no hay otra solución, pero este Congreso no sirve para eso.

La reforma del Estado, dijo, tiene más de una década pendiente, desde 1995 se ha planteado.

No se hizo en 1995, tampoco en 96. En 2000 la dejó volando Vicente Fox; hubo un nuevo intento en 2005, pero se abandonó; en 2007 se creó la llamada Comisión Ejecutiva de Negociación y Construcción de Acuerdos, se recibieron 6 mil ponencias de la sociedad y 900 de los partidos, que nos hicieron trabajar un año y el Congreso se ensució en su palabra. Ahí están todos los proyectos detenidos, hay material suficiente para revisar integralmente la Constitución, pero no les da la gana, es por ignorancia en parte y por pequeños intereses que lo pueden poner en juego.

Subrayó que la actual legislatura ha dado pruebas fehacientes de que es incapaz de hacer algo importante. Recordó que se propuso una reforma fiscal en profundidad que prohibió Francisco Rojas, coordinador del PRI en la Cámara de Diputados.

Otros ejemplos son la propuesta de reforma política a fondo, en la que tampoco se ha podido avanzar; tienen detenidos dictámenes que vienen arrastrándose hace 10 años, de derechos humanos, de pueblos indígenas o de federalismo. Ni siquiera la pequeña agenda de Felipe Calderón hemos podido desahogar.

Sostuvo que el Congreso está deshilvanado y sujeto a los poderes fácticos, a la fuerza de los gobernadores y a los intereses de corto plazo. Es incapaz de entender el drama que vive la nación.

Agradeció el recibimiento de los universitarios, en particular de los estudiantes, que responden muy bien a las ideas de fondo.