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Ver día anteriorJueves 11 de noviembre de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Mamá corazón de acero
A

pesar de haber seguido la trayectoria del juarense Alborde Teatro, recogida en la actualidad con gran acierto por Antonio Zúñiga como actor y dramaturgo y Rodolfo Guerrero –también él muy buen actor– como director escénico en sus montajes para adultos y para jóvenes y niños, me había detenido hasta ahora de ver Mamá corazón de acero por la idea de ligar esta nueva escenificación infantil con el homenaje –pospuesto por múltiples razones– que se le haría a Perla Szuchmacher, porque pensar en teatro para niños lleva irremediablemente a pensar en Perla. Ahora que se le hizo un reconocimiento en la Muestra Nacional de Teatro en Guadalajara me parece oportuno dar un rápido vistazo a lo que ha sido y es el teatro infantil.

Las rancias cenicientas han querido ser abatidas desde Clementina Otero para ser sustituidas por fábulas más oportunas, lo que en el transcurso de los años se fue dando y ahora, gracias a la sensibilidad de Marisa Giménez Cacho al frente del Programa de Teatro para niños y jóvenes, y de Mónica Juárez en el de Teatro Escolar, los prejuicios existentes hasta hace muy poco se derrumban, aunque se tiene cuidado de ofrecer lo pertinente a las distintas edades y los temas a tratar se abren en un abanico cada vez de mayor audacia en contraposición de las tendencias moralinas, que busca lo que interesa al niño contemporáneo. Perla Szuchmacher llegó al extremo y cruzó un puente antes prohibido con su versión del cuento Príncipe y príncipe que trata del matrimonio entre hombres homosexuales de gran éxito de crítica y público.

Antonio Zúñiga y Rodolfo Guerrero refrendan su respeto a la inteligencia de los pequeños que ya se había mostrado, entre otras, con la espléndida Pancho Villa y los niños de la bola y demuestran que ponen igual cuidado en el teatro destinado a los niños que el que se ofrece a los adultos. Con esta obra, Mamá corazón de acero, inspirada muy libremente en Madre Coraje –coraje en la acepción de valor– de Bertolt Brecht, Zúñiga procura un acercamiento a uno de los escritores mayores del siglo pasado al mismo tiempo que juega dramatúrgica y didácticamente con la historia que cuenta en sus dos vertientes, la adaptación del texto brechtiano y la vida de su autor. Considerada una de las más importantes obras antibélicas de Brecht Madre Coraje también pone en guardia al pueblo alemán de no cooperar con los ejércitos, como lo hace su protagonista –tomada de un cuento picaresco del siglo XVII– en la guerra de los 30 años, la codicia lleva a pérdidas irreparables aunque esta advertencia ha ido palideciendo ante la idea de una madre dispuesta a todo por dar de comer a sus hijos. Es sobre esta línea que el mexicano realiza su adaptación sin olvidar la otra intención del autor original, cuando el señor B culpa a la madre del carromato por lo ocurrido, y conserva la letra de las canciones con la música de Alberto Rosas Argáez en sustitución de la de Paul Dessau del original.

Al señor B (Antonio Zúñiga) se le aparece un niño (Nicolás Caballero) que es él mismo cuando era pequeño cuidado por la madre (Norma Angélica) y por el ama de llaves (Yolanda Abbud). El señor B le narra la historia de la Madre Coraje en que se ha convertido su propia madre, mientras B y el niño se vuelven sus hijos. El ama de llaves y Ana (Sandra Rosales), la asistente del escritor, también toman la personalidad de personajes de la obra que se va escribiendo ya no en la guerra de 30 años, sino en la época del nazismo ilustrada por el paso de ganso y los uniformes del oficial (Gilberto Barraza) y el reclutador (Gustavo Linares) y por los videos que se dan al final debidos a Jesús Hernández diseñador de la escenografía. Todas estas mutaciones quedan claras tanto por el texto como por la muy buena dirección de Rodolfo Guerrero que incluye algunas escenas bailables en coreografía de Marco Antonio Silva y la agilidad de los cambios escenográficos con apoyo casi de tramoyas de los asistentes de casa que devienen en soldados.

Al final, el grupo Albordeteatro que no olvida su origen juarense, por boca de Antonio Zúñiga hace un dolido exhorto para que todos tengamos en cuenta los horribles sucesos de que azotan a la mártir población de Ciudad Juárez.