Productores de disfraces y jugueteros aseguraron que el Día de Muertos se ha convertido en una de las fechas más importantes del año para ellos, debido a que sus ventas se incrementan hasta en 100 por ciento. En contraste, campesinos que siembran la tradicional flor de cempasúchil y comercializadores de calaveritas de azúcar aseguran que sus ventas se reducen cada año.

María Isabel Salazar, propietaria de una tienda de disfraces, comenta que la adopción del Halloween ha favorecido su negocio, al grado de que en vísperas de la celebración los clientes abarrotan su tienda y las bodegas se vacían.

En la tienda parece que regalan cosas, se llena tanto que no nos damos abasto para atender. Hasta los que limpian nos tienen que ayudar a vender.

Señala que en los cinco años que lleva con el negocio, ubicado en la colonia Roma, sus ventas han crecido 30 por ciento anual y sólo en noviembre se incrementan entre 80 y 100 por ciento.

Siempre nuestra mejor venta es en Halloween, todo el año trabajamos para esta fecha. Antes de cada modelo hacía seis prendas y ahora hago 45 de cada uno, declara. Agrega que sus mejores clientes son adultos que participan en fiestas de disfraces. El éxito es para adultos. En los niños como que no invierten, les compran la capita y el antifaz y ya, pero los adultos fácil se pueden gastar 5 mil pesos en su disfraz.

Miguel Ángel Martín González, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria del Juguete, comenta que para las empresas que se especializan en productos para el Día de Muertos (como las calabazas de plástico que los niños usan para pedir calaverita) la festividad representa un incremento de entre 4 y 5 por ciento de sus ventas anuales.

Destacó que se trata de un monto elevado, si se considera que para el Día del Niño se realiza el 10 por ciento de las ventas anuales de los jugueteros, mientras en la temporada Navidad y Día de Reyes se comercializa 65 por ciento de la mercancía.

En contraste, productores y vendedores de las tradicionales flores de cempasúchil aseguraron que este año las ventas han caído entre 20 y 50 por ciento.

Más de una decena de campesinos provenientes Puebla y Oaxaca, que se asentaron en la Central de Abastos de la ciudad de México, señalaron que las fuertes y lluvias recientes echaron a perder parte de la cosecha, lo que disminuyó la existencia del producto y elevó los precios.

El año pasado la maleta (bulto con cinco racimos) costaba 100 pesos, y ahora está en 120, indicó Agustín Torres Morales, de Santa María Teopoxco, Oaxaca, que hace 30 años se dedica a la venta de la flor.

Debido a las escasas ventas de este año, Patricia Hogarrio, quien desde hace 46 años tiene un puesto de flores afuera del Panteón Xoco, al sur de la ciudad de México, sólo compró 20 bultos de cempasúchil, cuando hace unos años compraba más de 100.

Vendedores de calaveritas de azúcar del Mercado Santa Cruz Atoyac señalaron que hasta hace tres años debían comprar cuatro cajas con 20 piezas cada una para satisfacer la demanda, mientras ahora compran apenas dos.