La Junta de Coordinación Política del Senado ratificó ayer el acuerdo de otorgar este año dos medallas Belisario Domínguez: una post mórtem a Javier Barros Sierra, quien fue rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) durante el conflicto estudiantil de 1968 y otra para el panista Luis H. Álvarez.

Fue una forma salomónica de dirimir el conflicto surgido en el Senado ante la decisión del Partido Acción Nacional (PAN) de mantener la candidatura del ex comisionado para la paz en Chiapas, pese a que las demás fuerzas políticas se pronunciaron por galardonar a Barros Sierra, como una forma de rendir homenaje a la Universidad Nacional Autónoma de México, que este 2010 cumple 100 años de existencia.

Durante la reunión de ayer se acordó modificar el reglamento para la entrega de la medalla Belisario Domínguez, a fin de que por esta única ocasión, la presea sea otorgada a más de una persona y se indique además que la premiación se llevará a cabo siempre en el recinto de Xicoténcatl, que se habrá de mantener como museo cuando el Senado se mude a su nueva sede de Reforma e Insurgentes.

Tanto el Muro de Honor, con el nombre de todos los galardonados se mantendrá en Xicoténcatl, así como la estatua de Belisario Domínguez, y cada años se llevará ahí a cabo la sesión solemne para otorgar el galardón a aquellos mexicanos distinguidos por sus aportaciones en la política, la ciencia y el arte. El acuerdo se oficializará ante el pleno en la próxima sesión.

El coordinador de los senadores del Partido del Trabajo (PT), Ricardo Monreal, comentó que se manifestó en contra de que se entreguen este año dos medallas Belisario Domínguez, ya que se debió galardonar exclusivamente a la UNAM a través de la figura de Barros Sierra.

Se puede desnaturalizar el propósito de esa medalla de honor, al partidizarse, comentó Monreal, en relación a la postura del PAN, que no aceptó ninguna solución al diferendo que dejara fuera a Álvarez. ¿Por qué pedirla para un militante de un partido?, preguntó.