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Adiós a un maestro generoso

Colegas y amigos lo ubican como refrente de la historia del país

Friedrich Katz amó a México al entregarse a su estudio
 
Periódico La Jornada
Domingo 17 de octubre de 2010, p. 3

Intelectuales e historiadores elogiaron la obra de Friedrich Katz. Enrique Semo, Javier Garciadiego, Emilio Kourí, Pedro Salmerón y Paco Ignacio Taibo II, entre otros, coincidieron en señalar su amor por nuestro país y el aporte a la historia mexicana, especialmente sobre la Revolución Mexicana y la figura de Francisco Villa.

Amigo de Katz por medio siglo, el historiador Enrique Semo dijo que fue un hombre de una generosidad ilimitada con sus muchos amigos. Se auna una orientación progresista y un respeto ilimitado a la verdad científica; ayudó a muchos mexicanos a entrar al medio académico norteamericano. Descanse en paz el gran amigo que tuve la fortuna de tratar durante 50 años.

De acuerdo con el científico social, su gran valor como historiador es haber desarrollado una interpretación de la Revolución Mexicana con gran acopio de información de fuentes originales. Es sin duda el mayor biógrafo de Pancho Villa, le dio al personaje nueva vida al demostrar sus múltiples capacidades y al rescatarlo de una visión populista barata. Visitó todas las épocas de la historia de México, al final tenía una visión orgánica de nuestro país. Trató especialmente a los campesinos y a los revolucionarios de clase media al restituir su lugar en la historia de México.

El hombre agradecido es el hombre de buenos sentimientos, con esa frase Javier Garcíadiego recordó a quien fue su maestro cuando estudió el doctorado en historia en la Universidad de Chicago. Vía telefónica desde París, el director de El Colegio de México expresó que fue un hombre agradecido con México, porque el país, al darle asilo le salvó la vida a él y a su familia. A su vez, él pagó ese gesto a México amándolo como país, su historia y entregándose a su estudio. Ahora los que tenemos una deuda con él somos todos los mexicanos aficionados a la historia, pues hizo aportaciones muy valiosas.

Por su parte, sin duda uno de los colaboradores más cercanos, el director del Centro de Estudios Mexicanos Friedrich Katz de la Universidad de Chicago, Emilio Kourí, señaló que “fue el historiador de la Revolución Mexicana más importante de todo el siglo XX por varios motivos. El primero, ligado a su libro La guerra secreta, porque le añadió ese matiz internacional al análisis de la Revolución, del que había mayoritariamente carecido, y en ese sentido profundizó nuestro conocimiento de ese periodo. La otra tiene que ver más con su segundo libro, el de Pancho Villa.

No exageramos al decir que revolucionó nuestra comprensión de lo que fue ese gran movimiento social y armado en el norte, que en las manos de los cronistas de la época y luego algunos historiadores posteriores fue visto generalmente como un movimiento carente de una agenda reformista revolucionaria, un movimiento un poco amorfo, les gusta enfatizar el bandidaje, la violencia. Lo que Katz logró magistralmente demostrar es que había una agenda reformista muy importante.

En opinión del historiador Pedro Salmerón “cualquiera que haya leído alguno de sus muchos libros sabe que sus contribuciones están fuera de duda. Por eso quiero hablar de él como persona. Era un hombre bueno y siempre respondió a México con generosidad. Decía que México y el general Lázaro Cárdenas le salvaron la vida. Su padre era dirigente del Partido Comunista de Austria y además judío, cualidad que lo convirtió en objetivo del fascismo.

Foto
Portada del libro de próxima publicación

Katz llegó a México a los nueve años y siempre se identificó con el país. Estudió la licenciatura en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, con una tesis sobre el derecho de propiedad entre los mexicas, que ya reflejaba su interés y capacidad académica. Luego se fue a estudiar a Alemania, pero nunca dejó de sentirse mexicano y austriaco. Era tímido, aunque de una generosidad intelectual no tan fácil de darse en una figura de su calibre. Siempre estaba dispuesto a recibir las críticas. Sin poner en duda la gran magnitud de su obra, alguna vez hice algunas críticas sobre detalles de su obra y él siempre me respondió con una enorme apertura para discutir y hablar. Es uno de los mayores escritores sobre la historia de la Revolución Mexicana.

El también historiador Paco Ignacio Taibo II, desde la Feria del Libro en Monterrey, afirmó: Le tengo una inmensa estima a su libro sobre Villa y a él en persona; afortunadamente nos conocimos y nos vimos en muchas ocasiones. Su libro sobre Villa me parece una pieza clave en la historia de los mexicanos y en los libros sobre la materia. Habíamos hablado con Pedro Salmerón de tener un encuentro próximo, que ya no podrá ser posible. Lo lamento profundamente; este ha sido un año terrible en cuanto a las pérdida de intelectuales que han estado comprometidos en el país como poca gente; es un año muy duro. Siente uno la guadaña rondando en torno a uno.

Carlos Antonio Aguirre Rojas, historiador, comentó que la interpretación de Friedrich Katz del proceso global de la Revolución Mexicana es una de las más importantes, por ser materialista, crítica y original, porque correlaciona el papel de todos los personajes de ese movimiento con las clases sociales, sectores y fracciones de clase que ellos expresan. Eso permite romper la idea de que la Revolución Mexicana es un solo proceso y descubrir cómo, por ejemplo, Madero representa un proyecto de país diametralmente opuesto al de Villa o Zapata, o al triunfador del grupo Sonora, con Calles y Obregón a la cabeza.

Además, su trabajo sobre Villa es el más completo hasta ahora, en términos sociológicos e históricos, al explicar las bases materiales del proyecto villista y todo el papel de este movimiento en el proceso global de la Revolución. Debemos a Katz el reconocimiento de que México no es uno sólo, sino tres distintos en la larga duración de la historia de nuestro país: el México del norte, el del centro y el del sur, diferentes en lo geográfico, étnico, arquitectónico, económico, social, político y cultural.