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El Museo Memoria y Tolerancia abre sus puertas en la plaza Juárez del Centro Histórico

Pugnamos por fomentar la reflexión que derive en acción social: Sahron Zaga

México es tercero en solidaridad y último en filantropía, afirma la directora del nuevo recinto

Una encuesta revela que 90 por ciento de los mexicanos creen que tolerar es soportar, dice

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Vista parcial del Museo Memoria y Tolerancia, donde se exhiben imágenes sobre el genocidio alemán contra los judíos que nunca se habían mostradoFoto Cortesía del museo
 
Periódico La Jornada
Martes 12 de octubre de 2010, p. 6

La ciudad de México cuenta con un nuevo recinto cultural: el Museo Memoria y Tolerancia que ayer fue inaugurado por el presidente Felipe Calderón.

Se trata de algo único en el país, pues, a diferencia de otros espacios semejantes en el mundo, su propósito es transmitir la tolerancia mediante la memoria histórica al mostrar los máximos ejemplos de racismo e intolerancia a los que ha llegado el ser humano, como los genocidios.

Ubicado en la plaza Juárez s/n, frente al Hemiciclo a Juárez, Centro Histórico, abre sus puertas con la misión no sólo de conservar la memoria, sino también de ir más allá de los límites tradicionales de un museo con ese perfil.

Como fin último se busca reflexionar y difundir la importancia de la tolerancia y la diversidad, que fomente o derive en una acción social concreta.

El museo cuenta al final de su recorrido con un apartado donde se ubican diversas organizaciones no gubernamentales –desde las preocupadas por el medio ambiente, pasando por las clínicas del dolor, hasta aquellas que trabajan con niños–, para personas interesadas en contribuir o participar de una u otra manera, explica la fundadora y directora del recinto, Sahron Zaga.

Jóvenes, principales destinatarios

La tolerancia es el compromiso con el prójimo, expresó Zaga, también promotora cultural. “Según el Cemefi (Centro Mexicano para la Filantropía), México es el último país en el mundo en filantropía y el tercero en solidaridad; lo que no se explica es cómo siendo tan solidarios, estamos tan lejos en la filantropía. De ahí que el Museo Memoria y Tolerancia tiene entre sus retos generar la cultura de la filantropía.

El reto y el éxito se va a medir no tanto por el número de visitantes al museo, sino en cuántos proyectos con perfil social puedan incrementar su desarrollo.

Si bien el mensaje va dirigido a todo tipo de público, lo que se quiere es orientarse principalmente a los jóvenes, continúa Zaga.

Se decidió dar esta característica al recinto, porque “transitar por tan impactante memoria histórica para sufrir no tiene ningún sentido. Sin duda se debe comprender lo que pasó, pero la idea es generar conciencia, fomentar la reflexión que derive en acción social.

Por ello, más que un museo histórico convencional, lo que buscamos es un equilibrio entre las salas dedicadas a la memoria, a los diversos genocidios, incluyendo los más recientes, y la tolerancia.

La tolerancia, abundó Zaga, “no como un discurso banal que habla de las relaciones armónicas y el diálogo, sin antes entender profundamente cuáles son las consecuencias de no tenerla.

“Es preocupante que entre los resultados de una encuesta que realizamos, más de 90 por ciento de los mexicanos respondió que tolerancia es para ellos: soportar.

Yo tolero lo que no me gusta. Y eso no es la tolerancia. Tenemos que reposicionar ese concepto, que es un gran valor.

El museo se divide en dos grandes secciones: Memoria y Tolerancia; y el recorrido se inicia en el quinto piso del inmueble.

Las primeras salas giran en torno a la temática del genocidio, entendido éste no por la cantidad de víctimas o la valoración de su sufrimiento, sino por la intención del perpetrador de destruir a un grupo por ser racial, étnico o religioso.

Se documentan las matanzas sistemáticas de Aldolfo Hitler, generales y científicos en Alemania, conocidas como el Holocausto. El asesinato masivo y sistemático de 11 millones de personas.

Aquí el visitante, entre otras cosas, podrá ver de cerca cinco instrumentos originales de medición racial; un vagón, también original, en el que transportaban a los judíos a los campos de concentración, y un radio del millón de aparatos que regaló Goebbels para trasmitir sus mensajes de propaganda. Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad, decía.

Imágenes nunca mostradas sobre el exterminio con monóxido de carbono de discapacitados. 250 mil personas fueron asesinadas de esa manera.

Entre fotografías, documentos y videos históricos y contemporáneos, adicionalmente se documentan otros casos de genocidio y crímenes de lesa humanidad en países como la ex Yugoslavia, Ruanda, Guatemala y Camboya.

Alerta contra la indiferencia

La sección Tolerancia se integra por 20 salas, diseñadas de manera didáctica, tituladas, por ejemplo: El otro y yo, Estereotipo y prejuicio, El diálogo, El poder de la palabra, Discriminación, odio y violencia, Derechos Humanos, La riqueza de la diversidad, Realidades intolerables, Nuestro México, Compromiso o indiferencia y Lecciones para la humanidad.

El recinto albergará obra contemporánea de Jan Hendrix, Helen Escobedo y Rafael Cauduro, entre otros artistas.

El Museo Memoria y Tolerancia pretende alertar del peligro de la indiferencia, la discriminación y la violencia para crear conciencia, respeto y responsabilidad en cada individuo.

El nuevo recinto, auspiciado por la iniciativa privada, abrirá sus puertas a todo público el 18 de octubre, a las 13 horas, en plaza Juárez s/n, frente al Hemiciclo a Juárez, en la Alameda Central.