Sociedad y Justicia
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Démosle chanza a la naturaleza, pide habitante de Cabo Pulmo

Confían ecologistas en cancelación del proyecto turístico Cabo Cortés

Sería prácticamente una ciudad y destruiría los arrecifes: Greenpeace

 
Periódico La Jornada
Martes 24 de agosto de 2010, p. 37

Démosle chanza a la naturaleza y a las siguientes generaciones de conocer lugares como Cabo Pulmo, en donde hay 226 especies marítimas de las 800 del Golfo de California, pidió Mario Castro, uno de los 120 habitantes que durante más de dos décadas han luchado por mantener dicha zona arrecifal, una de las más antiguas del Pacífico mexicano y considerada por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como patrimonio natural de la humanidad.

El también integrante de la organización Amigos por la Conservación de Cabo Pulmo, ubicada en Los Cabos, Baja California Sur, dijo estar confiado en que el secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Juan Elvira Quesada, ordene la cancelación del proyecto turístico Cabo Cortés, que ocuparía una extensión de 3 mil 800 hectáreas en la que se construirían 3 mil 655 habitaciones, 7 mil 816 unidades residenciales, dos campos de golf, una marina con 490 posiciones de amarre, centros comerciales y cinco mil viviendas para las personas que lleguen a trabajar en la construcción y posterior manejo del complejo.

Se erigiría prácticamente una ciudad, que impactaría negativamente en el parque marino nacional de Cabo Pulmo, ya que se arrojarían al mar 500 litros por segundo de salmuera producidas por las desalinadoras que llegarían a dicho parque; además se otorgarían a ese desarrollo 4.5 millones de metros cúbicos anuales de agua en una zona donde es escasa el agua dulce, agregó Alejandro Olivera, coordinador de la campaña de océanos y costas de Greenpeace.

Lo más adecuado es que ese proyecto, cuyo costo se estima en mil millones de dólares, impulsado por la empresa española Hansa Urbana, no se lleve a cabo, pues en pocos años destruiría los arrecifes que se localizan en el parque de Cabo Pulmo; incluso una de las etapas del proyecto está en la parte norte de esa zona, abundó.

Mabel Bustelo, de Greenpeace España, expuso que la empresa Hansa Urbana está sujeta a investigaciones por incumplimiento de las normas de construcción en aquel país, donde en los 15 años recientes prácticamente se saturaron con desarrollos urbanos las playas. Allá, este negocio está a la baja y por eso las empresas están en busca de los paraísos naturales en otros países. No les importa la destrucción de la naturaleza, sino las ganancias.

Destruyendo el paraíso

Durante la conferencia de prensa se transmitió un video en el que Exequiel Escurra, director del Instituto para México y Estados Unidos de la Universidad de California, comentó que dicho desarrollo turístico debe cancelarse. El hecho de que la Semarnat otorgara en 2008 la autorización para Cabo Cortés y dos años después decida que la empresa debe modificar la manifestación de impacto ambiental porque tiene irregularidades pone en evidencia la forma en que se aprueban esos proyectos que ponen en riesgo al medio ambiente. Científicos y conservacionistas no queremos que Semarnat modifique la autorización, sino que la cancele.

En las aguas del parque nacional de Cabo Pulmo, de acuerdo con el estudio Cabo Cortés: destruyendo el paraíso, elaborado por Greenpeace, está el único arrecife de coral vivo de Norteamérica; durante los años 80, en el siglo pasado, sufrió una fuerte presión por la pesca y actividades deportivas que pusieron en peligro su supervivencia. En 1995 los habitantes iniciaron su recuperación y en 2000 fue designado parque nacional; ahora es una de las zonas más ricas en biodiversidad del Golfo de California.

La parte terrestre del parque se compone de desierto, depósito de aluviales, arena, grava; hay diversidad de reptiles y aves y se localizan mamíferos como la liebre negra y el venado bura.

El proyecto turístico va a destruir la semilla de la vida marítima. Si eso pasa, ¿de qué vamos a vivir? Allá la gente vive bien, no necesita un desarrollo así. Los turistas que quieran campos de golf, bares, restaurantes y bonitos hoteles tienen Cabo San Lucas; los que quieran convivir con la naturaleza que vengan al parque, asentó Mario Castro.