Opinión
Ver día anteriorMartes 24 de agosto de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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En la Juan Martín: Mosaicos
L

a galería Juan Martín exhibió un conjunto de mosaicos que provienen de Arte y decoración, empresa oaxaqueña a cargo del envío de las muestras en conjuntos de cuatro losetas que se exhibieron apeadas en soportes y acompañadas de fotografías en las que en algunos casos los mosaicos se encuentran ya instalados en determinados ámbitos. La mayor parte de los diseños corresponden a Francisco Toledo. La mínima cantidad a que pueden adquirir los posibles compradores es de 10 metros cuadrados, pero en un caso es posible adquirir sólo uno o más mosaicos a 70 pesos por pieza: las caretas de monos diseñadas por Toledo.

Si tenemos en cuenta el caso de los papalotes, del papel que se fabrica en San Agustín Etla, y de otras incursiones, puede establecerse una comparación entre lo que se propone en Oaxaca y lo que muchas décadas atrás efectuó Roger Fry, crítico de arte y pintor inglés que auspició los llamados Talleres Omega, en Londres. Los talleres se encontraban en Bloomsbury; en ellos era posible adquirir objetos hechos a mano, tapices, alfarería, lámparas etcétera. Puede decirse que se constituyeron en una variedad moderna vinculada a aquello por lo que había pugnado William Morris, pero bajo diferentes parámetros en cuanto a diseño. En todo caso, tanto en Bloomsbury como ahora en Oaxaca, es al diseño a lo que se da máxima importancia. Eso, creo,coadyuva no sólo a la apariencia de los elementos, sino igualmente a la ampliación de la educación visual de obreros-artesanos.

En términos generales, los diseños, en cantidad mayoritaria, que más llaman la atención son los del propio Toledo, quien geometrizó elementos que le han sido característicos, sintetizando, por ejemplo, pares de frijoles, alas de murciélago, insectos que convergen en módulos de cuatro losetas o trayectos serpenteados, que pueden presentarse en blanco y negro o en cualquier otro par contrastante, lo mismo que sucede con los rehiletes, los alacranes o los escorpiones. En algunos casos, el diseño corresponde a geometrías que se van circunscribiendo a partir de cuadrados irregulares en decreción. Muchos de los elementos, como sucede con los cuadrados espinados o con las estilizaciones de escorpiones, provienen de composiciones prototípicas del artista, mutadas en diseños que convergen.

Según me informé, Toledo convocó a varios artistas que proporcionaron diseños para estos mosaicos. Algunos fueron aceptados y otros no. Entre quienes sí lo fueron, me permito destacar a Jan Hendrix, cuyos diseños pueden dar lugar a posibilidades combinatorias; lo mismo sucede con otro de los diseños mejor pensados y elaborados con tendencia OP, de José Castro Leñero, cuyos diagramas dan lugar, por lo menos, a seis posibilidades combinatorias, de las cuales la de los cubos inestables es la que me resulta más interesante.

Los entrelazados del Dr. Lakra lucen muy efectivos y hay fotografía que muestra cómo se ven o como podrían verse en el piso de una biblioteca; los de Laureana Toledo, inspirados en su trabajo sobre Cummings, pueden armar algo semejante a un laberinto; los de Trine Ellitgsgaard son espirales concatenadas, y los de James Brown ofrecen punteados en círculo de diferentes dimensiones.

El propósito es fomentar este tipo de producción en serie, pero no hay que soslayar que todos los diseños son de autor, como aconteció con el taller Omega de Roger Fry, el cual logró imponer, durante un lapso, un cambio bastante radical en cuanto al diseño. La moción Fry, totalamente vigente como teórico, se vió interrumpida durante la primer posguerra mundial del siglo pasado, pero el influjo quedó.

El 19 de agosto se proyectó, en el taller de usos múltiples de La Esmeralda, el documental Informe Toledo, dirigido por Albino Álvarez, quien se hizo presente, pero sin tomar la palabra, aunque lo invitaron a hacerlo. La música del documental es de Steven Brown. Hubo varios comentarios al respecto, pero toda vez que su exhibición, digamos oficial, está en puertas, hay que esperar que suscite evaluación de expertos.

Hubo bastante asistencia de alumnos; a la proyección del largometraje, cuya duración aproximada es de una hora con 20 minutos, sucedió un panel de ponencias en el que la crítica tuvo un papel importante. Participamos, además de la ideadora y coordinadora Germaine Gómez Haro, otras cinco personas: Ingrid Sukaer, Carlos Blas Galindo, Edgardo Ganado Kim, Jorge Alberto Manrique y yo, todos, invitados por Gómez Haro.