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El conjunto de Enrique Meza logró su segundo triunfo al hilo

Se encarrila el Cruz Azul ante un desdibujado Atlante
 
Periódico La Jornada
Domingo 1º de agosto de 2010, p. a22

La Máquina va viento en popa, en partido pasado por lluvia sumó su segundo triunfo al hilo al vencer por cómodo 2-0 a un desdibujado Atlante, equipo que va en sentido inverso y ligó dos derrotas en lo que va del torneo Apertura 2010.

La gente en el estadio Azul soportó el aguacero y el frío, pero salió contenta en lo que pinta como un buen torneo para su equipo, tras las anotaciones al minuto 29 de Alejandro Vela y al 73 de Emanuel Villa, ambas gracias a pases del destacado Christian Chaco Giménez.

El juego tuvo un buen comienzo, en el cual Cruz Azul mostró mejor desempeño en general. El contraste era evidente; el cuadro del técnico Enrique Meza se plantó ordenado y sólido, con la mira fija en el marco defendido por Moisés Muñoz, y con llegada, principalmente, por el costado derecho, por conducto del Chaco, mientras en el centro gravitó Javier Chuletita Orozco, quien ayer se fue en blanco.

El Potro, enjuto y desorientado, apenas tuvo un esbozo, jugó bien un par de minutos, muy poco se atrevió a salir más allá de la media cancha, pero su ataque fue chato, sin profundidad ni audacia, apenas un disparo de Santiago Solari. Las cosas iban tan mal para el cuadro de Cancún que el técnico René Isidoro García puso a calentar a Arturo Muñoz.

Al minuto 25, Orozco recibió un centro desde la derecha, pero su remate se topó con una gran atajada del portero Muñoz; un par de minutos más tarde, Fausto Pinto volvió a abastecer al Chuletita y de nuevo Moisés estuvo atento.

Sin embargo, al minuto 29 Vela aprovechó un titubeo de Muñoz y punteó el esférico a la derecha del guardameta antes de que el defensa Fernando Navarro atinara a despejar.

Tras el gol se precipitó una intensa lluvia y cuando los jugadores regresaron del descanso la cancha tenía varios charcos; parecía la casa del jabonero, cual más caía o resbalaba a pesar de que varios jugadores decidieron cambiarse los botines por otros de más tachones para afianzarse mejor al césped.

El público se mojaba y divertía con las caídas de unos y otros, pero en el banquillo Isidoro García prefirió salvaguardar la inversión hecha en algunos elementos y no quiso arriesgar de más al intrascendente Solari. También se produjeron jugadas ríspidas que derivaron en tarjetas amarillas, sobre todo para los atlantistas.

El cuadro cementero continuó siendo el más ofensivo y al minuto 59 Tito Villa cimbró el poste izquierdo con un remate, luego Orozco salió con la nariz sangrando por un codazo que el árbitro no vio, y enseguida cayó el 2-0.

El Chaco dio un pase por el centro hacia Villa, el portero salió al choque, pero el argentino se levantó raudo y clavó la segunda anotación, mientras Muñoz se quedó tirado, doliéndose.

La afición despidió a su equipo coreando oles y aplausos.