Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 11 de julio de 2010 Num: 801

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

El águila y el escorpión
AUGUSTO ISLA

Dos estampas
MAURICIO QUINTERO

De princesas promiscuas
y malhabladas

ADRIANA DEL MORAL

Un intercambio con
Alejandro Aura

JULIO TRUJILLO

“Vivir no fue cumplir un requisito”
EDUARDO VÁZQUEZ MARTÍN

Kapuscinski con un fusil
al hombro

MACIEK WISNIEWSKI

Agua estancada déjala correr
RAÚL OLVERA MIJARES entrevista con MARYSOLE WÖNER BAZ

Leer

Columnas:
Señales en el camino
MARCO ANTONIO CAMPOS

Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Corporal
MANUEL STEPHENS

Mentiras Transparentes
FELIPE GARRIDO

Al Vuelo
ROGELIO GUEDEA

El Mono de Alambre
NOÉ MORALES MUÑOZ

Cabezalcubo
JORGE MOCH


Directorio
Núm. anteriores
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Felipe Garrido

Arenas

Hubo un gobernante que decidió poner orden en el desierto. Dicen que varias veces parpadeó el recién llegado –eran parajes que no conocía. Dicen que arrugó el entrecejo y volvió a parpadear y carraspeó varias veces, pero finalmente habló. Puso cara de saber dónde estaba y qué debía hacer. Lo deslumbraban las dunas, las interminables y movedizas arenas. Le molestaba que no tuvieran fin, que no supiera dónde terminaban y no pudiera prever la dirección en que se moverían –así presumiera conocerlas. Le molestaba que sus pasos alzaran arena –no sabía hacerlo de otra manera. Había que poner orden, lo dijo en voz alta y puso cara de que sabía cómo. Había que acabar con aquella extensión que no lograba abarcar. Y comenzó como pudo, con la idea fija de remover las arenas. No escuchó a nadie. Los lanzó contra el inasible desierto. Levantó una tormenta incontenible. Allí se perdió el infeliz.

De las historias de san Barlaán para el príncipe Josafat