Opinión
Ver día anteriorMartes 8 de junio de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Vándalos
L

a espantosa maraña política de la educación mexicana crece sin freno y se llena de más intemperancia y conflictividad porque es un inmenso rompecabezas sin fin: los protagonistas no sólo no buscan acuerdos, se repelen; el conjunto del aparato educativo no se corresponde con las necesidades de la sociedad, y los gobiernos y los políticos carecen de la capacidad para resolver las ingentes y crecientes trabas que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) ha puesto al país por décadas.

La maraña rueda como en alud, causando daños sin cuento. Gobiernos van y gobiernos vienen, de todos los tipos y colores, y la maraña crece y ha logrado llegar a un estado de crispación que no apunta sino hacia el empeoramiento de su propia condición e historia. La reina madre de la maraña, Elba Esther Gordillo, maromea y da bandazos sin perder los hilos del mayor poder que haya tenido líder sindical alguno, y no hay político, de ningún signo, que se atreva a decir ni pío de la madre de todos los caciques.

¿Qué es lo que han logrado? ¿Qué victoria política han alcanzado los miembros del sindicato asociados a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), de Oaxaca, Michoacán, Guerrero, Zacatecas, Veracruz y Aguascalientes, con la barbaridad vandálica que cometieron con la histórica puerta de la Secretaría de Educación Pública (SEP)? Alonso Lujambio tiene razón: es el colmo que una minoría de vándalos opte por destruir bienes culturales que pertenecen a todos como medida de presión. Es el colmo, agrego, que estos vándalos sean ¡profesores! ¡Qué modo de exhibir primitivismo y no educación de estos mentores de niños mexicanos! No han ganado nada. Han perdido. Han cometido un delito que hiere la sensibilidad cultural e histórica de miles de mexicanos. Han ganado descrédito.

Frente a su hazaña, como si fueran crías inocentes, han declarado con un cinismo proverbial que no fue planeada ni teníamos como intención dañar ningún patrimonio de los mexicanos. ¿Fueron sin intención los golpazos con polines que medio México vio provenientes de unas mentes delirantes enardecidas? ¿Creen ustedes, señores profesores sin conciencia ciudadana ni histórica, que a garrotazos a un bien público valioso están haciendo trabajo de zapa para derribar a su congénere la profesora Gordillo? ¿Alguien ve alguna diferencia de actitud, posición, programa, frente a la maltrecha educación mexicana, entre la señora Gordillo y estos militantes de la CNTE? ¿El vandalismo puede sustituir al cacicazgo?

Lujambio también tiene razón frente a la ausencia de actuación de los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, quienes sólo observaron y no intervinieron. Pero el cinismo y oportunismo político de José Ángel Ávila, secretario de Gobierno del Gobierno del Distrito Federal (GDF), no se queda atrás: es falta de seriedad del titular de la SEP, ya que si él ya hubiera resuelto el conflicto magisterial los integrantes de la CNTE no habrían llegado a la ciudad, exclamó sin pensar en el contenido de sus palabras.

Sí, es verdad, ni el actual, ni ningún otro secretario de la SEP ha resuelto los problemas de la educación, principalmente porque todos han estado al servicio del SNTE. Pero, ¿cómo puede argumentarse ese hecho para que la policía no actúe cuando están cometiéndose actos de vandalismo innombrables que son en sí mismos delitos graves, ante sus propios ojos, sin relación alguna con el comportamiento del titular de la SEP? Ávila tiene palabras de reprobación para Lujambio, pero no para los vándalos. Lujambio que se joda, aunque se destruyan bienes valiosos de la nación; ¿ese es el punto? ¿Ve usted, señor Ávila, a estos vándalos como objetivamente sus aliados políticos? Le pidió la Secretaría de Gobernación y la de Seguridad Pública, dice, que no interviniera en el conflicto político entre la CNTE y la SEP, ¿y usted entendió que esa solicitud de no intervención incluía los delitos que pudieran cometer? Qué inteligente y qué buen gobernante es usted.

¿Cuál fue la ganancia política del GDF dejando que los vándalos cometieran tal destrucción porque no tenía oficio con sello y firma ni de la Secretaría de Gobernación ni de la de Seguridad Pública Federal solicitando que la policía actuara frente al vandalismo en acto? No ganó nada usted, señor Ávila; perdió mucho frente a la sociedad, y le hizo daño al propio Gobierno capitalino.

Lujambio no recibió a los miembros de la CNTE porque hace décadas que la SEP vive en la molicie más babieca, amarrada de pies, manos y cerebro por el SNTE y en la actualidad lo está con cadenas y candados. La secetaría está paralizada para llevar a cabo un programa de reformas de fondo porque quien manda es Gordillo.

Los vándalos son seres primitivos educados por el sistema de educación que tenemos, que además los hizo profesores. Las imágenes de estos profesores destruyendo la puerta de la SEP son unas de las más tristes, más indignantes, más primitivas que puedan verse. ¿Qué clase de sensibilidad y de cultura tienen estas personas que lo que saben es golpear con garrotes?

Los políticos que nos gobiernan son también hijos de este sistema educativo. Así está en México la educación, que hoy se llama en el mundo la palanca fundamental del desarrollo.