Domingo 6 de junio de 2010, p. a16
La historia mundial está llena de héroes casi míticos –pero reales– que pelearon para liberar a su tierra de algún invasor, le dieron unidad a sus países o se convirtieron en iconos para sus pueblos al conseguir la paz mediante la guerra.
En el caso de Arabia Saudita, Abdul-Aziz Ibn Saud reunió en su persona esas tres características, al derrotar al imperio otomano con una hazaña militar casi increíble, lo que a la postre reunió en torno a un solo gobierno a las diversas tribus y pueblos de la península arábiga.
Con un estilo ágil y emocionante, el novelista español Alberto Vázquez-Figueroa narra las aventuras de Saud, un guerrero que pelea para recobrar el trono que los turcos le arrebatan a su padre, el monarca Abdul Rahman.
Aunque parezcan hechos de una película de ficción, la fuerza y atrevimiento de Saud fueron totalmente reales. Al mando de sólo 20 hombres, el 15 de enero de 1902 tomó por asalto la capital saudita, Ryad, en ese entonces considerada una fortaleza casi inexpugnable bajo control de las tropas otomanas.
Luego de abandonar su exilio en Kuwait, la estrategia de reconquista de Saud no pudo haber sido más sorpresiva: con un grupo de soldados a prueba de todo, permanece más de un mes en el desierto de Rub-al-Khali, una tierra agreste y seca en donde nada crece, para que sus enemigos lo den por muerto.
Con el apoyo de tribus nómadas y otros grupos sociales marginados, el protagonista de la historia logra derrotar a un ejército que parecía invencible, y así confirma una de las máximas del estratega chino Sun-Tzu: no hay enemigo pequeño.
Las victorias de Saud podrían resultar casi increíbles, de no ser porque están perfectamente documentadas, e incluso figuran entre las primeras batallas que aparecieron en los noticiarios cinematográficos de su época.
Título: Saud, el leopardo
Autores: Alberto Vázquez-Figueroa
Editorial: Ediciones B
Número de páginas: 266
Precio de lista: 180 pesos