Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 9 de mayo de 2010 Num: 792

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

La legión de Lucía
CARLOS MARTÍN BRICEÑO

Zona del Ecuador
DIMITRIS DOÚKARIS

Kurt Cobain: all apologies
ANTONIO VALLE

360 grados de U2 en Texas
SAÚL TOLEDO RAMOS

Torrentes de música ligera
ROBERTO GARZA ITURBIDE

La música, la audiencia y otras resonancias
ALONSO ARREOLA

Todo se escucha en el silencio
ALAIN DERBEZ

Iggy Pop, la esencia del punk
RICARDO GUZMÁN WOLFFER

Columnas:
Prosa-ismos
ORLANDO ORTIZ

Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR

Artes Visuales
GERMAINE GÓMEZ HARO

Cabezalcubo
JORGE MOCH


Directorio
Núm. anteriores
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Naief Yehya
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Postales de las guerra que vi por televisión.
Wikileaks (II DE III)

COLABORACIÓN Y DENUNCIA

La palabra wiki viene del hawaiano y quiere decir rápido. Una aplicación wiki es software que permite que los usuarios colaboren, creando y editando páginas de la web. Wikileaks (http://wikileaks.org/) es una organización con base en Suecia que tiene como misión publicar documentos de interés político, diplomático, histórico o ético, clasificados o secretos, que son sometidos de manera anónima con el fin de denunciar irregularidades, corrupción y crímenes cometidos por gobiernos o corporaciones. Wikileaks fue lanzado en 2006 y su propósito era hacer denuncias con documentos inéditos donde los mismos usuarios pudieran tener discusiones, analizar y estudiar el material para validarlo o descalificarlo. Más tarde la política del sitio cambió, los documentos sometidos tenían que ser revisados por un proceso interno y sólo eran publicados aquellos que eran totalmente confiables y cuando no había ambigüedad alguna. A un año de su formación, Wikileaks había acumulado 1.2 millones de documentos y en todos los casos protegió a sus fuentes.

ASESINATO COLATERAL

El 5 de abril de 2010 Wikileaks hizo público el video militar estadunidense clasificado que presenta la masacre de por lo menos doce personas que no se encontraban realizando actividades hostiles en las calles de un suburbio de Bagdad. En este ataque murieron dos empleados de la agencia noticiosa Reuters. Wikileaks publicó dos versiones, una de 39 minutos y otra de 18 bajo el título Asesinato colateral. El video, en blanco y negro, filmado desde un helicóptero Apache, muestra cómo los militares estadunidenses deciden, sin ninguna prueba, aniquilar a los hombres en tierra. Pero no lo hacen en un arranque de rabia ni como una reacción automática, sino que cada vez que van a disparar piden permiso para hacerlo. El único pretexto es que creen haber visto que algunos de los hombres del grupo están armados. Cuando alguien en el helicóptero confunde una cámara con un RPG (lanzagranadas a propulsión) su voz adquiere un tono de histeria que imprime cierta urgencia al ataque, pero eso sucede después de que ya han recibido autorización para disparar. Lo que pone en evidencia este video es el fracaso de un sistema diseñado para limitar el “daño colateral” al pedir autorización antes de matar. Podemos imaginar cuántas veces al año, mes, semana y día tienen lugar escenas semejantes que el ejército considera como legítimas porque la tripulación pidió permiso para disparar y una autoridad en tierra se lo dio.

CRÍMENES DE GUERRA

Lo que sucede después es un crimen de guerra clarísimo. Una camioneta se detiene a recoger a un herido. Nuevamente los soldados del helicóptero piden autorización para disparar y la obtienen. Una lluvia de balas de 30 milímetros asesina a los buenos samaritanos, remata al empleado de Reuters  y hiere de gravedad a los dos niños del hombre de la camioneta. Una vez que cesa el fuego, soldados estadunidenses en tierra piden llevar a los niños a un hospital de las fuerzas armadas invasoras en Rustamiyah, donde es probable que reciban mejor atención. El comando rechaza la petición y ordenan que los entreguen a la policía local para que ellos se encarguen. Disparar en contra de heridos desarmados o de gente realizando tareas de rescate es un crimen sancionado por la Convención de Ginebra. Más tarde la tripulación del helicóptero decide destruir un edificio en construcción abandonado donde, aseguran, se esconden insurgentes. Disparan un misil hellfire justo en el momento en que pasa un transeúnte, el cual vuela en pedazos junto con la estructura. Los soldados ni siquiera lo comentan. Es tan sólo más daño colateral.

¡ENCIÉNDELOS!

Pero si algo resulta particularmente irritante en el video es escuchar a la tripulación del helicóptero y las comunicaciones por radio con otros soldados en donde se burlan de sus víctimas: “Ja, ja ja, les dí”, “oh, sí, mira a esos bastardos muertos”, “creo que acaban de atropellar un cuerpo” “sí, ja, ja, ja”. Esto fue explicado como parte del entrenamiento de desensibilización que reciben los soldados para poder cumplir con su misión. El tono de sus intercambios tiene la misma naturalidad que tienen las conversaciones entre los jugadores de videos en línea de X-Box. Matar es como un juego de video. La tecnología ha adiestrado a esta generación de pilotos y soldados y probablemente les ha permitido perfeccionar sus reflejos y habilidades, pero de ninguna manera es responsable de la ideología supremacista que es tan común entre las fuerzas armadas estadunidenses.

(Continuará)