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Gran asistencia a retrospectiva de Berlín

Comercializar a Frida no aporta a su legado, sostiene Cristina Kahlo
Foto
El museo Martin Gropius-Bau inauguró el pasado 30 de abril la muestra Frida Retrospektive, que fue recibida con gran entusiasmo por el público alemánFoto Eva Usi
Especial
Periódico La Jornada
Lunes 3 de mayo de 2010, p. a11

No es ningún secreto que Madonna es ferviente admiradora de Frida Kahlo, ni que incluso ha pagado millones de dólares por tres de sus cuadros.

El último, Raíces, fue adquirido de manera anónima en una subasta de Sotheby’s de Nueva York por 5.6 millones de dólares en 2004. Se dice que en la colección de la intérprete de Like a virgin se encuentra también Autorretrato con mono, pintado durante el año en el que Kahlo estuvo separada de Diego Rivera. Ninguno se encuentra en la exposición Frida Retrospektive, con la que el Museo Martin Gropius-Bau celebra a la artista de culto.

Gran afluencia de visitantes peregrinó por las salas de la mayor retrospectiva que se exhibe hasta ahora en Europa, que abrió sus puertas este fin de semana y presenta por primera vez las colecciones Dolores Olmedo y Gelman juntas, así como un centenar de préstamos individuales que fueron sumamente difíciles de reunir. Prueba de ello es la ausencia de un autorretrato de Frida pintado en 1946, que se encuentra en suelo alemán y es propiedad del coleccionista y empresario Heiner Pietzsch, quien se negó a desprenderse de la obra, con el argumento de que ya la había prestado en una ocasión y no lo volvería a hacer.

Sin entrar en detalles, la curadora de la exposición, Helga Prignitz Poda, dijo que algunas piezas no se encuentran en la muestra debido al delicado estado en el que se encuentran. Así como es difícil reunir una vasta exposición de la artista, aún lo es más encontrar obra suya en el mercado. Cuando aparece una, su cotización alcanza cifras millonarias. La artista, quien se ha convertido en icono del arte y el dolor, tiene una gigantesca comunidad de seguidores en el mundo, la cual ha crecido a la par de una despiadada comercialización.

Casos de falsificación

Ni que decir de las falsificaciones. La galerista neyorquina Mary Anne Martin, quien prestó numerosos dibujos, que se exponen por primera vez en Berlín, es el contacto de las estrellas de Hollywood cuando buscan una obra de Frida. Según ella, existen unos 30 óleos que podrían ser vendidos fuera de México, pues los que se encuentran dentro del país pueden cambiar de propietario, pero no pueden abandonar el territorio mexicano por ser patrimonio cultural. La experta señala que desde los años 80 del siglo anterior las falsificaciones de Frida están a la orden del día.

Un enojoso caso lo constituyen las réplicas legales que exhibe el llamado Kunstmuseum Gehrke Remund, supuesto museo que abrió sus puertas el año pasado con copias de Frida Kahlo hechas en China. Un total de 111 óleos pueden verse en Baden Baden, (sur de Alemania), cerca de Pforzheim, de donde es originario el padre de la artista, Guillermo Kahlo. Los iniciadores del proyecto argumentan que cuentan con el permiso del Banco de México, institución responsable del Fideicomiso Diego Rivera y Frida Kahlo. Presentamos una queja y se acordó que iban a marcarlas como copias de fotografías y que al final de la muestra se destruirían, afirma Carlos Phillips Olmedo, director del Museo Dolores Olmedo. Sin embargo, según se ve en la página Internet, la exposición es permanente y dice ser la única autorizada en el mundo de manera exclusiva por el Estado mexicano. La entrada cuesta 15 euros y se vende joyería y objetos como si fueran réplicas de las pertenencias de la artista. Se está analizando el caso para adoptar una estrategia legal al respecto, afirmó por su parte el recién investido embajador de México en Alemania, Francisco González.

La familia Kahlo, que no heredó las obras de la artista, pues Diego Rivera las donó a la Fundación Kahlo, registró la marca Frida Kahlo, con la que se venden productos que incluyen textiles, joyería y accesorios, como unos lentes de sol, cuyo precio mínimo es de 100 dólares. La familia está dividida en dos. Una mitad se dedica a la cultura y la otra está haciendo esta comercialización que encabezan Carlos Dorado y Mara Romeo, hija de Isolda Pinedo, que era hija de Cristina, o sea, mi tía, dice por su parte la fotógrafa Cristina Kahlo, sobrina nieta de Frida, responsable de la muestra fotográfica de la exposición berlinesa.

La fotógrafa afirma que comercializar a Frida no aporta nada a su obra y es intrascendente en comparación con la magnitud de una exposición como la que puede verse ahora en Berlín.