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Cinco días antes el mandatario declaró que las víctimas inocentes son los menos

Duelen profundamente las muertes de civiles, corrige Felipe Calderón

El Presidente encabeza en la Escuela Naval el aniversario 96 de la defensa del puerto de Veracruz

Enviada
Periódico La Jornada
Jueves 22 de abril de 2010, p. 5

Antón Lizardo, Ver., 21 de abril. Cinco días después de asegurar que los civiles muertos en la lucha contra la delincuencia son los menos, el presidente Felipe Calderón expresó que duelen profundamente estas pérdidas, pidió un minuto de silencio en su honor y envió condolencias a los deudos.

Las declaraciones del mandatario federal habían generado fuertes críticas, ya que desde hace más de dos meses se recrudecieron los asesinatos de civiles en el país, sobre todo de jóvenes y niños, primero en Ciudad Juárez, Chihuahua, y después en Nuevo León, Tamaulipas y Guerrero.

Al cumplirse 96 años de la defensa del puerto de Veracruz, el michoacano aprovechó para señalar que no cederá la plaza a los delincuentes y defendió su reforma para regular jurídicamente la participación del Ejército en tareas de seguridad interior, con el argumento de que permitirá a militares y marinos cumplir su deber de preservar la seguridad interna sin insidia ni injustos o infundados reproches.

No cederemos la plaza

En su intento por convencer a los senadores de que aprueben estos cambios que han generado polémica, porque la iniciativa no incluye la desaparición del fuero de guerra en casos de violaciones a los derechos humanos, el Presidente señaló que los militares necesitan mayor certeza jurídica para hacer más eficaz su intervención cuando las autoridades civiles los requieran, no puedan o incluso no quieran enfrentar ellas mismas a los criminales.

Flanqueado por los secretarios de Marina, Mariano Francisco Saynez, y de Gobernación, Fernando Gómez Mont, así como por el gobernador de Veracruz, el priísta Fidel Herrera Beltrán, hizo un reconocimiento al Ejército y a la Marina, porque sin titubeos ni regateos, sin debilidades ni mezquindades, han salido en defensa de la patria.

Pugnó en favor de la aprobación de la reforma que envió al Senado de la República para que las fuerzas armadas cuenten, no sólo con armamento suficiente, sino también con un marco jurídico claro y preciso que no dé espacio a ninguna duda, ni permita insidia alguna que afecte el cumplimiento de su deber. Nuestra batalla es para que sólo el gobierno sea reconocido constitucionalmente en cualquiera de sus niveles como quien ejerce el monopolio de la fuerza, argumentó.

Después de tomar protesta a cadetes de primer año de la Escuela Naval Militar, volvió a justificar las bajas de civiles al señalar que desde el inicio de su mandato anticipó que se tenían que enfrentar altos costos en términos de tiempo, recursos y por desgracia de vidas humanas. Desgraciadamente duele y duele profundamente que en esta batalla hayan sido registradas pérdidas de vidas civiles inocentes, acontecimientos que han enlutado y llenado de dolor a México, expresó. Luego se hizo el minuto de silencio, también en honor de marinos, soldados, policías y autoridades que han caído en esta lucha.

Al exculpar a su gobierno de la violencia, demandó no perder de vista que estas pérdidas son a causa de la delincuencia y no de la acción del gobierno. Por eso, aseguró que no se detendrá hasta cancelar las pretensiones de los criminales de dominio sobre la vida de las familias y de la sociedad, ni se descansará hasta desterrarlos por completo. No estamos dispuestos a ceder ninguna plaza al enemigo, ni estamos hechos para ello, reiteró, después de que durante los meses recientes ha sido duramente criticado por diversos sectores por haber involucrado al Ejército Mexicano en tareas de seguridad interior.

Se declaró convencido de que la presencia de los militares en las calles será valorada, reconocida y recordada por todos los mexicanos, ya que dieron un apoyo subsidiario mientras las policías se reorganizan, depuran y fortalecen.

A las autoridades nos honra liberar a las familias del yugo de dominio que la insidia, la complicidad o el temor de quienes tienen la responsabilidad de protegerlas, les puede infligir, aseguró, al señalar que emprenden esta lucha por quienes claman justicia en México.