Sociedad y Justicia
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Son de Estados Unidos y laboran en colegios y orfanatos, asegura la Red de Sobrevivientes

Protegen diócesis de México al menos a 24 curas pederastas

Indicios de que podrían ser 65; uno, el religioso Lucas, está acusado de violación en Denver

Presentan demanda en Los Ángeles contra el cardenal Norberto Rivera; no se va a escapar

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Joaquín Aguilar y Eric Barragán, de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdotes, lamentaron que la Iglesia católica se prestara al intercambio internacional de clérigos pedófilosFoto Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Miércoles 21 de abril de 2010, p. 43

De la nueva demanda interpuesta ayer en la Corte Federal de Los Ángeles contra el cardenal Norberto Rivera Carrera, por presunto encubrimiento del cura pederasta Nicolás Aguilar Rivera, el también arzobispo primado de México no se va a escapar y tendrá que enfrentar a un jurado, aseguró Eric Barragán Burgueño, presidente de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés) en América Latina.

En conferencia de prensa, en la que se dio a conocer dicha denuncia (también es contra el cardenal Roger Mahony), interpuesta por un ciudadano mexicano, Eric Barragán manifestó que, a diferencia de las dos anteriores, ésta se basa en la ley de reclamación por agravios contra extranjeros (Alien Tort Claims Act), por lo cual no habrá problemas de territorialidad o jurisdicción, pues se fundamenta en tratados internacionales.

Agregó que esta demanda tiene mayor peso, debido a que fue presentada ante una instancia federal. Por ello la SNAP confía en que tendrá éxito y podría derivar en una compensación económica para la víctima, la cual fue violada por Aguilar Rivera a mediados de los años 90, cuando tenía 12 años, producto de lo cual aún está muy afectado.

Al preguntarle qué castigo podría recibir Norberto Rivera si fuera declarado culpable, expresó: es un caso civil. Al cardenal se le va a llamar a declarar y se le va a juzgar, pero penalmente la corte no tiene competencia. Las instancias mexicanas son las que tendrían que hacer algo penalmente, pero aquí no existe ninguna norma que pueda fincar responsabilidad al encubridor.

Pese a lo anterior, Joaquín Aguilar Méndez, director de la SNAP México, quien fue víctima de abusado por Aguilar Rivera, dijo: no descansaré hasta ver caer al cardenal. No estaremos en paz hasta verlo sometido a proceso. Queremos ver al encubridor en la cárcel, queremos la cabeza de Rivera Carrera. Pero también exigió a la jerarquía católica un cambio en su política de solapamiento de los clérigos que han abusado sexualmente de menores.

Barragán Burgueño dio a conocer que México se ha convertido en refugio de clérigos pederastas estadunidenses, y explicó que la SNAP tiene conocimiento de que en diversas diócesis del país hay por lo menos 24 sacerdotes abusadores que se encuentran laborando en colegios y orfanatos, pero indicó que hay indicios de que podrían ser 65. Criticó que los jerarcas mexicanos hablen de tolerancia cero en este asunto pero admitan a religiosos infractores en el país.

Aguilar Méndez y José Bonilla, este último defensor de víctimas de abusos y dirigente de la Fundación de la Mano con la Justicia, lamentaron este intercambio internacional de pederastas y mencionaron el caso del padre Lucas, proveniente de Denver, Colorado, acusado de abusar de una niña de 11 años. Este hombre, aseguraron, se encuentra aquí, en la arquidiócesis de México.

Bonilla comentó que si realmente hubiera voluntad de Rivera Carrera habría atendido la denuncia interpuesta en agosto de 2007 sobre el caso del religioso Carlos López Valdez, quien abusó de muchos menores, entre ellos Jesús Romero Colín (ahora es mayor de edad). Al sacerdote le encantaba fotografiarse teniendo relaciones sexuales con niños de entre 10 y 12 años. Se lo dije al cardenal. Quedó en que se iba a ocupar del asunto, pero a la fecha el sacerdote sigue oficiando. También lo supo el obispo Jonás Guerrero.

El litigante expuso que Romero Colín huyó de su abusador con un disco que contenía más de 400 fotografías que yo vi. Estamos hablando de sexo explícito de tres o cuatro equis, algo grotesco, pero un juez federal manifestó que eso no era suficiente.