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Nos permite hallar un camino en medio de la oscuridad, dice en entrevista con La Jornada

Todo arte es júbilo, de lo contrario no es arte, asevera Damien Hirst

Debemos asegurarnos que el dinero persiga a la creación estética y no al revés, manifiesta el artista británico

Mañana abre la exposición pictórica Dark trees, en la Galería Hilario Galguera

Foto
Damien Hirst, ayer, durante la entrevista con La JornadaFoto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Miércoles 14 de abril de 2010, p. 3

El arte nos ayuda a encontrar un camino en medio de la oscuridad, de muchas maneras, expresa Damien Hirst (Bristol, Gran Bretaña, 1965), el artista visual vivo que más cotiza hoy día en el mercado del arte.

Conocido por sus tiburones y otros animales conservados en tanques de formol, así como una calavera cubierta con 8 mil 601 diamantes, Hirst abrirá este jueves, a las 20 horas, en la Galería Hilario Galguera, Francisco Pimentel 3, colonia San Rafael. Dark trees (Árboles oscuros), exposición de 24 pinturas azules, creadas entre 2007 y 2009.

Amo el arte, aunque hay personas que no, continúa Hirst, quien, con motivo de su muestra, accedió contestar las preguntas de La Jornada.

En el arte uno más uno suma tres de muchas maneras. Hay una magia en eso. De algún modo (el arte) funciona para mí como una especie de religión. Lo necesitamos, de lo contrario la existencia sería aburrida. Uno necesita de alguna forma hacer más de lo que hay y el arte es una gran manera de hacer eso.

Sobre los óleos de diferentes formatos que reúne en Dark trees, Hirst, cuyo temática central es la muerte, explica: “Empecé a pintar alrededor de 2006, aunque siempre he manejado una pintura más conceptual, como los cuadros de puntos cuya idea era de un pintor imaginario, mecánico, que repetía sin fin motivos que se convertían en pinturas.

Desde que era joven siempre he pensado que ser pintor es algo importante. Pero después de que hice la calavera de diamantes, pensé que no había más que decir, entonces me encerré y comencé a pintar una calavera.

Un espejo frente a la vida

–¿Disfruta pintar o es una tortura?

–Si fuera una tortura no lo haría, pero se trata de un área muy pequeña donde uno trata con cosas muy complicadas. Es como una batalla. Hay muchas altas y bajas, pero no amenaza la vida, porque es arte. Esa es la diferencia entre el arte y la vida, por eso el arte puede ser una gran alegría, aunque cada uno puede hacer comentarios sobre el otro.

“Si en la vida se me pregunta cómo me siento y digo: estoy deprimido, nadie me quiere, no encuentro una novia y me siento inútil, la otra persona quiere huir de mí. Mientras en la música, por ejemplo, uno compone una canción sobre eso, a todo el mundo le fascina y la corean.

“Todo arte es júbilo, de lo contrario no es arte. No es arte si las personas no lo disfrutan. Alguien alguna vez me dijo respecto de estas pinturas: ‘oh, es como un velo, hemos visto debajo del velo’. Tonterías. Es sólo un velo debajo el velo debajo del velo.

Ruskin dijo algo grande: el arte es como sostener un espejo frente a la vida, y tiene mucho de cierto. Te regresa a tu realidad de una forma buena, por eso me gusta. Es mejor que cavar hoyos para ganarse la vida.

El multimillonario Hirst ha servido de modelo para estudiar al exitoso hombre de negocios en una escuela londinense de ciencias empresariales. Al respecto, señala:

“Definitivamente, he aprendido acerca de los negocios, lo he tenido que hacer. En el arte, supongo, las personas se preocupan básicamente de que son sandeces y que quizá si uno es un gran showman o charlatán pueda engañarlos para sacarles dinero. Y que uno pueda falsear su entrada a la historia del arte, pero no creo que eso sea, o haya sido, posible.

“Recibo muchas críticas en el sentido de tener una fábrica que hace arte o por ser más interesado en el dinero que en el arte. Pero, siempre he creído que hay que asegurarse de que el dinero persiga al arte y no al revés, porque eso falla.

“Siempre he dicho que el dinero es tan importante como el amor en nuestras sociedades. Hay que respetarlo y tomarlo en cuenta. He creído que el arte es más importante que el dinero. En el momento que sea al revés voy a dejar de hacer arte, aunque muchos me acusarán de lo opuesto.

Cuando subasté mis obras, externé que empezaría a ser reconocido en la calle por los hombres de negocios, cosa que antes no pasaba. Es buena cualquier cosa que haga que la gente mire con más detenimiento al arte. La próxima vez estos hombres de negocios verán la pintura y preguntarán qué es lo que la hace valer tanto de dinero.

Hirst sostiene, no obstante, que la mejor manera de medir si una pintura es buena es dejarla afuera de un pub. Si al día siguiente ningún borracho se la llevó a casa, entonces hay que dudar.

El polémico artista se ha relacionado de forma especial con México. Tiene una casa en la playa y le encanta la gastronomía del país.

–¿Le preocupa la violencia?

–A nadie le gusta. De alguna manera a uno le excita y le repele al mismo tiempo. Tratan de ganar una guerra, ¿verdad? Tratan de hacer del lugar uno mejor para vivir, de modo que cuando parece que uno va perdiendo la batalla da miedo y cuando parece que uno está ganando es esperanzador.

Por lo pronto, Hirst seguirá pintando. Ya mandó ampliar su estudio en el jardín de su casa en Gran Bretaña y colocó claraboyas porque estaba muy oscuro. Apunta: Me encuentro en un periodo de cambio, haciendo muchas cosas un poco locas. No me preocupa realmente adónde me lleve todo esto.

–¿Qué le gustaría hacer que no ha hecho?

–Vivir para siempre. Soy muy afortunado, me gusta seguir haciendo lo mismo. Uno no quiere más cosas que hacer que días en su vida. Tengo un jardín en Devon, donde vivo, que comencé hace cuatro o cinco años; era un proyecto de una década. Al mirar la vida de uno, sólo puede comprometerse con unos cuantos proyectos así.

Sólo quiero llegar a disfrutar el resto de mi vida y lograr las cosas que quiero. Se trata de reducir mi ambición para adaptarme a mi vida magra.