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TERROR SUBTERRáNEO
Viudas Negras, presuntas autoras del atentado en el Metro de Moscú

Las atacantes serían esposas o hermanas de separatistas abatidos

Señalan autoridades a islamistas del Cáucaso del Norte

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Un sobreviviente de las explosiones, herido, habla por su teléfono celular cerca de la salida de la estación del Metro Park Kultury, en Moscú, luego de que al parecer dos mujeres hicieran estallar artefactos que llevaban adheridos a sus cuerpos en sendos atentados realizados con 40 minutos de diferencia. Diversos peritajes realizados en el área siniestrada determinaron que las atacantes suicidas usaron RDX o ciclonita, un potente explosivo. Aniquilaremos a los responsables, declararon el titular del Kremlin, Dimitri Medvediev, y el premier Vladimir PutinFoto Reuters /Ria Novosti
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En el mismo sitio, una mujer coloca flores en memoria de quienes fallecieron. La mayoría de los heridos fueron trasladados al hospital Botkin, donde acudieron las más altas autoridades de Rusia para solidarizarse con las víctimasFoto Ap
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Uno de los vagones del Metro de Moscú muestra los daños causados por el ataque. La fotografía fue tomada a escasos minutos de la explosión en la estación LubiankaFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Martes 30 de marzo de 2010, p. 2

Moscú, 29 de marzo. El Servicio Federal de Seguridad (FSB, por sus siglas en ruso) atribuyó a los islamistas radicales del Cáucaso del Norte los atentados con bomba que sacudieron a primera hora de este lunes dos céntricas estaciones del Metro de esta capital.

Hay indicios, para el FSB, de que dos mujeres suicidas detonaron –con 40 minutos de diferencia– los explosivos que llevaban adheridos al cuerpo en las estaciones de Lubianka y Park Kultury.

Los expertos del organismo sucesor del KGB soviético concluyeron esto tras analizar los videos de las cámaras de seguridad de todas las estaciones de la línea roja del Metro, afectada por los bombazos, así como someter a diversos peritajes fragmentos de cuerpos y encontrar residuos de RDX o ciclonita, el potente explosivo utilizado.

Los atentados, según las cifras oficiales reconocidas hasta ahora, dejaron 38 muertos y más de 65 heridos. El número de víctimas, sin embargo, podría ser mucho más elevado, tomando en cuenta la tendencia de las autoridades a minimizar este tipo de tragedias y al hecho de que la mayoría de los heridos se encuentran graves.

De acuerdo con datos preliminares, los atentados son obra de grupos terroristas relacionados con el Cáucaso del Norte. Es la línea de investigación principal, reportó el director del FSB, Aleksandr Bortnikov, al titular del Kremlin, Dimitri Medvediev.

El mandatario, tras depositar un ramo de rosas rojas en el andén de una de las estaciones siniestradas, dijo ante las cámaras de la televisión local: No tengo ninguna duda: los vamos a encontrar y aniquilar, en alusión a los autores intelectuales de los atentados.

En los mismos términos se manifestó el primer ministro Vladimir Putin, al visitar el hospital Botkin, donde están internados muchos de los heridos. Estoy seguro de que nuestros servicios secretos no descansarán hasta encontrar a los culpables y castigarlos. Los terroristas serán aniquilados.

Por lo pronto, el FSB y la policía buscan a posibles cómplices de las atacantes suicidas, dos mujeres y un hombre que aparecen en los videos grabados por las cámaras de seguridad del Metro.

Durante 11 años, desde que Putin era primer ministro del presidente Boris Yeltsin y asumió la responsabilidad de lanzar la segunda guerra ruso-chechena, el Kremlin promete, una y otra vez, aniquilar a los terroristas, en respuesta a los atentados suicidas organizados por grupos islamistas y separatistas del Cáucaso del Norte.

Entre tanto, los ataques suicidas de este lunes parecen inscribirse en el modelo de atentado perpetrado por las llamadas viudas negras, como se denominan aquí las acciones de venganza cometidas por esposas o hermanas de combatientes musulmanes o separatistas abatidos por los servicios secretos en Chechenia, Ingushetia, Daguestán o cualquiera de las restantes repúblicas del Cáucaso del Norte.

Visto así, desde la perspectiva de los islamistas radicales norcaucásicos, los bombazos de hoy en Moscú parecen ser una respuesta a la reciente aniquilación de Anzor Astemirov y de Siad Buriatsky, líderes de la jihad o guerra santa en Ingushetia. Ni Astemirov ni Buriatsky eran chechenos, aunque fijaron su base en Ingushetia, colindante con Chechenia.

El primero, originario de Kabardino-Balkaria, promovía unir las repúblicas norcaucásicas en un emirato wahabita independiente de Rusia y consideraba que, por poner un ejemplo de su modo de pensar, un auténtico musulmán sólo puede residir en territorio enemigo (ruso), cuando está llamado a cumplir una misión para matar infieles. Los demás musulmanes son traidores y deben ser combatidos como infieles.

Said Buriatsky, en realidad Aleksandr Tijomirov, de padre ruso y madre buriata (un grupo étnico de Siberia), como ideólogo de los ataques suicidas trataba de llevar a la práctica la doctrina radical de Astermirov.

Ambos murieron este mismo mes de marzo en sendos operativos de los servicios secretos rusos en Ingushetia.

Los grupos islamistas radicales en el Cáucaso del Norte tienen un firme aliado en Doku Umarov, el líder de los separatistas chechenos, quien tras asumir la autoría del bombazo que causó 26 muertes al descarrilar en diciembre pasado el Nevsky Express, tren de alta velocidad entre Moscú y San Petersburgo, prometió extender las acciones de guerra a todo el territorio de Rusia.

En febrero pasado, Umarov y Buriatsky coincidieron en anunciar que estaba listo para entrar en acción un destacamento de 20 atacantes suicidas. De ser cierta esa versión, los atentados de hoy no deberían ser vistos como un episodio aislado y, por el contrario, podrían significar el comienzo del enésimo ciclo de violencia –cruenta e irracional– entre Rusia y los musulmanes y separatistas norcaucásicos.