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Gabriela Fonseca y Ana María Jaramillo comparten tertulia literaria con los lectores

Las mujeres son botín de guerra, pero ahora tienen un papel relevante
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Ana María Jaramillo, Gabriela Fonseca e Isabel Molina en el Centro Cultural Estación IndianillaFoto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Sábado 27 de marzo de 2010, p. 6

Las tertulias literarias del programa Libro Club no son sólo lecturas y charlas con los autores. La del pasado miércoles en el Centro Cultural Estación Indianilla comenzó con un miniconcierto del grupo Polka Madre, abrebocas para la plática con los lectores que sostuvieron después las escritoras Gabriela Fonseca y Ana María Jaramillo.

La primera pregunta de la moderadora, ¿hay algo que celebrar, ahora que acaba de pasar el Día Internacional de la Mujer?, marcó el tono de la charla.

Creo que nunca la mujer había sido tan despreciada, tan maltratada, tan ultrajada, como en esta época actual. Las muertas de Juárez o las del estado de México hablan por sí mismas. Las mujeres siguen siendo botín de guerra. Lo primero que se agrede y se usa y se utiliza como botín es la mujer; pero también nunca la mujer había tenido un papel tan importante, tan relevante en la sociedad con tantas responsabilidades como ocurre en el siglo XXI, dijo Ana María Jaramillo.

“Nosotros –añadió– tuvimos la oportunidad de educar unos hombres mostrándoles una igualdad. Creo que las que fuimos madres en esta generación ya logramos romper esa cadena de esclavitud, en ese sentido, y las jóvenes tienen ya posibilidad de relacionarse de una manera más pareja y de mayor igualdad. En la literatura también hay una gran presencia de la mujer, hay muchas muy destacadas. Lo que sí no creo es que exista un método femenino. Además las mujeres son las grandes lectoras. Se hace parecer que los hombres son los intelectuales, son los instruidos, son los que tienen las lecturas ordenadas, pero las grandes lectoras por afición son mujeres.”

Gabriela Fonseca, periodista de La Jornada, subrayó que sí existen cosas que celebrar, “sobre todo en la literatura. Hay muchísimas mujeres escribiendo –aunque no necesariamente publicadas–, y además saliéndose del esquema que imperó hace unos años de lo que tenía que ser la literatura de mujeres. Hay muchísima apertura y no nada más tratan eso que dio en llamarse temas de mujeres, sino que están aspirando a inventar incluso sus propios géneros”.

Fonseca presentó su volumen de cuentos Los diablos de Teresa, que de hecho fue un libro que nació por casualidad al unir varios relatos escritos durante años y después de acabar su novela Peso muerto, decidió convertirlos en un libro.

Tuve la oportunidad de ver cómo cambié, cuáles eran mis preocupaciones, y me di cuenta que era como si diferentes personas hubieran escrito cada uno de los cuentos. Son una mescolanza de cuentos fantásticos con realistas, unos de terror, otros eróticos. Afortunadamente salió bien equilibrado.

El hogar, sitio peligroso

Ana María Jaramillo, quien también es editora, aludió a Eclipses, relatos que hablan acerca de cómo nos eclipsamos las mujeres. Son mujeres que languidecen, cuya persona se diluye o queda anulada, relegadas, y cuyo mayor pecado es el silencio. La mujer está más acostumbrada a guardar silencio que a gritar. Los hombres gritan mucho. El hogar es el lugar más peligroso, no sólo por el deseo de morir sino porque ahí son más atacadas. Fui desarrollando una serie de cuentos que estaban relacionados porque los personajes son mujeres de distintas clases y edades, cuyo común denominador es que se eclipsaban.

Las tertulias se realizan el último miércoles de cada mes a las 15:30 horas en el centro cultural de Doctor Claudio Bernard 111, colonia Doctores. El programa se puede consultar en la página electrónica: www.cultura.df.gob.mx/libroclub/ site_libro_club/paginas/eventoslibroclub.html