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El escritor presentó la versión en alemán de su libro Sombra de la sombra

Paco Ignacio Taibo II resalta la fidelidad de sus lectores alemanes durante años

Vivo el México solidario y peleón, no el de la guerra absurda que desencadenó Calderón

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Paco Ignacio Taibo durante la firma de libros del narrador mexicano, en BerlínFoto Eva Usi
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Sábado 27 de marzo de 2010, p. 4

Berlín, 26 de marzo. Escuchar a Paco Ignacio Taibo II resulta tan ameno como leer alguno de sus libros. Eso lo constató el público que acudió a la presentación de su obra recién traducida al alemán, Sombra de la sombra (1986), que reía sin parar mientras seguía atento cada palabra del escritor.

A la velada, en el Salón Literario en la Casa de las Culturas del Mundo, llegaron sus lectores como peregrinos llevando consigo algunos tomos ya leídos para que el autor de culto se los firmara.

Pagar ocho euros por entrar no fue ningún obstáculo considerando lo ahorrativos que son los alemanes, y los libros de Taibo II a la venta, a un lado del auditorio, volaron.

Alemania fue el primer país donde el escritor publicó fuera de México y entre tanto tiene ya 30 títulos traducidos al alemán. Son lectores muy fieles que te siguen en todo el ámbito de producción y durante muchos años, afirma Paco Ignacio Taibo II, en conversación con La Jornada.

La literatura es subversiva

Paco Ignacio Taibo II adelantó que dentro de unos días circulará en México su nueva novela, El regreso de los tigres de la Malasia. Situada en el siglo XIX, la obra narra la historia de un grupo de viejos piratas que enfrentan al imperio británico y sus corruptelas y abusos.

Metí todos los ingredientes de la novela de aventuras con un par de claves más como el sexo y la política, dijo sobre el tomo de 300 páginas en el que ha trabajado durante los pasados 20 años.

Convenció a su público de que la mejor profesión que hay es la de escritor, pues permite cambiar el mundo y mejorarlo, así como ejercer cualquier oficio, desde trapecista y bombero hasta saxofonista o presidente de la República. La palabra da el poder de inventar el mundo, dijo aludiendo a las conversaciones con su padre, cuando éste le preguntaba sobre lo que quería hacer en la vida.

Taibo II contó cómo llegó a México, a la edad de ocho años, huyendo del franquismo junto con sus padres; un viaje al fin del mundo que lo llevó a una sociedad tropical donde se suponía que hablaban el mismo idioma pero no era igual, donde las aceras se llaman banquetas y los ascensores, elevadores. Ya sabía sobre el sexo, aunque no lo había practicado. Ahí se encontró con una cultura popular antiespañola que lo quería colgar cada 16 de septiembre. Tuve que adaptarme rápido para sobrevivir.

Taibo II transportó a su público a mundos paralelos cuando recordó una visita a París, donde viajaba en Metro coleccionando rostros que le inspiraran los personajes de alguna novela. Al quinto senegalés con cara triste que vi empecé a sentirme triste y a preguntarme, ¿qué diablos hago aquí? El autor comenzó a soñar, como aquellos africanos inmigrantes, con lo bonito de la selva, los plátanos y el sol, y explicó que la literatura es subversiva porque otorga a quien lee la posibilidad de ser otro.

El prolífico escritor, quien desarrolla entre 11 y 15 proyectos, dijo que trabaja a diario en alguno y nunca tiene contratos previos con alguna editorial de manera que se siente en libertad. A mis libros les dedico mis mejores momentos y los peores a insultar al gobierno mexicano.

El autor explicó que le gusta trabajar de noche, cuando no suena el teléfono. Solía escuchar a Mahler a todo volumen, hasta que mi mujer me puso ante la disyuntiva de volumen o divorcio. Taibo II destacó que la realidad mexicana es mucho más diversa y rica que la sensación de desesperanza y caos que transmite el ruido mediático.

Yo vivo un país mucho más amable, vivo el México solidario y peleón y no el degradado del norte donde van 16 mil muertos en la guerra absurda que desencadenó Calderón. La ciudad de México, por ejemplo, es la capital del primer mundo y a la vez del tercero. Tiene más cineclubes que París y la policía es más corrupta que en Tailandia, pero el año pasado Thomas Mann tuvo más lectores por placer y no por obligación (escolar), que Berlín.