Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 14 de marzo de 2010 Num: 784

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Ojos
RICARDO GUZMÁN WOLFFER

Nota ilegal
ARIS ALEXANDROU

El secreto de su cine
CARLOS ALFIERI entrevista con JUAN JOSÉ CAMPANELLA

Dos poemas
NATALIA LUNA

Mil 200 noodles: la deportación de niños no judíos de Israel
ROLANDO GÓMEZ

Reconstrucción
GASPAR AGUILERA DÍAZ

El Manifiesto comunista y el papel de la izquierda
MACIEK WISNIEWSKI

Al pie de la letra
ERNESTO DE LA PEÑA

Leer

Columnas:
Prosa-ismos
JAVIER SICILIA

Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR

Artes Visuales
GERMAINE GÓMEZ HARO

Cabezalcubo
JORGE MOCH


Directorio
Núm. anteriores
[email protected]

 

Naief Yehya
[email protected]

Terremotos y armas climáticas

LOS SOSPECHOSOS HABITUALES

El devastador terremoto que azotó Chile llegó casi un mes después del cataclismo haitiano, y muchos quisieran ver en esta vertiginosa sucesión de catástrofes la mano criminal de nuestros villanos favoritos. Así, a pocas horas del terremoto haitiano y a minutos del chileno, corrían de manera desbocada por internet varias teorías conspiratorias entre las que destacaba la que responsabilizaba de la catástrofe al HAARP o bien, el Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia (High Frequency Active Auroral Research Program, por sus siglas en inglés), de la fuerza aérea y la marina estadunidenses, localizado en Gakuna, Alaska. El programa, que abiertamente está definido como militar y civil, tiene por objetivo investigar los fenómenos naturales, el comportamiento y las propiedades de la ionosfera, para lo que emplea un sistema de 180 antenas que funciona como un transmisor de alto poder, capaz de alterar un área limitada de esa zona ionizada por la radiación solar, para observar los procesos que ocurren regularmente a causa del estímulo de los rayos solares. Muchos han querido ver en la noción de “alterar” la atmósfera la intención y la capacidad de cambiar el clima y provocar terremotos a voluntad.

EL ARPA INOCENTE

De acuerdo con su página en internet, http://www.haarp.alaska.edu, el HAARP no es un proyecto clasificado, por lo que las investigaciones que se llevan a cabo ahí son publicadas en diarios científicos como el Journal of Geophysical Research, Geophysical Research Letters y Radio Science. Los responsables del proyecto explican que el HAARP no puede alterar el clima, ya que la energía transmitida en los rangos de frecuencias usados no se absorbe ni por la troposfera (6 a 20 km de la superficie) ni la estratósfera (20 a 50 km), los dos niveles donde se produce el clima, sino a unos cincuenta kilómetros de la superficie. Afirman también que HAARP no puede calentar la ionosfera por más de diez minutos, no le puede hacer un agujero y sus señales son once millones de veces más débiles que el campo magnético de la Tierra. En suma, HAARP no fue diseñado con propósitos militares ni como arma para la manipulación del clima.

EL ARPA DEL DIABLO

La tierra ha sufrido terremotos de toda clase de intensidades, en todo tiempo y momento, desde hace varios miles de millones de años, la zona del Caribe y Chile están precisamente en zonas de actividad telúrica. Este dato indiscutible no ha interferido en las fantasías conspiracionistas que imaginan al HAARP o el arpa del Diablo, como una herramienta de destrucción masiva del Nuevo Orden Mundial, responsable de haber producido terremotos en Venezuela, Haití (el cual originalmente estaba destinado para Cuba, pero les falló la puntería o se confundieron de isla, dependiendo la versión), Honduras y ahora Chile (todos ocurridos “coincidentemente a poca profundidad para producir más daños“). Asimismo, los fieles afirman que HAARP puede producir lluvias, inundaciones, huracanes, sequías y uno que otro tsunami, aunque respecto al de enero de 2004 las opiniones se dividen entre quienes culpan a HAARP y los que creen que fue una más convencional bomba atómica submarina. Pero más inquietante es el presunto poder de este proyecto para afectar nuestras ondas cerebrales.

IMPREDECIBLE

Es claro que de existir la tecnología para controlar el clima con fines militares (ya sea afectar las condiciones meteorológicas o interferir en las comunicaciones o sistemas de radar del enemigo) ésta sería utilizada. ¿Quién rechazaría el poder de manipular, desestabilizar o aniquilar sin siquiera un despliegue de tropas? Según numerosos activistas, HAARP tiene como objetivo: “explotar la ionosfera para propósitos del Departamento de Defensa”, y es sin lugar a duda “parte integral de la larga historia de investigación y desarrollo de naturaleza deliberadamente militar”, como escribe la experta en radiación y activista doctora Rosalie Bertell. El doctor Nicholas Begich, autor del libro Angels Don't Play this HAARP , asegura que esta tecnología consiste en hacer que las ondas electromagnéticas reboten en la ionosfera y den en cualquier blanco sobre la Tierra como un implacable especie de rayo cósmico. Si bien esto suena a ciencia ficción, es necesario tomar en serio que la empresa que tiene el contrato para la construcción de la segunda fase de HAARP es E-Systems, la cual pertenece a Raytheon (uno de los contratistas de armas más grandes del mundo) y trabaja para la CIA y otras agencias de espionaje. HAARP no puede ser tan inocente como se anuncia, pero, independientemente de cualquier aspiración de control climático digno de un filme de Superman o James Bond, lo que es claro es que al igual que las armas bacteriológicas o químicas esta tecnología es, en el mejor de los casos, muy impredecible y extremadamente costosa. En una era de guerras e invasiones llevadas a cabo con tropas mercenarias, resulta poco probable que se destinen megapresupuestos a iniciativas que rayan en lo delirante como ésta.

FE DE ERRATAS:

Por un error de software en una entrega anterior se perdió el formato del texto y apareció definido el petabyte como 1015 bytes, cuando en realidad debió decir: 10 elevado a la 15 potencia.