Berlín, 16 de febrero. La reflexión en torno a la familia es el común denominador en la selección de las películas que compiten por los Osos de Oro y de Plata de la 60 edición del Festival Internacional de Cine de Berlín, afirmó José María Morales, productor español y uno de los siete miembros del jurado del certamen, en entrevista con La Jornada.

Yo utilizaría la palabra familia para definir el criterio temático de la selección, que no ha sido fácil, pues no sólo tenían que ser buenas películas, sino además reflejar un tema general, y creo que ésa es la propuesta que subyace en la mayoría de las cintas: la familia, tanto estructurada como desestructurada, afirmó el productor, considerado uno de los más influyentes en el cine español y uno de los grandes promotores de la cinematografía latinoamericana.

La cosecha ha sido buena este año, dijo Morales, luego de señalar que su trabajo como jurado es tan placentero como una cata de vinos. Es absoluto privilegio estar 12 días sin hacer ninguna otra cosa que ver películas. Agregó que para tener un criterio hay que estar dedicado a ello. Hay que tener tiempo, olvidarse del teléfono y de los correos electrónicos.

Corea y Taiwán, con fuerza

Morales, quien al comenzar el festival dijo que la cinematografía latinoamericana es una de las más interesantes del mundo, amplió su punto de vista en un momento en el que la Berlinale llega a su medio tiempo. El cine coreano y el taiwanés tienen fuerza y de pronto parece que ésta se desplaza hacia Irán y Turquía.

Aunque comentó no haber visto aún la cinta Rompecabezas, opera prima de la argentina Natalia Smirnoff, la única proveniente de América Latina en la sección de competencia, reconoció que habla bien de ella el hecho de que la realizadora haya sido ayudante de dirección de Lucrecia Martell. “Tuve la enorme suerte de participar en su primera película, La ciénaga”, precisó.

Afirmó que el cine argentino tiene un sistema autárquico muy interesante, del cual están surgiendo películas tanto autorales como comerciales. Citó El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella, que ganó el Goya a la mejor película hispanoamericana y está postulada a los Óscares. Con relación al cine latinoamericano también recordó La teta asustada, de la peruana Claudia Llosa, ganadora del Oso de Oro 2009, en cuya producción participó Morales con su compañía Wanda Films.

Productor y coproductor de más de 50 películas, entre ellas trabajos del mexicano Arturo Ripstein, del francogriego Costa Gavras y del serbio Goran Paskaljevic, Morales participa en la producción de Hidalgo Moliere, del mexicano Antonio Serrano, que acaba de concluir rodaje y será estrenada el 15 de septiembre con motivo del bicentenario de la Independencia de México. Estuve en el rodaje y tengo una magnífica opinión; creo que va a ser una película muy interesante, dijo.

Agregó que México tiene gran potencial cinematográfico y de crear historias, así como equipo técnico, directores y actores que viajan por el mundo. Aparte de ser un país que me apasiona, se están haciendo cosas muy buenas, que van a venir, de eso no tengo la menor duda, puntualizó.

Exhortó a buscar el equilibrio entre cine comercial y de arte. El cine tiene que ser industria, pero también arte; hay que intentar conseguir diversidad para que haya cabida para ambas posibilidades.

Admirado en el mundo del cine por su versatilidad como productor, Morales señala que el criterio más importante para él al decidir apoyar un proyecto es la solidez de la historia, pero también le gusta volver con los realizadores con los que ya ha trabajado. Me gusta la continuidad porque al final la obra de un director es un conjunto de películas y no una sola.

Morales suele combinar equipos técnicos y artísticos de distintos países y afirma que eso funciona. La gente del cine es una familia y hay muchas más cosas que nos unen que las que nos separan, concluyó