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Algunos expertos dudan que se puedan desentrañar muchos secretos del faraón

Resultados de ADN de Tutankamón harán salir del círculo cerrado de las hipótesis

El egiptólogo Zahi Hawass prometió que se develaría información sobre la genealogía del personaje

En arqueología, esa prueba no es suficiente; hacen falta otros elementos: experto

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El egiptólogo Zahi Hawass, en noviembre de 2007, durante una conferencia sobre Tutankamón, quien aparece en su sarcófago, en el Valle de los Reyes, en Luxor; a la derecha, la cabeza del faraón envuelta en linoFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Martes 16 de febrero de 2010, p. 5

El Cairo, 15 de febrero. Los egiptólogos arden de impaciencia por conocer los resultados de los análisis de ADN a la momia de Tutankamón, que serán revelados este miércoles, aunque hay quienes dudan de que esas pruebas permitan desentrañar muchos secretos, más de 3 mil años después de la muerte del célebre faraón.

El secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, Zahi Hawass, prometió que los resultados de los análisis revelarían secretos sobre la familia del faraón niño que reinó hace más de 3 mil años y cuya filiación sigue siendo un misterio.

El arqueólogo estadunidense Raymond Johnson, quien trabaja en Luxor, se manifiesta impaciente por saber lo que será anunciado. En otros casos esos análisis resultaron sumamente útiles para demostrar relaciones de parentesco, agregó.

Espero mucho realmente. Esto nos permitirá salir del círculo cerrado de las hipótesis, afirmó Alain Zivie, quien dirige la misión arqueológica francesa de Bubasteion, cerca de El Cairo.

El embalsamamiento, un escollo

Los análisis de ADN fueron decisivos para identificar al hijo de Luis XVI de Francia, el rey guillotinado durante la revolución francesa, así como los restos de los integrantes de la familia del zar Nicolás II, muertos durante la revolución rusa.

Pero, pese a que el cuerpo embalsamado de Tutankamón está relativamente bien conservado y no hay dudas sobre su identidad, algunos especialistas señalan la dificultad de aplicar esa técnica a cadáveres con varios milenios de antigüedad.

La primera dificultad reside en el estado de los elementos de ADN recogidos en cuerpos embalsamados por decenas de personas con numerosos productos, y posteriormente manipulado quizá durante excavaciones o saqueos.

El problema principal es tener un ADN fiable en restos tan antiguos, señala Michel Wuttmann, del Instituto Francés de Arqueología Oriental de El Cairo.

También pueden tener un ADN en mal estado las momias que fueron pasadas por rayos X. Por ejemplo, la de Ramsés II, tratada con cobalto para destruir los hongos que la atacaban, tiene ahora un ADN sumamente degradado.

Wuttmann espera que las investigaciones sobre Tutankamón permitan progresos en esta técnica. Nos encantaría disponer de una herramienta fiable y de un procedimiento validado para muchas otras investigaciones, a menudo menos espectaculares, dijo.

El ex director de Antigüedades de Egipto, Abdel Halim Nuredin, profesor de arqueología en la Universidad de El Cairo, se muestra crítico y afirma que no se puede decir de manera categórica que las pruebas de ADN puedan dar verdaderos resultados en momias milenarias.

Los análisis de ADN en arqueología no son suficientes. Se necesitan otras pruebas arqueológicas que nos permitan establecer con certeza la genealogía de Tutankamón, sostuvo.

Por lo demás, la falta de momias totalmente identificadas de los posibles padres y madres del faraón hace problemática la comparación de ciertos ADN, señalan los expertos.

Marc Gabolde, de la Universidad de Montpellier (Francia), estima que, respecto de Tutankamón, el problema que se plantea está ligado a las hipótesis históricas sobre su ascendencia y a la incertidumbre sobre la identidad de un cierto número de momias.

La mayoría de los historiadores consideran que Tutankamón era hijo de Akenatón (Amenofis IV). Otros piensan en el predecesor de Akenatón, Amenofis III, o en su sucesor Semenejkara.

Nefertiti, esposa de Akenatón, es considerada por muchos como madre del joven faraón, pero otros citan a Kiya, esposa secundaria del mismo rey, o Maia, nodriza de Tutankamón.