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Prevalece la idea de que al niño hay que crearle mundos de fantasía: Karen Chacek

Nina Complot recuerda que en lo adverso también se puede usar la imaginación
 
Periódico La Jornada
Domingo 7 de febrero de 2010, p. 6

Una niña de ocho años de facha y temple libertario y anarcopunk, antagonista de siniestras máquinas domésticas, misteriosos pajarracos negros y un ejército de abuelas, todos empeñados en destruir el planeta, son algunos de los elementos del libro de narrativa infantil Nina Complot, de Karen Chacek.

Es la historia de una niña que encara el rudo día a día mediante el juego y la imaginación, lo cual es un recordatorio no sólo para los pequeños, sino también para los adultos, comenta esta narradora y guionista mexicana, también autora de Una mascota inesperada, su primer libro infantil.

Con ilustraciones de Abraham Balcázar, de tono crispante, expresionista, aunque Chacek dice que algunos las consideran hiperrealistas, la escritora comenta en entrevista sobre su inclinación por escribir para los niños: Es muy divertido, una extraordinaria oportunidad como creadora para jugar con todos los permisos. Es más, es la consigna: hay que jugar para contactar al niño. Aun cuando se trate de textos muy serios, el juego debe ser un elemento natural en la obra.

Fruto de la adversidad

Nina Complot surgió de las vivencias de Chacek. La niña, tal cual lo propone el personaje, usa la imaginación para salir bien librada de circunstancias hostiles. En mi departamento anterior tenía una vecina en el piso de arriba, una señora mayor, sorda, aficionada a las aspiradoras a cualquier hora, que además tenía como ocho pericos escandalosos. El ruido me volvía loca y tenía de dos: subir a causar destrozos a su departamento o escribir y escribir. Empecé a imaginar todo un universo, y resultó el libro.

–¿De ahí salieron las máquinas siniestras y los pajarracos que quieren destruir el mundo?

–Y el ejército de abuelitas. Hago uso de todo lo aprendido. Ya que tengo la anécdota, construyo el personaje. Nina tiene una imaginación muy poderosa. Es una heroína, como cualquier niño con una imaginación muy poderosa. Así se va fabricando toda la historia: quién es Nina, de dónde viene, cómo nace. Mucha información no está escrita en el texto, pero se puede percibir que el personaje ha sido trabajado.

Foto
Chacek también autora de Una mascota inesperadaFoto Carlos Cisneros

Nina es un complot, porque, en vez de caer en las convenciones o sucumbir ante los actos de ceguera o estupidez adulta, los denuncia. Por ese lado, la niña invita a la reflexión y hace un llamado de atención también a los adultos, a darnos cuenta cómo perdemos nociones del entorno, de los niños, y nos ponemos en circunstancias no tan agradables.

–No presenta una historia rosa, sino una amenaza a la humanidad y al planeta, una historia dura, neurotizante, quizá.

–Sí, es fuerte. Me pareció interesante jugar con eso. Predomina la convicción de que al niño hay que fabricarle un mundo de fantasía en el que pueda echar a volar su imaginación libremente y sin amenazas. Es muy válido, pero creo que también lo es recordarle al niño que, en un mundo de circunstancias no tan agradables, también puede echar a volar su imaginación y salir bien librado.

“Los niños se dan cuenta de todo. Es muy tonto negar una situación y decirle: ‘no, eso no existe, todo está bien’, ¡mientras el niño lo está viendo! Se da cuenta cuando, por ejemplo, el padre no le está mintiendo.

Como autores, es nuestra responsabilidad dar a los niños herramientas para que puedan encarar la vida y pasársela lo mejor posible. Una vez, en una presentación, una niña me preguntó por qué el libro era color verde con negro, y no rosa. Y le dije que porque la historia era verde, no rosa. Es válido que al niño lo saquemos de esos estereotipos.