Bagdad, 1º de febrero. Al menos 45 muertos y 106 heridos dejó el ataque de una mujer suicida contra un grupo de peregrinos chiítas que se dirigían a la ciudad santa de Kerbala, en el sur de Irak. La atacante se mezcló con los peregrinos en la localidad de Bub al Sham, en la periferia de Bagdad, e hizo estallar un cinturón de explosivos.

Al momento del ataque decenas de personas se encontraban agrupadas cerca de las tiendas de campaña montadas por algunos pobladores para servir comida y bebida a los peregrinos, que se dirigen desde hace varios días hacia Kerbala.

La suicida se hizo estallar dentro de una cabina de registro corporal reservada a las mujeres, por lo cual muchas de ellas y varios menores figuran entre los muertos.

Varias horas después estalló una bomba al costado de un camino en el sur de la capital iraquí, que dejó 12 peregrinos heridos.

Los atentados de sunitas contra peregrinos son frecuentes en Irak desde la caída del régimen de Saddam Hussein luego de la ocupación estadunidense en 2003, cuando los chiítas pudieron reanudar sus peregrinaciones, prohibidas durante tres décadas.

En la actualidad los chiítas constituyen la mayor comunidad de creyentes de Irak, con 60 por ciento.

La festividad de Arbain que se desarrolla ahora implica 40 días de duelo por Hussein, el nieto del profeta Mahoma, quien murió en una batalla en Kerbala en el siglo VII. Cientos de miles de peregrinos, golpeándose la cabeza y el pecho en un ritual de duelo, llegan a la ciudad para la celebración.

Muchos caminan cientos de kilómetros. El ritual de Arbain fue suspendido, como otros rituales chiítas, bajo el gobierno de Saddam Hussein.

Cientos de miles de soldados y policías fueron desplegados para proteger a los peregrinos y también alrededor del santuario del imán Hussein en Kerbala. Pero presuntos extremistas sunitas, que ven a los chiítas como apóstatas, logran filtrarse.

La violencia en Afganistán cobró la vida de cuatro soldados de las fuerzas internacionales lideradas por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

El soldado colombiano John Felipe Romero Meneses, de 21 años, pertenecía al contingente español apostado en Afganistán, seis de cuyos militares también resultaron heridos a causa del ataque a una patrulla con una mina antitanque, indicó en Madrid un vocero del Ministerio de Defensa.

El convoy español, al frente del cual se encontraba el vehículo atacado, escoltaba una caravana del Programa Mundial de Alimentos (PMA) cuando pisó la mina, en las proximidades de Sang Atesh, al norte de Qala i Naw, oeste de Afganistán, donde están apostados los militares de España.

El ejército español integra como soldados a ciudadanos de países latinoamericanos sin necesidad de que tengan la nacionalidad española, explicó el Ministerio de Defensa.

Tres soldados occidentales, un estadunidense y dos británicos, murieron en ataques en el sur de Afganistán, reportó la OTAN.