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El Cropafy, dependiente del DIF, ha entregado 300 dispositivos por año, en promedio

Inegi: más de 10% de habitantes de Yucatán requieren prótesis o aparatos ortopédicos
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Ahmed Mota Pérez, uno de los especialistas del Centro Regional de Órtesis, Prótesis y Ayudas Funcionales de Yucatán, elabora una prótesis de mama. En el taller también se elaboran postizos de brazos, y piernas, además de ojos y apéndices nasales y maxilofacialesFoto Luis A. Boffil Gómez
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 28 de diciembre de 2009, p. 23

Mérida, Yuc., 27 de diciembre. Las manos expertas moldean el material. El plástico y el silicón se derriten y toman forma. En unos cuantos días, fruto del trabajo detallado e intenso, las prótesis de mama y maxilofaciales están listas. Las medidas corporales son precisas. Algunos ajustes y ¡listo! Bienvenidos al Centro Regional de Ortesis, Prótesis y Ayudas Funcionales de Yucatán (Cropafy).

El Cropafy, dependiente del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) estatal, ha entregado en 12 años más de 4 mil prótesis –un promedio de 300 por año– a personas que han sufrido enfermedad o accidente.

La labor del centro, único en su tipo en el sur-sureste de México, destaca al conocer que poco más de 10 por ciento de Yucatán (187 mil 300 de un millón 819 mil habitantes) necesitan algún aparato, al tener discapacidad o haber sufrido la pérdida de un brazo, pierna u ojos, según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía (Inegi).

De esa cifra, 130 mil son adultos y 12 mil son niños de entre 5 y 12 años de edad, que carecen de una extremidad por mal congénito o accidente; 2 mil 500 mujeres, que por sufrir cáncer de mama sufrieron amputaciones; 2 mil sin un ojo; 800 personas sin ambos brazos, y el resto (unas 40 mil) con problemas maxilofaciales.

Las manos de los trabajadores del Cropafy se han convertido en un bálsamo para los discapacitados; los expertos, con tecnología y materiales resistentes como plástico y silicón, producen prótesis de mama y maxilofaciales que se consiguen a precios accesibles para personas de bajos recursos o incluso gratis.

El Cropafy se formó en 1997 con un pequeño grupo de entusiastas técnicos, trabajadores sociales y médicos que vislumbraron la oportunidad de apoyar a personas con alguna discapacidad y pérdida de extremidad. Ahora, el centro posee la Certificación Internacional ISO 9001-2000 por su aportación y servicio a la población vulnerable.

Reparaciones humanas

En estos años se ha consolidado como la única institución que proporciona atención a habitantes de Campeche, Quintana Roo, Yucatán, Tabasco, Puebla y Oaxaca, e incluso de Guatemala, Honduras y El Salvador, quienes se han beneficiado con el también llamado taller de reparaciones humanas.

El director del Cropafy, Raúl Hevia Mendoza, asegura que es la única institución que fabrica prótesis de mama, nasales, auriculares y oculares, además de piernas y brazos, y ofrece un trabajo de primer nivel en la atención de las personas que sufren de cáncer, traumatismos o males congénitos.

Destaca que el objetivo del Cropafy no es lucrar, es apoyar a los que han tenido la desgracia de carecer de alguna extremidad física, por enfermedad, problemas congénitos o accidentes.

Explica que dispositivos de brazos y piernas, que en el mercado nacional tienen precios hasta de 30 a 50 mil pesos, en esta institución se ofrecen en mil o 2 mil pesos y afirma que si el paciente no tiene dinero, el aparato que requiera se le entrega gratis.

Apunta que durante 2009 se distribuyeron unos 300 aparatos en 40 comunidades rurales y de la capital de Yucatán.

Ahmed Mota Pérez especialista en su fabricación, resalta que para realizar prótesis de mama, se hace un diagnostico con las características físicas del paciente, como color de la piel, el peso corporal y la altura.

Éstas se elaboran en silicón en unos 15 días. El Cropafy entrega las prótesis con un valor superior a 30 mil pesos como donativo, cuando el paciente demuestra que la requiere con sólo aplicar a un estudio socioeconómico. Menciona que para aparatos oculares su elaboración sólo toma de dos a tres días.

Mota Pérez agrega que las personas que acuden una vez terminado el trabajo, la vida les cambia por completo. Se elaboran aparatos artificiales de mama, nasales, dactilares, mandibulares, maxilares, obturadores palatinos (paladar hendido) y auriculares, precisa.

Manuel Bacab Chulim es una de las personas beneficiadas. Hace cinco años, a consecuencia de un accidente carretero, perdió una pierna y un ojo. Salvó la vida, pero quedó sumido en la depresión. Antes trabajaba de cobrador. Sus familiares lo inscribieron como receptor de prótesis. Las recibió de la gobernadora Ivonne Ortega Pacheco. Además, se le consiguió un trabajo como recepcionista. En su experiencia refiere: He vuelto a ser útil, con mis aparatos tendré menos problemas para desplazarme.