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El autor reúne 13 relatos en su reciente libro, Firmado con un klínex

Quien no lee se pierde un gajo del mundo, sostiene Élmer Mendoza
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El escritor, captado en la reciente Feria Internacional del Libro de GuadalajaraFoto Héctor Jesús Hernández
 
Periódico La Jornada
Domingo 20 de diciembre de 2009, p. 4

Para el escritor sinaloense Élmer Mendoza, la gente que no está dispuesta a leer se pierde un gajo de esta esfera que es el mundo, relacionado con el buen vivir, la calidad de la vida y el placer de descubrir en los libros algo diferente todos los días.

Promotor de lectura y asesor del programa Sinaloa, un Estado de lectores, Élmer Mendoza, confiesa que constantemente está detectando a los no lectores, gente que no encuentra la razón para leer, para convencerla de que acrcarse a la lectura es otro de los placeres de la vida.

En entrevista, explica que siempre está atento a lo que sucede a su alrededor y a partir de lo que observa, escucha o lee, surgen sus historias. El estímulo (para escribir) puede aparecer en cualquier momento, eso me gusta mucho; ese proceso de vida en el que uno está inmerso y que da los elementos necesarios para hacer ficción.

Sobre el proceso de la escritura detalla que la primera versión de un texto no sirve y no será ni la segunda, tercera ni cuarta versión, ya que los escritores trabajan sobre el desperdicio y la corrección infinita de los textos.

Creo que las obras maestras nacen en ese proceso de corrección, donde lo que el escritor descubre todos los días lo va incorporando, agrega Mendoza.

La escritura del sinaloense es auténtica, porque todos los días se inicia con una idea que ha trabajado, porque la experiencia como autor me da fuerzas para buscar algo diferente. Acabo de leer un ensayo de Dante, de los primeros que utilizó el lenguaje popular en sus obras; a él lo mataba la duda por usar una palabra y decidía hacerlo. Yo también tengo dudas y las debo resolver; además, es válido tenerlas.

En su nuevo libro Firmado con un klínex (Tusquets Editores) el escritor reúne 13 historias breves con imágenes vibrantes y violentas, personajes que van y vienen entre realidad y delirio.

Al respecto, señala: cada texto es distinto, no tienen unidad porque corresponden a tiempos diferentes. Las historias son diversas, pero tienen el ritmo narrativo y el lenguaje distintivos de Elmer Mendoza.

El libro narra las historias de un detective –El Zurdo Mendieta–, quien investiga una epidemia de suicidios femeninos; un italiano y un francés que discuten una noche antes de que sus selecciones nacionales de futbol se disputen la Copa del Mundo; cuatro motociclistas se pelean el privilegio de seducir a una asesina; un mundo dominado por los nolectores, y en otro, escritores mexicanos contemporáneos departen vivamente.

En los cuentos de Élmer Mendoza también desfilan traileros, arquitectos, actrices y hasta una dudosa Miss Sinaloa.

El cuento que da nombre al volumen fue escrito hace siete años, y en él aparece por primera vez Édgar El Zurdo Mendieta, detective que protagoniza Balas de plata, novela con la que Elmer Mendoza ganó el Premio Internacional Tusquets de Novela, en 2007.

“Después del trabajo que logré en Balas de plata regresé a este personaje para darle unos toques diferentes, lo cual fue interesante porque enriquecí un poco a El Zurdo, que ya había nacido”, explica Mendoza.

Asimismo, comenta que en el cuento La fiesta reúne a todos sus amigos escritores. El trabajo consistió en “elegir las primeras frases de los libros de mis amigos e intentar que quedarán marcadas en un discurso coherente, en el que a su vez pudiera plantear una especie de domino con las frases seleccionadas.

El principio me gusta porque hay autores que abordan el tema de la violencia, como Pérez Reverte y Eduardo Antonio Parra. Encontré frases de todos, incluso la que me permitió cerrar el texto.