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Graves secuelas por el uso de fósforo blanco y uranio empobrecido

Desechos tóxicos por años de guerra en Irak incrementan casos de cáncer y malformaciones
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Una menor nacida con una malformación en Fallujah, una de las ciudades más afectadas por la contaminación provocada por las armas usadas en la invasión de IrakFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Lunes 7 de diciembre de 2009, p. 27

Bagdad, 6 de diciembre. Las armas poco a poco dejan de escucharse en Irak mientras la frágil estabilidad se va consolidando, situación que traslada el foco de atención sobre un asesino silencioso que probablemente aceche a los iraquíes en los próximos años.

La incidencia del cáncer, los bebés con malformaciones y otros problemas de salud se han incrementado de manera alarmante, según funcionarios iraquíes, y muchos sospechan que la contaminación producto de las armas usadas en tantos años de guerra es una de las causas.

Hemos visto nuevos tipos de cáncer de los que no se tenía registro en Irak antes de la guerra de 2003, tipos de cáncer fibroso (tejido blando) y cáncer óseo. Éstos se originan claramente en la radiación, dijo Jawad Ali, oncólogo de Basora, la segunda mayor ciudad iraquí.

En Fallujah, oeste de Irak, escenario de dos de las más feroces batallas entre las tropas estadunidenses y los insurgentes después de la invasión de Estados Unidos en 2003, una cifra récord de casos de bebés nacidos muertos, deformes o con parálisis ha alarmado a los médicos.

El uso de uranio en el armamento de Estados Unidos y la coalición en la guerra de 1991 para liberar a Kuwait, y en la invasión de Irak en 2003, está bien documentado, pero establecer un nexo entre el metal radiactivo y los problemas de salud entre los iraquíes es difícil, según funcionarios.

Las instalaciones médicas iraquíes son limitadas, y el mantenimiento de estadísticas precisas en materia de seguridad durante los años de matanzas sectarias desatadas por la invasión fue imposible.

En Basora, golpeada por años de guerra y anegada por años de contaminación industrial y agrícola, a los médicos les resulta difícil aislar las causas específicas del cáncer.

Su población ha vivido por años entre montañas de chatarra que contiene restos de la guerra, como el óxido marrón que se descascara con el viento que llega hasta las casas de los habitantes, sus alimentos y sus pulmones.

Nuestra información indica que hay más de 200 kilómetros cuadrados de tierra en el sur de Basora que contienen restos de guerra, algunos de los cuales están contaminados con uranio, dijo Bushra Ali, del departamento de prevención de radiación del Ministerio de Medio Ambiente.

Un informe de 2007 de la publicación médica de la Universidad de Basora encontró que no había un significativo aumento en los índices de muerte por cáncer, pero que la proporción de niños muertos por la enfermedad en Basora había crecido 65 por ciento en 1997 y 60 por ciento en 2005, comparado con 1989.

El uranio empobrecido, un metal denso, es usado en armamento para perforar blindajes como los de los tanques. Su conexión con los problemas de salud es polémica: el Ministerio de Defensa Británico dice que no hay evidencia científica o médica confiable.

En la primera guerra del Golfo se usaron grandes cantidades de uranio empobrecido, buena parte cerca de Basora. No queda claro cuánto fue usado en Fallujah por las tropas estadunidenses en dos ataques contra la ciudad en 2004.

El ejército estadunidense usó fósforo blanco –que puede causar graves quemaduras al hacer contacto con la piel–, a fin de marcar blancos o sacar a enemigos armados de sus escondites.

Cinco años más tarde, los doctores en Fallujah registran inusual número de bebés con afecciones cardiacas congénitas y defectos en el tubo neural, lo que implica en último caso un desarrollo anormal de la médula espinal y del cerebro, condiciones que pueden causar parálisis y la muerte.

El marcado aumento de malformaciones congénitas en recién nacidos en este hospital llevó a la junta directiva a conformar un comité especial para investigar y registrar estos casos, dijo Abdulsatar Kadim, gerente del principal hospital de Fallujah.

Los médicos dicen que no han podido aislar una causa específica. Varios factores pueden provocar la condición, incluida la falta de ácido fólico durante el embarazo.

Un especialista en neurología pediátrica dijo ver en promedio semanal de tres a cuatro recién nacidos con defectos en el tubo neural en Fallujah y zonas circundantes, región de unos 675 mil habitantes.