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La mente en papel
ADRIANA DEL MORAL
Contreras para muchos y Gloria para otros
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Pájaro relojero: los clásicos centroamericanos
MIGUEL HUEZO MIXCO
Fernando González Gortázar: Premio América de Arquitectura 2009
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ISMAEL GARCÍA MARCELINO
Alexander von Humboldt: el viaje del pensamiento
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Felipe Garrido
Compadre
Mi puerta se abrió bruscamente. Apareció un hombre con un revólver.
–Supe que había un fuereño y he venido para matarlo.
–Siéntese –le dije.
Estaba bien borracho. Se quitó el sombrero, se inclinó y acercó una silla. Sacó otra pistola y puso las dos sobre la mesa.
Le ofrecí un cigarro. Lo encendió. En seguida me apuntó con las armas.
–La única dificultad que tengo –me dijo–, es resolver cuál debo usar.
Suspiró y apuntó a mi pecho. De pronto fijó la vista sobre la mesa.
–¿Qué es eso? –me preguntó.
–¡Un reloj!
Le mostré cómo se pone. Fue bajando las pistolas. Así como un niño ve un juguete nuevo, lo observaba con la boca abierta.
–¡Ah! –suspiró–. ¡Qué bonito está!
–Es de usted –le dije, quitándomelo y entregándoselo. Lo miró, resplandeciente de sorpresa. Lo puse en su mano extendida. Cuidadosamente, lo ajustó a su muñeca velluda. Se levantó radiante, feliz, mirándome. Me echó los brazos al cuello.
–¡Ah, compadre! –dijo llorando, emocionado. |