Opinión
Ver día anteriorSábado 28 de noviembre de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ensamble Nuevo de México
H

ace unos días asistí a un espectáculo cuádruplemente insólito.

1.- La Sala Carlos Chávez llena a reventar, incluyendo pasillos y escaleras.

2.- El lleno fue para un concierto de música contemporánea.

3.- La música fue toda mexicana.

4.- Y fue interpretada por un grupo que esa tarde daba su primer concierto público.

Con la dirección de Miguel Salmón del Real, ese domingo hizo su debut el Ensamble Nuevo de México, con una oferta musical inusual y ciertamente atractiva: los estrenos mundiales de seis piezas, un estreno nacional y uno en esta ciudad, entre los que se presentaron cinco miniaturas muy bien logradas, tanto en su presentación general como en sus cualidades individuales.

Minuere, de Alejandra Odgers, es una pieza lúdica, irónica, con una clara ancla tonal, y basada prácticamente en su totalidad en un solo gesto motívico. Miniatura, de Carlos Gómez Matus (pianista del ensamble), es una pieza más contrastada y variada que la de Odgers, también sustentada en un centro armónico más o menos tradicional.

El grupo interpretó también Reconnaissances-Recortaissances, de Felipe Waller, una buena urdimbre de coherentes texturas instrumentales organizada sobre los pulsos sincopados del piano. Al Quinteto motívico, de Jorge Medina, sobrio y claro en sus medios y sus fines, le faltó quizá un poco de la picardía sonora mostrada por sus colegas en sus respectivas miniaturas.

A su vez, la pieza titulada Genghis, de Carlos Sánchez-Gutiérrez, tiene como principio motor la precisión y la energía inexorables que es posible encontrar en algunos otros de sus eficaces y sugerentes mecanismos musicales.

Las otras tres obras del programa, por contraste, estaban apartadas del concepto miniaturistas de las partituras ya comentadas. En Tres impulsos, Leonardo Coral se muestra como el compositor rítmicamente disciplinado que es, y respeta su habitual tendencia a la concisión y la claridad en sus combinaciones instrumentales.

Las cinco bagatelas, de Armando Luna, son piezas tan potentes como fugaces, efervescentes e irónicas, y las texturas son apretadas y de innegable interés sonoro. Este programa sui generis concluyó con S.O.S., de Enrico Chapela, obra poliestilística y multireferencial, de orientación indudablemente posmoderna, y caracterizada por el uso constante de ritmos cruzados y acentos desplazados.

El resultado general de este concierto inaugural fue satisfactorio y permitió corroborar que los instrumentistas del Ensamble Nuevo de México están bien preparados y que trabajan estas nuevas músicas mexicanas con convicción y seriedad, aunque es claro que les falta el tiempo y la experiencia para alcanzar los niveles de ejecución de otros ensambles mexicanos de trayectorias ya largas y bien establecidas.

Ahora bien, más allá de lo satisfactorio que es, siempre y en cualquier circunstancia, atestiguar asistencias multitudinarias a conciertos de música nueva mexicana, el merecido y necesario éxito de este concierto debe tomarse con un granito de sal.

La emoción de un debut, el intenso trabajo promocional realizado por Miguel Salmón del Real, la saludable atención mediática que se dio a esta presentación en sociedad, se erigen como circunstancias especiales e inusuales. ¿Cuántos nobles proyectos musicales se nos han desmoronado en las manos después de sus auspiciosos debuts? La lista es, por desgracia, larga.

No puedo sino saludar con entusiasmo este bien logrado programa inaugural del Ensamble Nuevo de México, pero estoy convencido de que su concierto realmente importante y trascendente no ha sido éste, sino que será el siguiente, el segundo de su joven historia. Si el grupo logra, una vez pasada la novedad, convocatorias similares, estará verdaderamente en el camino de la permanencia y el reconocimiento.

Como tangencial, pero importante referencia, menciono dos espléndidos conciertos recientes, a cargo de Tambuco y Tempus Fugit, realizados ante públicos imperdonablemente escasos en la Sala Nezahualcóyotl y en el Auditorio Blas Galindo, respectivamente.