Opinión
Ver día anteriorMiércoles 25 de noviembre de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Xirau, el filósofo que canta
¿Q

uién es Ramón Xirau? Un poeta que escribe versos en catalán y ensayos de reflexión filosófica en español. Ensayos que son, por momentos, poemas y poemas que nos hacen pensar.

La poesía para Xirau es conocimiento, ritmo, sonido, imagen. Espacio donde podemos comulgar con el mundo y comprenderlo. Una forma de relación con lo otro y con el otro, con la experiencia de lo vivido y con el presente fugaz; lugar de encuentro con lo sagrado.

Quizá por eso su poesía se detiene en la caída de una hoja o en el paso del agua, en el mar que nunca acaba ni termina de comenzar o en esa luz que nos muestra la intimidad de las cosas más sencillas de la vida diaria, en el ánimo del viento, en la playa del mundo, en la naturaleza viva.

En uno de sus libros más importantes para mí, Poesía y conocimiento Xirau nos muestra, analizando la obra de Jorge Luis Borges, José Lezama Lima y Octavio Paz que la poesía además de canto nos cuenta el cuento del mundo, nos revela el misterio que lo envuelve.

Para Octavio Paz, Ramón Xirau fue un hombre puente. Un escritor que unía tradiciones poéticas, generaciones de escritores, disciplinas, lenguas. También fue y ha sido un gran animador cultural en distintas publicaciones y particularmente en la Revista Diálogos que durante más de dos décadas fue punto de encuentro para la conversación inteligente, foro la charla constructiva, para el pensar –digamos– en voz alta.

Ahora que abundan las viudas de Octavio Paz, los amigos, los herederos del poeta Nobel, Ramón Xirau podría decir sin asomo de mentira que fue, junto con su mujer Ana María, de los amigos más cercanos del autor de Piedra de Sol. Xirau ha sido el único, hasta donde sé, que le dijo no a Octavio Paz en una empresa fundamental: no quiso dirigir la revista Vuelta para no abandonar Diálogos. Una lección de ética poco frecuente.

Xirau pertenece a esa generación de exiliados españoles que enriquecieron la cultura de México. Llegó con su familia huyendo de la Guerra Civil española y aquí se convirtió en discípulo de José Gaos y Raimundo Lida. Desde entonces no dejó la academia. Se convirtió en maestro e incluso uno de sus libros más populares es Introducción a la historia de la filosofía, que se ha convertido en texto básico para los universitarios.

La educación para él es instrumento para formar hombres libres, mejores ciudadanos, personas capaces de modificar al mundo para hacerlo más amable. No extraña que nunca haya perdido contacto con los jóvenes, con los alumnos a los que les dio clase y de quienes, me dijo alguna vez, no deja de aprender.

Algunos han visto en la poesía de Xirau un impulso medieval y otros una constante presencia del surrealismo. En sus versos se vislumbran ambas presencias, no se excluyen. Más aún: incluso en su ensayos donde la reflexión domina, el mundo de lo surreal también aparece: ¿cómo olvidar el sueño y la razón en Descartes?

Ahora que Ramón Xirau gana junto con su amiga Ida Vitale el Premio Octavio Paz, los puentes se multiplican. Unen presencias y ausencias. Todo es ejercicio de belleza diría Ida Vitale y yo, con Ramón Xirau, Miro por la ventana.