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El padre del liberalismo mexicano, ¿protestante?
¿A

caso se convirtió al protestantismo el doctor José María Luis Mora? De acuerdo con dos eminentes historiadores mexicanos –uno que realiza sus investigaciones y libros entre finales del siglo XIX y las dos primeras décadas del XX (Genaro García); y otro de gran calado quien hace casi cuatro décadas dio inicio a su fructífera carrera, la que sigue hoy más vital que nunca, Jean Meyer– la respuesta a nuestra interrogante inicial es un decidido sí.

Ambos historiadores basan su veredicto en que Mora (1794-1850) apoya decidida y abiertamente al promotor y vendedor de materiales bíblicos James Thomson. Éste, de origen escocés y pastor bautista, se instala en la ciudad de México en mayo de 1827 y sale del país tres años después. En tal lapso el experimentado colportor (vocablo con el que se conoce a quienes se dedican a difundir la Biblia con fines proselitistas) recorre varias regiones del país y obtiene pequeños éxitos en su tarea, hasta que se topa con edictos contrarios a su causa, promulgados por el arzobispado de México.

Inicialmente Thomson llega a Buenos Aires, Argentina, en 1818 con la encomienda de promover el sistema lancasteriano de escuelas. Lo mismo hace en Uruguay, Chile, Perú, Ecuador y Colombia. Por sus tareas educativas recibe reconocimientos de los independentistas y libertadores sudamericanos Bernardo O’Higgins, José de San Martín y, nada menos, que Simón Bolivar.

Para cuando James Thomson llega a México tiene tras de sí casi una década de experiencia en, crecientemente, promover los fines de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera (SBBE). Dicha organización traza sus orígenes a 1804, y sus gestores son protestantes/evangélicos de distintas denominaciones interesados en traducir la Biblia al mayor número de idiomas posibles y venderla al menor precio que fuese factible.

El gran político e intelectual que fue José María Luis Mora, decidido partidario de la separación Iglesia (católica)-Estado, así como de un régimen de laicidad, simpatiza con el objetivo de James Thomson desde la primera vez que conoce las tareas del colportor. Tan es así que no vacila en hacerse miembro de la SBBE y defiende la causa de Thomson ante los embates clericales que buscan obstaculizar a toda costa la sencilla labor de promoción bíblica.

Como respuesta al edicto del arzobispado de México dado en junio de 1827, que reprobaba el trabajo de James Thomson, pocas semanas después el doctor Mora critica la acción de la alta jerarquía católica y redacta un artículo en la publicación por él encabezada: El Observador de la República Mexicana.

En su apología del agente de la SBBE, Mora escribe que es oscurantista oponerse a la lectura de la Biblia por el pueblo. En una misiva que dirige a las oficinas centrales de la Sociedad Bíblica, con sede en Londres, el liberal nacido en Guanajuato, con estudios en San Ildefonso y ordenado sacerdote católico en 1829, describe la cerrazón del alto clero: En la República mexicana, como en todos los países educados en la intolerancia, a pesar de la liberalidad de sus leyes y del buen sentido de su gobierno, la ignorancia y preocupación de alguna parte del clero, sostenida por tres cabildos eclesiásticos, ha procurado entorpecer la circulación de la Biblia; y en parte lo ha conseguido retrayendo a algunos pocos de su lectura.

En el comunicado Mora comenta que, en línea con los proyectos de Thomson, ha dado algunos pasos para traducir el Evangelio de Lucas a náhuatl, otomí y tarasco. A la salida de James Thomson de nuestro país, en 1830, el doctor Mora queda a cargo de los asuntos de la SBBE. Al año siguiente escribe su Catecismo político y, aunque reconoce que la religión de la nación mexicana es la católica, apostólica y romana, también, con claridad, deja ver que para nada es tarea del gobierno andar imponiendo una determinada creencia.

Tal vez la respuesta a la conversión protestante del doctor Mora sea la que proporciona Jean Meyer, aunque con ciertos matices. El autor de una obra clásica, La cristiada, dice que sin duda [Mora] llegó a romper con su tradición religiosa para abrazar el protestantismo. Sin embargo se cuidó mucho de exteriorizar sus convicciones; su protestantismo quedó en el terreno de la vida privada (Historia de los cristianos en América Latina, siglos XIX y XX, Editorial Jus, 1999, p. 115). O sea, Mora no fue un protestante público ni secreto, sino discreto; un examen de sus acciones y escritos posteriores a 1831 podrían darnos claves de su protestantismo.

Al triunfo del conservadurismo, y el fin del gobierno liberal de Valentín Gómez Farías (abril de 1834), Mora tiene que exiliarse en París. En misiva a la SBBE expone que por su exilio deja los asuntos de la Sociedad Bíblica en otras manos y comparte la causa de su salida del país: Por haber perdido en mi patria el partido que sostenía la libertad religiosa que yo he promovido con empeño me he visto precisado para vivir menos disgustado a salir de México y permanecer fuera por algún tiempo. Muere en el exilio en julio de 1850.