Sociedad y Justicia
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Hacerlo apoya combate al cambio climático

Mario Molina llama a bajar emisiones de hollín
 
Periódico La Jornada
Martes 20 de octubre de 2009, p. 35

Con la reducción de contaminantes como el hollín (carbono negro) y los clorofluorocarbonos (CFC) es posible ganar dos o tres décadas en el combate al cambio climático, ya que el bióxido de carbono puede tardar mil años en desaparecer, sostuvo el premio Nobel Mario Molina al participar en el Taller internacional sobre el carbono negro.

Explicó que el cambio climático ha provocado un incremento en la frecuencia de las inundaciones y las sequías.

Añadió que hay 400 millones de personas que viven en condiciones de sequía extrema.

Dijo que el riesgo del calentamiento global es de tal magnitud, que el hielo del ártico podría desaparecer en una década y la selva amazónica en 50 años. Esto debe dominar las discusiones en la cumbre de Copenhague –que se realizará en diciembre–, abundó.

Agregó que casi tres cuartas partes de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen del consumo energético, y de esa cantidad poco más de la mitad corresponde a bióxido de carbono (CO2), lo que ha hecho centrar la atención en éste. Se deben llevar a cabo varias soluciones y aplicar diversas medidas al mismo tiempo, afirmó.

Uno de los compuestos a los que se ha puesto poca atención es el hollín o carbono negro, el cual tiene entre sus fuentes los incendios forestales y el transporte viejo a diesel.

Podría ser uno de los factores que ocasionan el derretimiento de glaciares en el Himalaya, ya que India genera grandes cantidades de este contaminante por el uso de leña en la cocina, dijo.

Detalló que entre los gases que generan –en menor medida– el cambio climático están el ozono, los CFC y el hollín.

Indicó que se deben tomar medidas en las dos dimensiones, para atacar el CO2 y el hollín. De acuerdo con escenarios planteados por expertos en 2003, sin aplicar políticas, la temperatura subiría cinco grados centígrados y con su aplicación serían dos grados centígrados, con costo de uno por ciento del producto interno bruto mundial.

Dijo que el hollín y los CFC tienen la ventaja de que se regulan con mecanismos que tienen que ver con la contaminación atmosférica y con el Protocolo de Montreal, respectivamente.

Puntualizó que el carbono negro no está incluido en las negociaciones internacionales, pero todos están conscientes de la necesidad de discutir el tema, y como el proceso es muy lento, se investiga con grupos de interés si hay otras maneras rápidas de tener impacto en las emisiones de estos compuestos.

Aseveró que en México en el control del hollín estamos un poco rezagados. Es un reto mayor controlar las emisiones de quema de biomasa, de los incendios forestales, pero podríamos hacer un trabajo más intenso.