Economía
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Restringir el pago a ejecutivos de bancos y el cambio climático, entre temas a debatir

Ambiciosa agenda para reformar el sistema financiero global reúne al G-20
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Personal de seguridad revisa el río que corre frente al centro de convenciones de Pittsburgh donde se reúne el G-20Foto Reuters
 
Periódico La Jornada
Viernes 25 de septiembre de 2009, p. 31

Pittsburgh, 24 de septiembre. Los presidentes y jefes de gobierno del Grupo de las 20 naciones industrializadas y en desarrollo (G-20) llegaron a la cumbre –que comenzó ayer y concluirá este viernes– con una ambiciosa agenda enfocada en una reforma al sistema financiero global, que incluiría las restricciones al pago de los ejecutivos bancarios, y la determinación de medidas para llevar la economía mundial hacia un camino sustentable.

Sin embargo, la amplia gama de problemas que la cumbre debe debatir –desde el ineficiente modelo de crecimiento global a reglas más severas para los bancos y los pagos a los banqueros, además del cambio climático y una reforma a las instituciones internacionales, que permita mayor peso a las economías emergentes– genera pocas expectativas de que se adopten medidas a corto plazo.

Estados Unidos quiere que los países del G-20 se comprometan a depender menos de los consumidores estadunidenses, mediante un incremento del consumo en los países exportadores como China.

La comunidad internacional fue muy lejos para evitar una catástrofe económica mundial, señaló el presidente Barack Obama en un mensaje de bienvenida a los invitados a la cumbre, al recordar el desplome financiero de hace un año y afirmar que todos debemos acordarnos que nuestra tarea está lejos de haber terminado.

Ciudad en alerta máxima

Vidrieras tapiadas, escuelas y comercios cerrados. El centro de la ciudad de Pittsburgh recibe en alerta máxima a los dirigentes de los países del G-20, y sobre todo a los manifestantes que quieren hacerse escuchar.

Nuestro objetivo no es ser violentos, pero el G-20 es una institución violenta, antidemocrática, que toma decisiones a puertas cerradas, dice Noah Williams, joven portavoz de la organización de origen anarquista Pittsburgh G-20 Resistance Project (PGRP).

El grupo llamó este jueves a una manifestación no autorizada hacia el centro de conferencias. Temo una sobrerreacción de las autoridades, que podría desencadenar una sobrerreacción de los jóvenes contestatarios. Es una mezcla tóxica, manifiesta Michael Healey, abogado que defiende a los opositores al G-20 detenidos.

Es la tercera vez en menos de un año que se reúne el G-20 y las perspectivas económicas lucen mucho mejor que en las ocasiones anteriores, pero las divergencias sobre el alcance de las reformas no se han reducido.

He dejado en claro que no deberíamos buscar otros tópicos y olvidar la regulación al mercado financiero, destacó la canciller alemana Angela Merkel.

Los líderes del G-20 avanzaron ayer en una declaración que pide nuevas restricciones en los salarios de los banqueros, pero que no abogaría por topes monetarios específicos. Los suculentos bonos que reciben los banqueros, incluso cuando las firmas para las que trabajan se encuentran en quiebra, han generado indignación en la población y en la clase política, que busca regularlos mediante una reforma al sistema financiero.

Los líderes del Grupo de los 20 buscan modos de vincular los bonos y los salarios de los ejecutivos con la salud de la hoja de balance y la rentabilidad general de las firmas. Francia y Alemania quieren reducir los bonos pagados a los ejecutivos bancarios, que consideran alentaron la toma de riesgos que impulsó la crisis en los mercados financieros y que derivó en la recesión de la economía mundial.

Los europeos están horrorizados con el hecho de que los bancos, algunos dependientes del dinero de los contribuyentes, de nuevo estén pagando bonos exorbitantes, observó el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso.