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La cinta fue bien recibida en el Festival de Cine de San Sebastián

Get Low, historia de un viejo empeñado en asistir a su funeral
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Robert Duvall, candidado a la Concha de PlataFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Miércoles 23 de septiembre de 2009, p. 9

San Sebastián, 22 de septiembre. El festival Internacional de Cine de San Sebastián dio este martes entrada a la emotividad con dos historias de amor y devoción con Get Low, del estadunidense Aaron Schneider, sobre un viejo, marcado por un gran amor, que prepara su funeral, y la francesa Hadewijch, de Bruno Dumont.

El legendario actor estadunidense Robert Duvall llegó al festival, que finaliza el sábado, para presentar Get Low, historia a su medida, en la que encarna a un viejo empeñado en asistir a su propio funeral, por lo que quiere organizar uno como fiesta.

Retirado del mundo desde hace años y viviendo como un ermitaño del que todos se alejan, Félix Bush (Robert Duvall) quiere aprovechar esa fiesta para revelar al mundo su mayor secreto, el cual ha guardado durante 40 años.

Personaje complicado

Era especial para mí este personaje. Es complicado, hermético, con un secreto de 40 años, dijo en español en rueda de prensa el actor estadunidense, quien bromeó con el nombre de su personaje: Cuando me llamaban señor Bush era como si me llamaran señor Franco.

Duvall, casado con una argentina y que se preparó y pensó en el papel mirando a la cordillera de los Andes, aseguró que sólo tuvo que seguir el guión a la hora de encarnar al personaje.

Con buen ritmo, alternando los momentos más trágicos con los de comedia, la película ha conseguido llegar al público de San Sebastián, que la acogió con un gran aplauso.

Opera primera de Schneider, Duvall, el inolvidable teniente coronel Bill Kilgore de Apocalypse Now, logra una gran interpretación, que lo hace candidato a la Concha de Plata al mejor actor del festival, en el que este martes también se presentó en la sección oficial a concurso la francesa Hadewijch.

En esta película, recibida con división de opiniones por el público, Dumont sacude al espectador con el retrato de un amor místico por Dios, elevado a lo más extremo, hasta el punto de convertirse en lo más infernal.

Hadewijch cuenta la historia de Céline (Julie Sokolowski) enamorada de Cristo ante la incomprensión de los demás. La frustración por su amor a lo divino la llevará a simpatizar con extremistas islamitas, atraída por su sentimiento de fe ciega similar al suyo, a pesar de que su Dios no sea el mismo.

Es una película ambigua, pero porque nosotros somos ambiguos. La cinta muestra la belleza que puede tener el amor a Dios y cómo esta maravilla puede llevar a lo peor, dijo el director de la cinta en rueda de prensa.

Veo que hay personas que en nombre de Dios, del amor a Dios, ponen bombas. ¿Cómo hacen para convertir este amor en hiperviolencia? Es la pregunta que me hago. No intento contestarla, sólo exponerla, provocar una reflexión, añadió Dumont.

El director no dudó en relacionar los planos muy largos que se ven en su película –a riesgo, en ocasiones, de hacer decaer la atención del espectador– con su búsqueda de que el público reflexione.

Lo que me interesa más no es la película, sino el espectador. La cinta es una forma de ir hacia el espectador y los planos son largos porque el tiempo de la reflexión es lento. Necesitamos tiempo para pensar, concluyó.