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Alto, el número de civiles fallecidos en el bombardeo aéreo: Ministerio de Salud afgano

Ataque de la OTAN a dos camiones deja unos 90 muertos en Afganistán

La ONU, la alianza atlántica y el gobierno de Hamid Karzai prometen una exhaustiva investigación

Unas 250 personas se abastecían de combustible en los vehículos que fueron robados por el talibán

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Policías afganos inspeccionan uno de los camiones impactados por los proyectiles de la aviación de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad de la OTAN.Foto Reuters
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Un médico atiende en el hospital central de la norteña ciudad de Kunduz a uno de los heridos por el ataqueFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Sábado 5 de septiembre de 2009, p. 20

Kunduz, 4 de septiembre. Al menos 90 muertos dejó hoy un ataque de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) contra dos camiones cisterna secuestrados por talibanes en la norteña provincia afgana de Kunduz, solicitado por el ejército alemán, lo que llevó a las organizaciones de Naciones Unidas (ONU) y del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), y al gobierno de Afganistán, a prometer una exhaustiva investigación.

El ejército alemán, al mando de las operaciones de la OTAN en Kunduz, donde se produjo el ataque, afirmó inicialmente que todas las víctimas eran insurgentes. Pero uno de sus voceros en Berlín matizó diciendo que no estaban seguros de ello al cien por ciento.

Los aviones de la OTAN, cumpliendo órdenes de un oficial alemán, bombardearon dos camiones cisterna con combustible para las fuerzas internacionales, robados por talibanes durante la noche del pasado jueves en una emboscada. Los rebeldes decapitaron a los conductores de los vehículos.

El Ministerio de Defensa en Berlín confirmó que el ataque de la ISAF es el mayor en que haya tenido participación Alemania.

El gobernador de la provincia de Kunduz, Mohamed Omar, reportó 90 muertes, aunque no especificó cuántos eran civiles, e indicó que entre los muertos estaba el comandante talibán de varios distritos de Kunduz, Abdur Rahman, otros importantes milicianos y cuatro combatientes chechenos.

Los heridos fueron trasladados en ambulancias, taxis y tractores al hospital central de Kunduz.

El presidente afgano, Hamid Karzai, dio cuenta de 90 muertos y heridos, y ordenó una investigación, y dijo que atacar a civiles es en cualquier caso inaceptable.

Poco después del bombardeo, un responsable de la policía local y el vocero del Ministerio de Sanidad afgano dieron a entender que el número de civiles muertos o heridos era alto porque los talibanes invitaron a los lugareños a abastecerse de carburante de uno de los camiones varado en un río.

Entre 200 y 250 personas estaban cerca de la cisterna cuando se produjo el ataque, dijo en Kabul el portavoz del Ministerio de Salud, Farid Rahil. Desgraciadamente un gran número de civiles resultaron muertos y heridos, agregó.

Mohamad Sarwar, un anciano líder tribal de la provincia, declaró que los talibanes secuestraron los camiones y repartían el combustible entre una multitud cuando fueron bombardeados. Culpamos tanto a los talibanes como al gobierno afgano, afirmó.

Un portavoz talibán, Zabihullah Mujahid, dijo que los insurgentes capturaron los dos camiones cisterna. Uno quedó atrapado en el barro en una aldea y los combatientes fueron a intentar remolcarlo cuando sus habitantes empezaron a recoger el combustible y la multitud fue atacada.

El incidente, cerca de la frontera con Tadyikistán, subraya la inseguridad creciente en el norte del país, una zona que se consideraba segura pero donde los ataques de los talibanes se han hecho más frecuentes, mientras combatientes reafirman el control de áreas remotas, según algunos analistas.

Los talibanes consideran los cargamentos de combustible un blanco estratégico porque las fuerzas de la OTAN dependen de ellos.

Mi hermano resultó quemado cuando la aviación bombardeó los camiones cisterna. No sé si está muerto o vivo, dijo llorando Ghulam Yahya, en las puertas del hospital central de Kunduz.

Mohamad Humayun Jamosh, médico del nosocomio, dijo que 13 personas con quemaduras fueron atendidas, pero ningún fallecido había sido trasladado a la morgue del hospital porque los cuerpos estaban abrasados. Es muy difícil recoger cadáveres o restos tras la explosión porque el combustible que estaban recogiendo era altamente inflamable, afirmó.

La ISAF dependiente de la OTAN fue la primera en anunciar una investigación. Luego la ONU, por boca del número dos de su delegación en Afganistán, Peter Galbraith, la reclamó con insistencia y envió un equipo al lugar.

Hay que hacer todo lo necesario para examinar lo que pasó y para saber por qué se recurre a un ataque aéreo en circunstancias en las que es difícil determinar con certeza que no hay civiles en el lugar, dijo en un comunicado.

En Bruselas, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, prometió una investigación inmediata y completa.

La Casa Blanca dijo estar muy preocupada por la posibilidad de que hayan muerto civiles.

Mientras, Gran Bretaña, el país con más efectivos en el país después de Estados Unidos, pidió investigaciones urgentes para no socavar la confianza de la población en la presencia internacional.

Según las nuevas órdenes emitidas en julio anterior por el jefe de la ISAF, el estadunidense Stanley McChrystal, los aviones no pueden abrir fuego a menos que puedan confirmar que no hay posibilidad de que civiles pudieran resultar heridos o que respondan a una amenaza inmediata.

De acuerdo con un reciente informe de la Misión de Naciones Unidas en Afganistán, el número de civiles muertos en la nación ocupada fue de mil 13 en el primer semestre de 2009, cifra muy superior a los 808 registrados durante todo 2008 o los 684 de 2007.

Como el conflicto se ha ampliado y profundizado a lo largo de 2007, 2008 y lo que llevamos de 2009, casi una tercera parte del país está ahora directamente afectada por actividades insurgentes. El conflicto armado es especialmente intenso en las regiones del sur, sureste, este, centro y oeste, y se está extendiendo a zonas antes relativamente tranquilas, señaló.

Por otro lado, la embajada de Estados Unidos en Afganistán dijo hoy que despidió a los guardias de seguridad que fueron fotografiados en actividades lascivas durante fiestas bañadas en alcohol.

Diez guardias vistos en las fotografías ofensivas están dejando hoy el país, ocho fueron despedidos y dos reasignados, dijo la embajada en un comunicado.

El equipo de dirección completo de ArmorGroup América del Norte en Kabul está siendo remplazado de inmediato. La oficina de seguridad de la embajada continúa sus entrevistas a cada uno de los guardias, agregó la representación diplomática.

En una carta enviada esta semana a la secretaria de Estado estadunidense, Hillary Clinton, el grupo denominado Proyecto de Vigilancia Gubernamental dijo que guardias privados de la compañía de seguridad ArmorGroup América del Norte llevaban a cabo rituales de iniciación abusivos, lo que ponía en peligro la seguridad de los diplomáticos.