Cultura
Ver día anteriorSábado 1º de agosto de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

El autor acaba de publicar el poemario Confesiones de Hernán Cortés y otros enigmas

Hernán Lavín llama a recuperar el humor para abrir el espectro de la libertad
Foto
Hernán Lavín Cerda, durante la entrevistaFoto Jesús Villaseca
 
Periódico La Jornada
Sábado 1º de agosto de 2009, p. 6

Desde la perspectiva del poeta Hernán Lavín Cerda, quien acaba de publicar el libro Confesiones de Hernán Cortés y otros enigmas, si algo debe apreciarse de la poesía contemporánea en México es que por fin pudo despojarse de la solemnidad y se atrevió a hablar de lo que ocurre cotidianamente a las personas, además de permitirse el empleo del sentido del humor.

Esos factores los considera esenciales para atraer hacia ese género a nuevos y mayores públicos: Antes la poesía era más seria, ahora ya entra incluso la payasada, la payasada física y la metafísica. Hay, afortunadamente, mucho más soltura.

En entrevista con motivo de ese volumen, publicado por Umbral, el también catedrático universitario de origen chileno sitúa al movimiento estudiantil de 1968 como uno de los principales generadores de ese cambio en la concepción poética.

La escritura de poesía en México se encuentra en pleno proceso de ebullición, muy saludable y en busca de muchos caminos. Ya no es un campo homogéneo, como prevalecía cuando llegué exiliado a este país, en octubre de 1973. Había en ese entonces un fermento que se gestó con los sucesos en Tlatelolco, en 1968, explica.

“Desde hace tiempo hay muchas líneas de trabajo en el quehacer poético, muchas voces, muchas direcciones. El lenguaje ya no es totalmente culto, ahora es más libre, mestizo.

Ya no hay tantos amarres ni restricciones. Esto no quiere decir que pueda escribirse con las patas y desconocer el oficio; por el contrario, la libertad es una responsabilidad mayor con el lenguaje. Si algo tenemos que hacer hoy con la poesía es llevarla a lo que sucede cotidianamente.

El humor dentro del quehacer poético es uno de los rubros que más interesan a Hernán Lavín, como académico y escritor, pues está convencido que aquél representa uno los elementos más preciados para el ser humano.

Una forma de salvación

“El humor –prosigue Lavín– es una forma de salvación; permite defendernos contra lo tonto y ciegos que somos a veces creyendo que nos la sabemos de todas todas, cuando en realidad sabemos nada”.

Destaca en ese mismo sentido la importancia del payaso como personaje, al que le atribuye las cualidades de recuperar el juego, la de decir, la de la infancia, de la ilusión, la de soñar, la de soñar en vigilia, la del humor, la de la sátira.

En las artes, en general, no sólo en la escritura, es la misma historia. Si en uno se da ese talento, esa vocación hacia el humor, adelante, a ejercerlo, pues es una llave que abre el espectro de la libertad, agrega.

El humor es fundamental, tenemos que recuperarlo, al igual que al niño que todos tenemos dentro, ese ser que se atreve a decirlo todo. Basta ya de mocos mentales, los cuales se endurecen y ni una bomba nuclear puede destruirlos, y uno termina convertido en un tonto solemne.

Y es que justamente el humor es uno de los elementos principales con los que está confeccionado Confesiones de Hernán Cortés..., en particular una serie de textos a los que el autor denomina de varia invención, en clara referencia a Juan José Arreola.

Es ya una costumbre en mí cerrar mis libros con una serie de poemas en prosa, pequeños relatos y cuentos con temáticas diversas y disímbolas, indica.

El poeta, para quien los escritores son criaturas ficticias, pero lo son aún más los lectores, aclara que el propósito del poema de largo aliento que da título al libro nunca fue rendir homenaje a Cortés, sino tratar de colocarse en su armadura y sus zapatos, de recrear lo que ese personaje vio, sintió y experimentó a lo largo de varios pasajes de la conquista de México y con posterioridad a ella.