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Fijan como meta encomiable tener entre mil 500 y mil 675 ojivas nucleares

Firman Medvediev y Obama entendimiento no vinculante sobre reducción de armas estratégicas
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El presidente estadunidense, Barack Obama, escucha a su homólogo ruso, Dimitri Medvediev, poco antes de la rueda de prensa ofrecida por ambos gobernantes, ayer en el KremlinFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 7 de julio de 2009, p. 22

Moscú, 6 de julio. Rusia y Estados Unidos, que mantienen serias discrepancias en el tema de la defensa antimisiles, acordaron aquí reducir en un tercio sus arsenales nucleares y concluir a la brevedad posible un nuevo Tratado de Reducción de Armamamento Estratégico (Start, por sus siglas en inglés) que sustituya al actual cuya vigencia expira en diciembre.

La fecha para suscribir el nuevo pacto de desarme nuclear, sin embargo, dependerá de qué tanto podrá Washington disipar, en los próximos meses, las dudas de Moscú respecto del escudo estadunidense en Europa oriental.

En el primero de dos días y medio de visita del titular de la Casa Blanca, los presidentes Dimitri Medvediev y Barack Obama firmaron este lunes un llamado entendimiento conjunto sobre reducción de armas estratégicas –una declaración política de intenciones y jurídicamente no vinculante– que enumera, en tan sólo 24 líneas, las directrices a seguir por los equipos que negocian el nuevo Start.

Los mandatarios fijaron hoy como meta encomiable que Rusia y Estados Unidos tengan, siete años después de entrar en vigor el nuevo tratado, entre mil 500 y mil 675 ojivas nucleares.

Comparada con los niveles actuales de ojivas que conservan Rusia (2 mil 787) y Estados Unidos (2 mil 202), es una reducción sustancial, pero no la mayor de la historia: el Start, firmado en 1991, redujo los arsenales de 10 mil a 6 mil cabezas nucleares y Start-II, en 1993, bajó ese umbral hasta 3 mil unidades.

Pero, dando por hecho que ambos países cumplirán para 2012 los compromisos –ciertamente no vinculantes– asumidos en el Tratado de Reducciones Estratégicas Ofensivas (Sort, por las siglas en inglés), suscrito en 2002 por George W. Bush y Vladimir Putin, que pusieron como límite entre mil 700 y 2 mil 200 ojivas, los parámetros cuantitativos acordados hoy por Medvediev y Obama supondrían una reducción de tan sólo entre 25 y un máximo de 700 ojivas.

Se trataría de una disminución de un mínimo de 2 por ciento a un máximo de un tercio de sus arsenales.

Frente a los actuales mil 600 portadores permitidos por el Start (misiles intercontinentales, vectores emplazados en submarinos y en bombarderos estratégicos), los líderes aceptaron un rango de entre 500 y mil 100.

Mientras Rusia insiste en que el recorte de portadores sea mayor, pues cree que su contraparte tiene más capacidad para almacenar ojivas que podría volver a montar en caso de considerarlo necesario, Estados Unidos da prioridad a reducir el número de cabezas nuclares ya instaladas.

Los negociadores tienen poco tiempo para encontrar fórmulas de compromiso antes de que venza el Start, pero el principal obstáculo para un nuevo tratado sigue siendo la distinta lectura que hacen Moscú y Washington del plan estadunidense de instalar componentes de su escudo antimisiles en Europa oriental, la cual se puso de relieve en la conferencia de prensa de los mandatarios.

Para Obama, el hecho de que Rusia y EU se hayan comprometido, en una declaración aparte, a estudiar los desafíos comunes para configurar un sistema global de defensa antimisiles, es testimonio de que el Kremlin ya no condiciona la reducción de arsenales nucleares a la cancelación del escudo.

Para Medvediev, en cambio, es un avance que la Casa Blanca haya reconocido, en el “entendimiento conjunto…”, que existe una estrecha vinculación entre armamentos ofensivos y defensivos, en otras palabras, entre los arsenales nucleares y los sistemas antimisiles.

Obama insistió en que los componentes del escudo antimisiles en Europa oriental nada podrían hacer frente al poderío nuclear de Rusia y aseguró que sólo buscan contrarrestar eventuales ataques de Irán o Corea del Norte.

Medvediev sigue creyendo que hay serias discrepancias en este problema tan difícil, pero consideró un paso adelante que Estados Unidos ha hecho una pausa (hasta finales del verano) y está estudiando la situación para después formular su postura final sobre el escudo en Europa oriental porque antes sólo escuchábamos que todas las decisiones estaban tomadas y que no suponían una amenaza para nosotros.

En un ambiente constructivo que pretende reiniciar la relación bilateral, durante más de cuatro horas, los presidentes abordaron una amplia agenda, que incluyó la situación en Medio Oriente, la no proliferación nuclear, Irán, Corea del Norte, Georgia y, muy especialmente, Afganistán.

En cuanto a este último país, y como estaba previsto, Rusia y Estados Unidos suscribieron un acuerdo que permite al segundo transportar a través del territorio y espacio aéreo del segundo armamento y tropas hacia Afganistán. En total, Washington podrá realizar hasta 4 mil 500 vuelos anuales sin tarifa de tránsito, lo que supondrá para el Pentágono un ahorro de 133 millones de dólares cada año.

Asimismo, se firmó un convenio de cooperación militar, que sienta las bases para reanudar el intercambio de información entre los ejércitos ruso y estadunidense, así como la realización de maniobras conjuntas, en fecha aún por determinar, que se habían suspendido a raíz de la guerra entre Rusia y Georgia en agosto del año pasado. A propósito de Georgia, ante la prensa, Obama subrayó que debe respetarse su integridad territorial.

En el plano bilateral, Medvediev y Obama decidieron instalar una comisión mixta presidencial que se ocupará de impulsar la cooperación en materia de energía, economía, comercio, educación, cultura y ciencia, así como de coordinar el combate al terrorismo y el narcotráfico, entre otros encargos.