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Golpe de Estado en Honduras

El presidente constitucional viaja a Washington para presionar contra gobierno de facto

EU busca negociar con golpistas para superar la crisis política hondureña

Se prevé que Hillary Clinton se entreviste con Manuel Zelaya; aún no hay fecha específica

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Manifestación de apoyo al presidente hondureño, ayer en Tegucigalpa, cerca de la residencia oficialFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 7 de julio de 2009, p. 20

Nueva York, 6 de julio. El presidente de Honduras, Manuel Zelaya, retornará a Washington este martes para continuar la presión diplomática contra el régimen golpista, y para verse por primera vez desde el golpe con la secretaria de Estado, Hillary Clinton.

Un alto funcionario estadunidense que pidió el anonimato confirmó la reunión de Clinton con Zelaya, reportó la agencia Reuters sin ofrecer mayores detalles. Sería la primera vez que alguien del primer nivel del gobierno de Obama se reúne con el mandatario (de gira en Rusia y Europa). Aunque algunas versiones afirman que será este martes, otras dicen que será en los próximos días.

Zelaya ha pedido explícitamente, y otros políticos y diplomáticos de varios países lo han solicitado de manera indirecta, que el gobierno estadunidense exprese claramente y con mayores medidas concretas su posición sobre la crisis, más allá de respaldar la postura colectiva de la Organización de Naciones Unidas.

Por ahora, una posición más clara de Estados Unidos podría ser difícil de conseguir. Estados Unidos ha expresado pleno apoyo a las resoluciones adoptadas por la OEA, incluida la demanda central de la restauración del orden constitucional, y ha subrayado que eso incluye la restitución de Zelaya como presidente. Además, hoy el Departamento de Estado, por medio de su vocero Ian Kelly, deploró el uso de fuerza contra manifestantes en Honduras y llamó al “régimen de facto” a no emplear la violencia y buscar una solución pacífica, constitucional y duradera a las serias divisiones en ese país.

En contraste con casi todos los demás países del hemisferio y de Europa, Washington no ha retirado a su embajador en Tegucigalpa ni ha suspendido la asistencia militar y económica.

Sin embargo, el gobierno de Obama reitera que desde el domingo antepasado ha cesado toda comunicación con los integrantes de lo que llama el “gobierno de facto” de Honduras, que casi todos sus programas de asistencia están en pausa, y que ha suspendido toda operación conjunta con los militares hondureños.

A la vez, todos en el hemisferio entienden que Estados Unidos tiene cartas únicas en este juego de alto riesgo, simplemente por su extensa relación económica y militar con Honduras, y muchos diplomáticos de varios países en Washington han estado en espera de cuál será el próximo paso del gobierno de Obama al enfrentar lo que se dice que es su primera gran prueba en sus relaciones interamericanas.

Una respuesta parcial a esto podría ser la confirmación del Departamento de Estado de la cita de Clinton con Zelaya en Washington. Además, el vocero Kelly también anunció que, aunque se sigue evaluando legalmente lo sucedido en Honduras para ver si esto obliga por la ley estadunidense a la suspensión definitiva de casi toda la asistencia al país centroamericano, sí se ha suspendido todo flujo de asistencia que pudiera ser percibida como apoyo al régimen golpista, y agregó que el Comando Sur ha minimizado los contactos con los militares hondureños.

Sin embargo, el gobierno de Obama rehúsa ofrecer más detalles sobre sus acciones diplomáticas o si ha previsto algunas iniciativas. “En estos momentos no podemos comentar sobre la naturaleza de nuestra actividad diplomática. Estamos en una situación muy fluida… pero nuestro propósito y meta es apoyar a la OEA… y asegurar que nuestras acciones están coordinadas y son plenamente entendidas por nuestros socios”, afirmó un alto funcionario del gobierno de Obama en teleconferencia con reporteros el domingo.

Este mismo funcionario comentó que podrían emprenderse negociaciones con los golpistas. Indicó que en torno a lo que sigue, consideramos positivas “las indicaciones que recibimos y que la OEA ha recibido de la autoridad de facto de que está interesada en iniciar algún tipo de negociación o proceso de diálogo, y pensamos que esto podría crear la base para un avance continuo de la OEA sobre las iniciativas diplomáticas. Eso sería nuestro enfoque inmediato, y creo que el de nuestros socios en la OEA”.

Se ha reportado que el gobierno de Obama busca agilizar negociaciones con los golpistas para buscar una solución lo más pronto posible ante la crisis interna, y también por lo que es un nuevo juego internacional entre Washington y algunos países de América Latina, sobre todo los del Alba y sus aliados, como se mostró este fin de semana en la OEA con la presencia de los presidentes de Ecuador, Argentina y Paraguay.

Tal vez la reunión entre Zelaya y Clinton ofrecerá mayor claridad sobre cómo piensa el gobierno de Obama proceder en esta coyuntura. La última vez que ambos políticos se vieron fue hace poco más de un mes, durante la reunión de la OEA en Honduras, justo cuando el tema era la Carta Democrática Interamericana y la defensa colectiva de los procesos constitucionales. Algunos medios estadunidenses reportaron en aquel entonces que Hillary Clinton mostró cierta irritación con Zelaya cuando la invitó a pasar a un salón para que saludara a la familia del presidente.

También fue ahí donde Clinton, en sesiones formales, escuchó los planes de Zelaya para llevar a cabo un referendo con la finalidad de enmendar la Constitución, y los estadunidenses se preocuparon sobre la legalidad de la iniciativa y qué tanto ésta nutriría las tensiones ya evidentes dentro del gobierno y la cúpula hondureña, reportó el New York Times.

Tal vez en este encuentro Clinton buscará alguna forma de explicarle a Zelaya cómo el gobierno de Obama busca negociar con un “régimen de facto”, cuyo canciller Enrique Ortez Colindres recientemente declaró que el presidente estadunidense es un negrito que no sabe nada de nada, según reportó el rotativo argentino Clarín.