Sólo alrededor de 50 por ciento de las 8 mil 315 estancias infantiles de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) fueron inspeccionadas en el primer trimestre del año, ya que en las oficinas centrales únicamente se encuentran las cédulas de supervisión correspondientes a 4 mil 365 instalaciones, indica el informe de la dependencia correspondiente a ese periodo.

Entre enero y marzo, el personal de la Sedeso realizó supervisiones directamente en las estancias infantiles para verificar el cumplimiento de las reglas de operación en cuanto a seguridad y equipamiento.

La regulación correspondiente indica, entre otros aspectos, que las instalaciones deben contar con un extinguidor, y que cada niño debe tener una silla y un espacio de dos metros.

La Sedeso, el Sistema Nacional para el Desarrolo Integral de la Familia (DIF) o terceras personas designadas por estas instituciones realizan visitas periódicas de seguimiento y supervisión a las estancias infantiles afiliadas a la red para que operen de acuerdo con las reglas del programa.

El documento indica que el DIF está a cargo de la revisión de las estancias para asegurar el bienestar de los niños. En la primera visita a una estancia de reciente creación, los supervisores pasan un día en el sitio con el propósito de observar todos los elementos que aseguren calidad en el cuidado y la atención infantil.

Impacto negativo

Según la evaluación del diseño del programa, realizada por el Instituto Nacional de Salud Pública, que se dio a conocer en hace casi un año, este plan no incorpora un análisis sobre la seguridad y la calidad de la atención en los servicios de cuidado infantil, aunque es su componente central.

Agrega que la literatura científica muestra que un servicio de guardería de baja calidad o no confiable puede tener un impacto negativo en la decisión de búsqueda de trabajo de las madres.

Considera que la coordinación con el DIF para garantizar seguridad y una calidad adecuada en la atención en los servicios de cuidado infantil es clave para el buen éxito del programa; sobre todo, añade, debe haber énfasis en la capacitación de las responsables de las estancias y el seguimiento de la calidad de los servicios de cuidado infantil.

Resulta necesario que se eviten ineficiencias en la asignación de recursos, definiendo con precisión los criterios de elegibilidad de la población objetivo y coordinando esfuerzos con los seguros sociales del país, apunta.