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Nuevas expresiones del jazz
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Madeleine Peyroux
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Periódico La Jornada
Sábado 13 de junio de 2009, p. a19

En los anaqueles de novedades discográficas esplenden tres discos de jazz que permiten valorar el avance y actualidad de ese género tan diverso e incesante.

El mejor de los tres, sin duda: soul in a picture (el alma retratada) del Jef Neve Trio, representante al mismo tiempo de lo más interesante en el panorama planetario de la síncopa y el arte improvisatorio, y a su vez demostración rotunda de la hondura que manifiesta siempre el jazz europeo.

Junto a él brillan BARE BONES (Huesos al desnudo, literalmente; expresión que denota lo esencial, lo exiguo), la nueva grabación de Madeleine Peyroux, esa bella joven que reúne en su persona una mezcla cultural fascinante: París, Nueva York, Quebec y en su voz el encanto redivivo de una de los tótem mayores de todo el jazz y el blues: Billie Holiday.

Porque uno escucha los hasta ahora cuatro discos de la hermosa Peyroux e imagina detrás del micrófono a Billie Holiday, comparación que por cierto ha rebasado con creces la joven Madeleine, pues su registro canoro es en realidad tan amplio, interesante, creativo, que ha desarrollado un estilo propio sin necesitar desmarcarse del aura Billie Holiday, sobre todo en esos quiebres sinuosos que son caricia y no queja, mohín y no llanto, ternura en vez de dolor. Encanto, su canto.

Tenía 23 años cuando grabó su primer disco, Dreamland, pero fue hasta hace cinco, con su segundo álbum, Careless love, que puso a todos a girar en torno a su magia canora. Dos años después dio otro campanazo con Half the perfect world y ahora amplía su reinado con avances creativos, entre ellos ser coautora de todas las piezas y sobre todo afianzar su sistema de vasos comunicantes que la relacionan con, además de Billie Holiday, Leonard Cohen y Bob Dylan.

Junto al nuevo disco de Peyroux luce la grabación flamante y flameante de Melody Gardot, una de esas raras exquisiteces que se dan en maceta. Un puñado de composiciones de esta joven de 24 años que es también una demostración del triunfo de la energía positiva sobre cualquier cosa.

Lo que para algunos es mera anécdota, es en realidad un fruto del trabajo interior: tenía 19 años cuando la arrolló una camioneta, en la cuasi invalidez un médico tuvo a bien recetarle musicoterapia y el resultado son varias grabaciones, la primera de las cuales no deja dudas, se titula Some Lessons y alude, es casi obvio, al sentido budista de que toda experiencia vital implica un aprendizaje interior. Deliciosa la suave intensidad, incandescencia, de su manierismo terso. Música amable en todos los sentidos.

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Jef Neve en conciertoFoto Cortesía de la Dirección General de Música/ UNAM

En tanto, el nuevo disco del también joven jazzista belga Jef Neve es más que una revelación, el refrendo de un estilo, que conocimos por su disco anterior, nobody is ilegal. Ya el público mexicano pudo disfrutar del Jef Neve Trío gracias a que la Dirección de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México programó un recital de estos maestros el pasado 14 de diciembre en el Anfiteatro Simón Bolívar.

Que el maestro de piano de Jef Neve sea Brad Meldhau explica el sentido de continuidad que desarrolla Jef en su fraseo, sus respiraciones, y al mismo tiempo hace lógica la presencia inequívoca del estilo inconfundible de Keith Jarrett en su toque pianístico (en especial el Jarrett del Köln Concert).

En realidad son los puntos de partida para un estilo original, donde es evidente la amplísima cultura de Jef Neve, por ejemplo cuando hace citas, guiños, juegos apenas perceptibles, de una Gnosedia de Satie, o la intensidad lírica de Chopin y Rachmaninof, o bien compases enteros de la Sonata Apassionata de Beethoven y algunas páginas del Cuaderno de Ana Magdalena Bach.

La pulcra definición melódica y la intensidad lírica de Jef Neve tiene nombres y apellido: Wolfgang Amadeus Mozart, quien es la guía angelical que conduce sus pasos cuando improvisa con su trío: Piet Verbist al contrabajo y Teun Verbruggen en tambores.

El track 5, por ejemplo, resulta portentoso, su propia Lacrimosa, es decir su versión a ese pasaje del Requiem de su amado Mozart, donde pone, para colmo de maravillas, una atmósfera emparentada directamente con el mismísimo Arvo Pärt.

Jeff Neve Trio. Una auténtica maravilla en jazz.