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Los cobros pasaron de $500 a 13 mil pesos bimestrales, se quejan vecinos de Mesones

Un lujo, vivir en el Centro Histórico; mejoras dispararon las tarifas de luz

Personal de LFC omitió colocar bufas, pero autorizó diablitos para que no se quejen, dicen

 
Periódico La Jornada
Martes 2 de junio de 2009, p. 33

Vivir en el Centro Histórico cuesta hoy un ojo de la cara. La remodelación de sus calles trajo un reajuste exorbitante en los recibos de energía eléctrica de los usuarios, que no coincide con el servicio ofrecido por Luz y Fuerza del Centro (LFC), cuyo personal olvidó no sólo colocar las bufas subterráneas para dotar de luz a varios inmuebles, como en Mesones, sino “hasta tendió un diablito” para que los vecinos afectados por su omisión cuenten con iluminación y no se quejen.

Habitantes de la vecindad del número 40 mostraron los recibos que les han llegado en los últimos meses y con incrementos hasta de 2 mil 500 por ciento, al pasar de 500 a 13 mil pesos, imposibles de pagar, cuando la mayoría cuentan con ingresos inferiores a un salario mínimo mensual o sobreviven con trabajos de costura, arreglo de aparatos o venta de ropa o peluches.

La negativa del personal de LFC –en la calle de Venustiano Carranza y las oficinas centrales en Marina Nacional– a corregir los errores de su personal por una mala lectura, no calibrar los medidores, verificar que el cobro sea el correcto o siquiera acudir al domicilio en cuestión, ha puesto a vecinos y comerciantes de la zona en estado de indefensión, pues lo único que han logrado es pagar en parcialidades.

Se chingan o se largan

Si quieren vivir en el Centro Histórico, se chingan o se largan, les responden los trabajadores de LFC al solicitarles revisar los números que anotan en sus carpetas y se imprimen en los recibos bimestrales que llegan a sus domicilios. “Ni siquiera la toma de la sucursal hace unos meses los hizo conscientes de la situación, ni de los riesgos que enfrentamos, pues en cualquier momento puede haber una explosión por la sobrecarga de energía, como sucedió el año pasado en Venustiano Carranza y Uruguay”, señala Teresa González, dirigente de la Unión de Vecinos y Comerciantes de la Poligonal Centro Histórico.

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Una comitiva oficial del gobierno capitalino se trasladó ayer en bicicleta al Antiguo Palacio del Ayuntamiento. En la imagen, a su paso por la calle Madero, una de las vialidades remozadas del centroFoto Roberto García Ortiz

Junto con varios de los afectados, que piden el anonimato, lamenta que se tenga que peregrinar de un escritorio a otro, de una oficina a otra, para ser escuchados, pero no atendidos, pues los cobros excesivos continúan, como si viviéramos en las Lomas de Chapultepec y no en una vivienda humilde, donde sólo hay aparatos eléctricos y electrodomésticos necesarios, que son desconectados cuando no se utilizan, para reducir el cobro de luz. Pero ni así la libramos.

Los vecinos de Mesones 40 –donde se filmó hace cinco años la comedia de humor negro Santos Peregrinos, del director Juan Carlos Carrasco– afirman: Ahora sí peregrinamos... no sabemos a qué otra instancia acudir para que nos hagan caso y estos cobros se corrijan y atiendan los problemas de sobrecarga que existen en el Centro Histórico, comentan algunos de los afectados, que recuerdan a las personas lesionadas el año pasado al ocurrir dos explosiones en sus calles.

La sobrecarga de las bufas subterráneas nos colocan en una situación de alerta, sobre todo cuando los propios trabajadores de Luz y Fuerza decidieron colgar a vecinos de otros inmuebles en nuestras líneas, pues ‘no hay y aguantan’, cobrándoles a ellos una tarifa fija con la promesa de que luego contarían con su propio suministro, lo cual no ha sucedido”, señalaron.

A seis meses de que la Cámara de Diputados autorizó un presupuesto de 155 millones de pesos a la empresa, para identificar y eliminar los puntos de riesgo de explosión en el primer cuadro de la ciudad, nada se ha hecho, por lo que vivimos en una zona minada. Si a eso sumamos que nuestra vecindad tiene cableado eléctrico del siglo XIX, cuando se aislaba con plomo, pues estamos jodidos, pero parece que a nadie le interesamos, y para algunos sería mejor que desapareciéramos para hacer de esta calle un corredor turístico y un complejo inmobiliario, agrega Teresa González.