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Turistas extranjeros acudieron al recinto de Chapultepec y todo el público usó cubrebocas

En la reapertura de museos en la ciudad, el de Antropología recibió más visitantes

Vocero del INAH informó que se darán a conocer las pérdidas del instituto por la contingencia sanitaria

En el Palacio de Bellas Artes, pocos cumplieron las medidas preventivas a cabalidad

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En el Museo Nacional de Antropología, ayer, un policía con cubrebocas, como medida de prevención ante el virus de la influenza humana A/H1N1Foto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Viernes 8 de mayo de 2009, p. 6

El Museo Nacional de Antropología (MNA) fue el que registró ayer el mayor número de visitantes en el reinicio de actividades en diversos espacios culturales de los institutos nacionales de Antropología e Historia (INAH) y de Bellas Artes (INBA).

Unas 70 personas, muchas de ellas turistas extranjeros, acudieron puntuales a la reapertura, la mañana de ayer, del museo ubicado en Chapultepec.

Antes de ingresar al recinto, los visitantes debieron formarse en un primer filtro sanitario para responder un breve cuestionario acerca de su estado de salud. Se les pidió hacer la fila guardando la distancia de un brazo.

Luego se les ofreció gel antibacterial para que se limpiaran las manos y un cubrebocas, requisito para permitirles la entrada al museo. En un segundo filtro atendido por una doctora, con termómetro infrarrojo en mano, se revisaba a quienes presentaron alguna molestia física.

La medida resultó útil. Alergias, presión alta y una que otra tos inofensiva fueron diagnosticadas, pero a nadie se impidió la entrada.

Todo el personal del museo debió portar, además del cubrebocas, guantes de látex. Los trabajadores que atendieron los filtros pertenecen al personal del INAH, pues no hubo necesidad de pedir apoyo a la Secretaría de Salud.

Beneplácito de turistas

Los primeros en entrar al Museo Nacional de Antropología fueron una pareja de argentinos y otra más de chilenos, quienes manifestaron su entusiasmo por visitar uno de los mejores espacios museísticos de México antes de retornar a sus países; habría sido una lástima irnos sin conocerlo, aseguraron.

Varios niños y jóvenes del estado de México llegaron acompañados por sus familiares; iban a hacer la tarea, para algunos era su primera vez en ese lugar, que ayer resplandecía de limpio. Ninguno manifestó temor ante la emergencia epidemiológica y todos se mostraron contentos de poder, por fin, salir a la calle y visitar un museo tan grande y bonito como éste.

Otros visitantes dijeron a La Jornada que resultaba un tanto incómodo realizar el recorrido por las salas con tapabocas. Nos da mucho calor, se quejaron, pero reconocieron que era necesario y calificaron de confiables las medidas sanitarias implementadas por el INAH.

La dotación de cubrebocas que el museo ofrecerá a sus visitantes estos días es de unas 2 mil piezas, por lo que realizarán una campaña informativa para que las personas procuren llevar los suyos, pues existe desabasto y no sabemos hasta cuándo será necesario que las personas que vienen al museo los deban portar, dijeron los responsables de atender al público, quienes agregaron que los sanitarios se limpiarán por completo cada 15 minutos.

El museo, por el momento, no cuenta con director, debido a que Felipe Solís, quien fungía como responsable del recinto, falleció el pasado 23 de abril. Un enorme moño negro continúa colocado en la puerta de entrada.

Luego de una hora de haber abierto, a eso de las 11 de la mañana, al museo habían ingresado unos 100 visitantes ante el entusiasmo de los trabajadores, que se apresuraban a reabrir también la tienda: Nuestros proveedores son los más afectados, por haber dejado de recibir ingresos durante más de 10 días. Ahorita nos agarraron las prisas, porque estamos retiquetando, ya que algunos productos subieron y otros bajaron de precio, dijo la encargada.

En condiciones normales, el Museo Nacional de Antropología recibe 3 mil personas diarias, de las cuales sólo 15 por ciento pagan boleto de entrada, pues hay diversos tipos de descuentos.

Benito Taibo, coordinador nacional de Difusión del INAH, señaló que en los próximos días se darán a conocer las cifras estimadas de pérdidas económicas que sufrió el organismo, así como el número de personas que se dejó de atender.

Debido al cierre del museo sólo se cancelaron dos presentaciones de libros, las cuales se reprogramarán.

La fecha de la inauguración de la magna exposición Teotihuacán: ciudad de los dioses –que se dedicará a Solís sigue en pie para el 19 de mayo, pero no se realizará una ceremonia especial, para evitar aglomeraciones.

El Munal, casi vacío

En contraste, alrededor de las 11:30 de la mañana de ayer el Museo Nacional de Arte (Munal) estaba vacío. ¿Cuántas personas han venido?, se le preguntó al vigilante de la exposición Materia y sentido: el arte mexicano en la mirada de Octavio Paz. Nada más usted, respondió el custodio.

A la entrada de ese recinto se entregaron cubrebocas y una dosis de gel antibacterial por visitante, lo mismo que en el Palacio de Bellas Artes, donde la entrada fue gratuita, así como en el Museo del Templo Mayor.

En Bellas Artes la mayoría de los visitantes y personal que vigilan los murales usaron tapabocas, pero muy pocos respetaron las medidas sanitarias al ciento por ciento. Fuera del palacio se ubicó una unidad móvil de salud, que también repartió tapabocas y folletos para explicar los nuevos códigos sanitarios.

En el Templo Mayor dos vigilantes enfundados en trajes especiales de color blanco, guantes y tapabocas fueron los encargados de dar paso a los visitantes. En ese recinto la afluencia fue menor a lo normal, dijo a este diario César Menchaca, del departamento de difusión.

En el caso del Museo Tamayo Arte Contemporáneo, cercano al de Antropología, el flujo de visitantes fue mínimo. De las 10 a las 13 horas sólo habían ingresado 13 personas.

No se contó con módulo médico en las áreas cercanas al recinto y tampoco se tenían cubrebocas para los visitantes, aunque sí había un pequeño cartel pegado en la entrada principal con las recomendaciones y medidas preventivas para el ingreso.

Según Raquel Montes Castro, coordinadora de comunicación, el museo recibe alrededor de 35 mil visitantes en tres meses, tiempo promedio en el que permanecen las exposiciones.

Con base en esa cifra, se calcula que dejaron de visitarlo alrededor de 5 mil personas. Respecto de las pérdidas económicas, comentó que será el INBA el que informe ese dato; sin embargo, consideró que no fueron extraordinarias, pues la entrada del museo tiene un costo de 15 pesos y es gratuito los domingos o con credencial vigente de estudiante, profesor o de la tercera edad.

El apoyo financiero principal lo aporta la administración pública federal, por conducto del INBA y de la Fundación Rufino Tamayo, que realiza un trabajo de recaudación de fondos, explicó Montes Castro.

Agregó que se recalendarizarán y fusionarán algunas actividades, para que no se pierdan, como la celebración del Día del Niño, un ciclo de video contemporáneo venezolano y la presentación de tres grupos de jazz.

Por su parte, el director del Museo de Arte Moderno (MAM), Osvaldo Sánchez, señaló que la mayor afectación que ha tenido el recinto en los días que permaneció cerrado fue no poder brindar un servicio al público pues, en su opinión, los museos siguen siendo un espacio óptimo de visitar, en las presentes circunstancias, porque no hay aglomeración de personas.

El MAM reabrió sus puertas a las 10:30 horas. El personal que da atención directa al público portó cubrebocas y guantes de látex. Por la mañana todavía no se había instalado un módulo para que los visitantes pudieran lavarse las manos con gel desinfectante. El personal de seguridad a la entrada proporcionaba toallas desechables.

Todas las salas estuvieron abiertas, sin embargo, para evitar la aglomeración de trabajadores estamos operando con la mitad del personal de lo que son de base en áreas de servicio. Lo que es custodia de sala sí está completo, apuntó el director.

Afectación a la muestra de Rahon

El pasado abril, el MAM inauguró cuatro exposiciones: retrospectivas de Alice Rahon e Yishai Jusidman, así como las colectivas Presuntos responsables y La colección: diálogos fotográficos, y según Osvaldo Sánchez era el momento en que el público empieza a venir con más ansiedad de ver lo que hay.

La muestra de Rahon fue la más afectada, porque el acto inaugural se canceló de última hora, debido a la visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y luego las funciones del ballet Orión fueron pospuestas para empezar el 21 de mayo.

Sobre la disposición de mantener 2.25 metros de distancia entre personas, Sánchez expresó que respecto de las exposiciones la regulación ya está establecida entre la cantidad de personas en términos de espacio de exhibición que, por la propia conservación de la obra, es mucho más rigurosa.

Es decir, las salas deben tener un máximo de personas. Por eso, muchas veces los museos cuando tienen una exposición grande detienen la entrada de más público hasta que circule el que ya está. En nuestro caso no nos afecta para nada, y en el de los museos que tienen más visitantes estoy seguro que hay una regulación, que es la de seguridad de la obra, requerimiento que, inclusive, está por encima del de salud en términos de exigencia de espacio.