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Toros

Recibió la borla de matador de Mariano Ramos, el sábado; atestiguó un renovado Rafaelillo

Gran corrida en Apizaco; Juan Luis Silis cortó dos orejas al tomar la alternativa

Luto por Marcial Alejandro, sensible aficionado taurino

Padecía el síndrome de Lorca

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El matador Arturo Macías cortó una oreja a Dormilón, de 540 kilos, durante la corrida dominical en la plaza Nuevo Progreso, de Guadalajara, JaliscoFoto Notimex
 
Periódico La Jornada
Lunes 23 de marzo de 2009, p. a41

Se nos adelantó el estupendo compositor, músico y cantante Marcial Alejandro, quien, según el informe médico, falleció de una insuficiencia renal aguda, cuando en realidad la ciencia ignora que algunos espíritus fallecen de tanto sentir y hacer sentir a sus semejantes el misterio del arte y el juego de la vida.

Muy pocos lo saben, pero Marcial Alejandro, como el artista de amplio espectro que fue, tenía un gran respeto por la fiesta de los toros y una refinada sensibilidad para entenderla y hablar de ella, al grado de que tuve oportunidad de decirle que padecía, además del don de la inspiración y de una musicalidad privilegiada, el síndrome de Lorca.

¿Y cuál es esé?, preguntó Marcial más intrigado que alarmado. Pues que al igual que el gran Federico, tú prefieres sentir la fiesta brava a saber de toros o a ser asistente asiduo a las plazas, le respondí, para agregar: cuando hablas del embrujo de la tauromaquia te alejas de los lugares comunes y de la terminología especializada para reconcentrarte en una creatividad verbal llena de resonancias y de poesía. Tenemos que hacer una entrevista, le propuse en la cálida casa de sus amigos la cantante Magia y el crítico El Bardo de la Taurina. No nos vaya a pasar como con Tomás Méndez, que siempre que lo saludaba en la plaza me daba largas, le advertí sin imaginar.

Hará unas tres semanas nos vimos en Radio Educación, pero la premura de ambos impidió que pudiéramos charlar con detenimiento, por lo que fijamos una nueva fecha para el lunes pasado, a la que ya no acudió. Conocedor a fondo del alma humana y de la de los públicos, Marcial Alejandro, triunfador como compositor e intérprete en el país y en el extranjero, está y seguirá vinculado a la bohemia y a la bonhomía, a la amistad perdurable y al talento, como bien señaló Arturo Cruz en su nota de La Jornada on line.

Pero el fandango aquí es cosa de cada día y el sábado en la plaza de Apizaco, Tlaxcala, recibió la borla de matador de toros el magnífico novillero Juan Luis Silis de manos del maestro Mariano Ramos, atestiguando la ceremonia un renovado Rafael Gil Rafaelillo, quien sustituyó a Rodolfo Rodríguez El Pana, indispuesto desde el martes pasado, para regocijo de los mezquinos y contrariedad de cuantos lo admiramos.

Se lidió una corrida muy seria del hierro potosino de Gómez Valle, con el trapío inconfundible de la buena crianza y los problemas que suele traer consigo la edad. Bravos en el caballo, los toros llegaron a la muleta desarrollando sentido y defendiéndose, como para probar la sólida vocación y amplios recursos de que ha hecho gala el joven Silis, no se diga las de sus alternantes.

Al de la alternativa, Garrotero, con más de 500 kilos sobre los lomos y mucho peligro, lo lidió solvente, y con su segundo Juan Luis aguantó enormidades, estructuró una faena de altos vuelos, mató pronto y recibió sus primeras dos orejas como matador de toros.

Con su poderío intemporal, el maestro Mariano Ramos se llevó la oreja de su primero y perdió la de su segundo por pinchar, en tanto que a Rafaelillo el público lo hizo dar una vuelta con mucha fuerza, luego de que el juez negara un apéndice.